Terror en la escalera

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Hermione no podía evitar la emoción mientras le relataba a Emily y a Tonks como Lavender Brown había irrumpido en la enfermería en busca de Ron y como él, en medio de la inconsciencia, solo pronunciaba el nombre de ella, aun así Lavender, aunque molesta, insistió en ir a visitarlo pese a que Ron siempre fingía que estaba inconsciente cuando sentía que ella entraba en la habitación (todo esto lo sabía porque Harry se lo había dicho ya que Hermione no quiso ir a ver a Ron cuando supo que había recuperado la conciencia, solo se había informado de su salud a través de Harry, Ginny, Emily y Tonks)

Tonks juntó las manos, acercándose cada vez más a Hermione mientras ella relataba, y Emily por su parte la observaba con admiración y encanto. Sabía que Ron andaba con Lavender nada más para darle celos a Hermione, pero en el fondo sentía lástima por Lavender y hasta la consideraba una víctima del pelirrojo.

¿Y entonces no irás a verlo? preguntó Tonks.

Aún no, eso es lo que él espera, que yo me arroje a sus brazos diciéndole que lo perdono... ¡No me mires así, Emily!

Dime que no te mueres por hacer eso dijo la rubia riendo.

Bueno, en realidad sí.


Pasados dos días, Emily entró en la habitación de Ron como siempre hacía después de sus clases y lo halló no solo más repuesto, sino además contento pues Hermione, muy sonriente estaba a su lado. La castaña al ver la reacción en el rostro de su amiga negó discretamente con la cabeza dándole a entender que únicamente había decidido ir a visitarlo en calidad de amistad, aunque la rubia sabía perfectamente que faltaba poco para que todo volviera a ser como antes. Harry Ron y Hermione, el trío de oro siempre juntos como los tres mosqueteros o los tres chiflados como solía decir Hermione.

Ron, con las mejillas un poco más rosadas que antes, les mostraba con emoción y orgullo a sus amigos el regalo que otrora Emily le había otorgado por cumpleaños. Hermione examinaba el palo de la escoba y Harry el casco con el nombre del pelirrojo y el león grabados.

¡Emily! exclamó el pelirrojo al verla entrar—, le mostraba a los chicos tu regalo de cumpleaños. No puedo evitar agradecerte una vez más, está genial.

Me daré por bien servida solo con que te recuperes pronto para poder estrenarla respondió Emily acercándose.

Que más quisiera yo que estrenarla en el partido de mañana contra Hufflepuff, pero la señora Pomfrey no me deja.

Es que todavía estás convaleciente, Ron dijo Hermione acomodándole la almohada—. Solo saldrás de aquí cuando estés bien. Lo que te sucedió fue muy grave.

Él sonrió, aunque Emily notó en esa sonrisa un dejo de culpa y vergüenza por su actitud, quizá hasta sabría por Harry o por los ojos enrojecidos de la castaña, cuanto había llorado y sufrido ella por él.

Hermione, yo...

Ahora no, Ron determinó la muchacha—. Lo importante ahora es que estés bien.

Harry, ¿y al fin decidiste incluir al engreído de McLaggen provisionalmente en el equipo de Quidditch para suplirme? preguntó Ron para cambiar de tema.

El elegido asintió bajando la cabeza como si le pesara o le avergonzara aquella decisión que había tomado.

No importa respondió Ron al ver aquella reacción—, de todos modos es provisional... porque lo es, ¿no es así, Harry?

El Pocionista y la CantanteWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu