Nora:

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– no puedo alejarme de él. No me dejará tan sencillo.

– pues entonces le darás motivos para que lo haga.

Era una locura.

– no. Definitivamente no.

– será eso Nora o preparate para una eternidad sin él.

– ¿ no te cansas? Siempre tienes que estropearme la vida. ¡Ya dejame en paz!

Añoraba la oportunidad en la que realmente sería feliz con Patch y nuestra familia.

Miré a Israel con resentimiento.

– ¿ qué te hice? ¿ por qué te prestas a esto?

– sabes que te amo.

– ¡ pero yo no! Amo a Patch y siempre lo haré – sollozé

– ya es suficiente. Larguense de aquí.

Estuve a punto de salir.

– más vale que sea pronto Nora.

Azoté la puerta.

Media hora más tarde , llegué a mi casa.

Sabía que me venía siguiendo.

– Nora – me sujetó de los hombros.

– ¡no me toques!– me aparté

– escúchame .

– qué quieres que escuche?

– no quiero hacerte daño. Lo hice con un único objetivo. Había escuchado hablar a Hank con su mano derecha, Blakely sobre sus planes. Se me hizo una abominación. Sabía que lo haría con cualquiera de sus hombres y antes de que lo llevara acabo me ofrecí. Él aceptó ya que sabía que yo era cercano a ti y pensó que sería mejor así. Pero no pienso obligarte a nada.– me explicó. – Nora, te propongo una actuación.

Sin previo aviso una onda de desesperación y sentimiento me invadió, haciéndome llorar un mar de lágrimas.

Me abrazó.

– sé que es duro para ti, pero es lo mejor. Hank pensará que ganó y obtendrá lo que quiere.

–¿ pero qué le voy a decir?– preguntó.

– la " supuesta " verdad – dijo – que estás esperando un hijo mio.

– no sé qué dirá Patch de todo esto, no sé cómo decírselo.– chillé.

– ya no hace falta.

Me tensé.

Estaba parado en frente de nosotros.

– Patch... – apenas salió mi voz . – no. . no es lo que parece. Dejame explicarte.

– ya lo he oído bastante claro.

Me observó con sus ojos negros. Su rostro estaba inexpresivo, su mirada tenía un borde filoso pero pude notar sufrimiento, desilusión, tristeza, en medio de todos sus ojos.

– te acostaste con él – afirmó. Su mandíbula estaba apretada fuertemente. – estás embarazada de Israel.

Su voz flaqueó.

– no.– miré a Israel. – ¡ dicelo!

Nos observó, desvió su mirada por un segundo.

– es mejor que sepa la verdad.– suspiré con alivio. Miró a Patch – ocurrió sin planearlo. Fue algo de los dos y que estoy seguro que ella no querrá repetir por que ella te ama. Yo me iré.

Finale (Parte II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora