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Entré al cielo para ponernos al tanto de la situación en la tierra; una vez resuelto eso, me quedé un poco más de tiempo, pensando en lo que podía hacer para mantener a mi familia a salvo.

Todos los ángeles custodios ya estaban asignados.

Lancé la pluma que tenía en mi mano, y respiré frustrado.

Estaba a punto de salir del cielo cuando ví que un grupo de ángeles vengadores golpeaban a un ángel novato.

– me pueden explicar ¿ qué está pasando aquí?

– le dábamos un pequeño escarmiento.

– ¿ motivo?

El líder , un tipo rudo y arrogante y de lo más cruel que hay en los ángeles vengadores me hizo frente.

– esta no es tu área, Jev.

– creo que no hace falta recordarte quién es el líder de los arcángeles– lo miré fijamente.

Muerete de rabia, imbécil. Pensé.

– cometió un error.

Levanté mis cejas , esperando a que continuara.

– confundió los nombres de un par de plumas archivadas.– no me apartaba la mirada. – y un ángel caído fue mandado al infierno injustamente.

Me pasé la mano por la cara para no reírme en su cara.

– mandas a golpearlo solo por que cometió un mínimo en apenas dos días de su asignación. – me crucé de brazos – ¿ desde cuándo te importa lo que les pase a los ángeles caídos, Rommel?

– un error es un error, por lo cual se le debe sancionar. Mi trabajo es proteger a la raza angelical y liderar a los vengadores.

De pronto se me ocurrió una idea.

– de acuerdo.  Ya que te gusta mucho defender...– suspiré deseando no equivocarme pero no me quedaba otra opción – necesito un trabajo especial de tu parte.

– ¿ qué trabajo ?– preguntó extrañado.

– ven conmigo – le ordené.

Cuando nos alejamos lo suficiente hice que se detuviera.

– ya dime .

– para el trabajo que necesito que te encargues , vas a tener que trabajar en esa paciencia.

– es lo que menos tengo.

– te vas a encargar de salvar a mi hija. Solo eso.

– ¿¡ qué !?– se enojó – yo no soy un custodio.

– no un custodio. – le aclaré – ellos se encargan de mantener a salvo a las vidas humanas. – expliqué – tú por el contrario, vas a mantener a salvo a mi hija.

– ¿ y eso no es ser un jodido custodio?

Preguntó irónico.

– No. Ella es hija de un ángel, o sea yo y de una nefilim. Es angelical.

– ¡pero ella no es nacida del cielo!

– su sangre es tan pura como la tuya y la mía. Su lugar de nacimiento no importa, además; has dicho que tu trabajo es proteger a la comunidad angelical, ¿no? – estaba rojo por la cólera – bueno, pues ella es parte de, así que mañana empiezas.

Antes de irme, recordé decirle :

– solo un par de detalles – levanté mi dedo índice – no quiero que la molestes. Interviene sólo cuando lo creas realmente necesario, en lo demás ella puede cuidarse por si misma, cuando la notes rara y veas que va a hacer alguna estupidez , la salvas.

– ¿ qué tipo de estupidez? – este hombre estaba que se moría del coraje.

– alguna que ponga en riesgo su vida, sabes; en ocasiones no puede controlar sus acciones .

– no entiendo...

– ya lo harás.

– ¿ si me niego?

– atente a las consecuencias.

Dicho eso Descendí.

Finale (Parte II)Where stories live. Discover now