¡Ma Che Bella Italia!

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Roma entera se extendía a través de una de las ventanas abiertas de la habitación de aquel lujosísimo hotel de la comunidad mágica italiana. La habitación tenía más de 100 mts cuadrados, a la entrada de la misma, había una especie de vestíbulo con muebles de piel de dragón, y un mini bar con los mejores y más finos licores, champagne de Hada, whiskey de fuego y el exquisito vino de elfo cultivado en los mejores viñedos de ese país. Una lámpara de araña de oro macizo colgaba del techo y al fondo una puerta de cristal daba paso a una terraza con jacuzzi desde donde se podía apreciar gran parte de la ciudad.

Al traspasar el vestíbulo de la habitación, una cama King Zize imperaba en medio de la misma sobre una especie de tarima y unos doseles de terciopelo rojo que caían del techo hacia la cabecera le daban un aire de realeza excelso, al pie de la cama había un ornamentado diván del mismo color de los doseles, a la izquierda un tocador y a la derecha una puerta que conducía a un baño enorme, compuesto por una ducha, una tina sencilla y una especie de jacuzzi con múltiples grifos dotado de encantamientos que provocaban que saliera agua perfumada o espuma hidratante perfumada según lo que deseara la persona que se sumergiera en él.

—Ehhh Gra... grazzie —dijo Snape tratando de hablar italiano mientras le extendía una mano al joven con algunas monedas para su propina.

Va bene signore, grazzie, grazzie Emily, sei molto bella in persona (Está bien señor, gracias, gracias Emily, eres muy bella en persona)

La chica le respondió con una sonrisa que hizo tropezar al muchacho pues se distrajo mirándola con embeleso. Severus cerró la puerta tras él una vez que éste se hubo marchado al fin.

—Pensé que no se iría nunca, al fin estamos solos —dijo.

—No seas malo con el chico, Sev. Ven aquí.

Emily lo abrazó y le dio un tierno beso en los labios que como de costumbre lo dejó un poco mareado.

—¿Eres feliz, Emily? Es decir... sé que solo estamos casados desde ayer pero...

—En tan poquísimo tiempo me has hecho la esposa más feliz sobre la faz de la tierra, imagina lo que será el resto de mi vida a tu lado.

Volvieron a besarse y posteriormente se dedicaron a examinar la habitación. Severus estaba maravillado aunque un tanto incomodo ante tanto lujo, lo que más le llamó la atención de todo fue un estante con libros que estaba junto a los muebles de piel de dragón del vestíbulo de la suite y también la hermosa réplica de la obra El Nacimiento del Hombre pintada en el techo como en la capilla Sixtina, lo que le hizo deducir que en Italia la comunidad mágica no era tan cerrada ante el hecho de aceptar a los muggles y a su cultura, al menos compartían sus gustos por el arte, o tal vez el dueño del hotel sería un gran admirador de muggles como lo era Emily.

Snape caminó entonces hasta el estante con libros para examinar los títulos escritos sobre los lomos, pero notó que todos estaban en italiano.

—La mayoría son novelas y cuentos —dijo Emily asomada desde el arco que separaba el vestíbulo de la habitación—. Incluso hay una versión en italiano de los cuentos de Beddle el bardo solía leer un poco cuando venía con mis padres, pero cuando he venido con la banda en las giras no he tenido tiempo.

—Ya veo – Respondió él y con curiosidad abrió las puertas de cristal para dirigirse hacia la terraza.

Emily lo siguió y juntos contemplaron la hermosa vista desde donde resaltaba un gran edificio redondo a lo lejos.

—¿Ese es?...

—El coliseo —respondió Emily asintiendo—. Ahora mismo lo visitaremos si quieres. Conozco algunos lugares muggles porque Donatello una vez nos llevó a las chicas de la banda y a mí a recorrer la ciudad. Roma es preciosa, un lugar muy rico en cultura, pero no puedo esperar a que visitemos Venecia, es mi lugar favorito.

El Pocionista y la CantanteWhere stories live. Discover now