¿Por qué Snape?

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En su lecho, Julieth Malfoy cayó exhausta y casi sin aliento en el paroxismo del éxtasis junto a Roger Carter, quien se hizo a un lado para mirarla complacido mientras intentaba recuperarse también.

—¡Wow! —dijo él sin dejar de mirarla, esta vez con lujuria—. Eres la mejor, como siempre.

—Y como siempre, tú no estuviste nada mal —respondió ella con indiferencia—, aunque nunca habrá nadie como él. Sí que es todo un caballero, sabe tratar a una mujer.

El comentario hizo enfurecer a Roger que dejó caer el puño contra el colchón, protestando.

—Ya estoy harto de que me compares con ese imbécil de Snape: tan gris, tan simple y tan...

—Sexy y atractivo —completó Julieth con una risa socarrona—. Y en la cama... nadie como él.

—¡Ja! ¿Hablas de cuando lo mantenías drogado con Amortentia? Ya me contaron esa anécdota, querida mía —respondió Roger tratando de molestarla, lo que al parecer logró conseguir.

—Al menos yo conseguí tenerlo por un tiempo, en cambio tú... jamás obtuviste nada de la salvaje esa que, como tú mismo me has dicho, rebelde y todo no pasa de ser una mojigata.

—Solo estás ardida, Julieth... Fíjate, acabamos de divertirnos tú y yo, y ni así dejas de pensar en esos dos... Tienes razón, mientras estuve a su lado no logré tenerla, pero eso no significa que me haya resignado.

—¿Qué quieres decir? —inquirió Julieth con una sonrisa de ironía.

—Que algún día voy a hacerla mía.

Julieth soltó una risotada que difícilmente pudo controlar.

—Que tú... ¡Cielos!... Sí que estás mal, Roger —dijo cuándo pudo hablar—. Esa perra está encaprichada con mi Severus y ahora debe estarlo todavía más que logró atraparlo —estas últimas palabras le fueron difíciles de pronunciar, le producían una ira terrible.

—Eso cambiará, Juli y lo sabes —espetó el otro fulminándola con la mirada—. Ya sabes lo que el Señor Tenebroso tiene en mente. Cuando tu primo acabe con el viejo (si es que lo logra, claro está) a Snape no le quedará más remedio que mostrarse tal cual es, se le caerá el teatrito y ella lo odiará por ser uno de nosotros.

—¿Y crees que por eso irá corriendo a tus brazos? —soltó Julieth con ironía—. Ella no sabe que eres uno de los nuestros, pero... tu rostro aparece por todo Diagon y Hogsmeade bajo el título de «Se busca por fraude» Para la cantante, tú solo eres un delincuente más... que para colmo también la robó a ella y a su banda.

—No me interesa si ella me corresponde o no... Ya te dije que nunca se me ha pasado el capricho de tenerla.

—Severus... —comenzó a decir Julieth, luego tomó aire para continuar pues parecía que lo que venía a continuación era algo que también le costaba decir y mucho más asimilar—. No creo que él se desprenda de ella después de... que Draco mate al viejo y tenga que demostrar su verdadera lealtad, también está encaprichado con ella, quizá hechizado por los encantamientos típicos de su condición.

—Todo a su debido momento, querida mía, el tiempo pasará y ya veremos qué sucede más adelante... Mientras tanto ya no pensemos en esos dos y más bien, ven aquí que quiero sentirte de nuevo entre mis brazos.

Ella se encogió de hombros, se giró sobre su costado izquierdo y procedió a besarlo con pasión. De veras quería olvidar a Snape o quizá buscarlo en los brazos de Roger Carter, aunque aquella parecía una tarea imposible, pero al menos, de vez en cuando aquellos encuentros les servían a ambos para calmar sus instintos y dicho sea de paso, con un poco de imaginación, fantasear que entre sus brazos yacía su ser deseado.

El Pocionista y la CantanteOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz