Capítulo 11.

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En el vestíbulo, a ambos lados de la escalera principal que Jimin había subido por primera vez luego de su llegada, se hacían visibles dos accesos paralelos de extensos pasillos, uno a la izquierda y otro a la derecha, los cuales dirigían a varias divisiones de la mansión. El acceso izquierdo tenía a lo largo de su recorrido oficinas y pequeñas habitaciones llenas de documentos, era a donde se solía ir para recibir una misión por parte del jefe; y su camino llevaba hacia el gran salón de entrenamiento. El acceso derecho tenía habitaciones vacías a lo largo de su recorrido, muchas de ellas se usaron como depósitos de armas y suministros; y su camino llevaba al gran estacionamiento, en el cual tenían variedades de vehículos y camiones.

Se hallaban reunidos ahora en una de las habitaciones del acceso izquierdo, terminando de organizar la misión que acabaría con Park Jung Hae de una vez por todas. Jimin solo observaba a su alrededor con entusiasmo, pues ese era un sector al cual quiso ir desde que había llegado, pero por diversas circunstancias no pudo hacerlo.

—Tenemos que lograr que esto se vea como un accidente.

R.M. había hablado. Él no solía monitorear u organizar en primera persona las misiones de sus subordinados, pero este era un caso especial. Se hallaba sentado en un cómodo sillón de color rojo, en la cabecera de una elegante mesa rectangular de madera, bastante extensa, lo cual le permitía observar a cada uno de los presentes, quienes se encontraban sentados en sillas individuales. Se veía igual a una reunión de empresarios en una oficina promedio, pero no era nada de eso.

—V, tú te encargarás de poner los micrófonos y cámaras dentro de la casa —volvió a hablar R.M.

—Oh, pero nosotros tenemos... —dijo Jimin.

El líder lo observó con atención.

—Esto es ridículo, pero imagino que recuerdas que hace tan solo pocos días mis chicos tuvieron una misión y el objetivo era tu casa —expresó—. Tus cámaras ya no sirven, imbécil.

—Oh, es verdad... —ladeó su cabeza de forma pensativa—. Pero ¿cómo hará para entrar sin parecer sospechoso?

—Tú irás en dos horas a tu casa, Park —respondió—. Pasará un tiempo y V irá como electricista, así que lo dejarás pasar para que haga su trabajo. Saben cómo nos movemos en la noche... —observó a los demás—. Así que, en cuanto sea la hora, iremos con todo.

Los miembros presentes asintieron, excepto Jimin, quien se sentía incómodo con la situación. No por estar junto a los mafiosos que se metieron a su casa en busca de algo que desconocía, sino por el plan. Algo no le cuadraba.

—Bien, V y Jimin ya tienen sus indicaciones. Ahora... ¿qué se supone que hagamos nosotros? —preguntó Hoseok.

—Ustedes estarán dentro de una de nuestras falsas ambulancias, a aproximadamente diez minutos de distancia. JK va a estar merodeando alrededor del lugar como si fuera un simple transeúnte y va a monitorear la casa desde afuera, procurando que todo esté marchando al pie de la letra.

Hoseok y Taehyung se levantaron de sus asientos casi a la par para comenzar a dirigirse hacia la salida, pues tenían poco tiempo para preparar las cámaras junto a los micrófonos que luego se deberían colocar en la mansión Park. R.M. se relajó un poco al fin, dándose el lujo de fumar un habano de la caja dorada que guardaba en el bolsillo de su jean.

—Una... pregunta... —vaciló Jimin, mientras los demás se iban—, ¿yo me iré de casa en algún momento?

R.M. frunció el ceño y lo observó con atención, exhalando un denso humo gris con lentitud.

—Claro que no. Debes ser tú quien distraiga a Jung Hae. Como hablaste de que siempre se toma su coñac, quiero que le pongas una droga allí como sugeriste antes... —miró a Jungkook—. JK te dará la indicada, él maneja una gran variedad.

Pinky Hair Boy - YoonMin [+18] EN FÍSICO DISPONIBLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora