Capítulo 33.

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10:00 p.m. A cinco calles de "Dongjeog Bar-Hotel". Barrio de Buk, Daegu, Corea del Sur.

Una camioneta de color negro y bastante amplia se hallaba estacionada en el inicio de un callejón lo suficientemente ancho. La persona que estaba al mando del volante se encontraba observando hacia la calle, atenta a cualquier mal movimiento y escuchando cómo susurraban cosas desde el fondo. Afortunadamente, los vidrios de la camioneta eran polarizados, por lo que nadie podía ver qué sucedía allí dentro, sobre todo porque era de noche.

En los asientos de atrás se encontraba un joven de cabello rubio, vestido con un elegante traje de gala negro y, con una gargantilla de tela negra bien ajustada a su cuello. Llevaba un cubrebocas de seda y su rostro estaba maquillado, sus ojos se veían más grandes de lo normal con las sombras negras que los rodeaban; su pelo estaba perfectamente peinado y su cuerpo desprendía un delicioso aroma a frutos rojos debido al perfume. Taehyung se veía precioso, estaba sentado frente a su más preciado ser en el mundo, quien se hallaba dándole los últimos retoques a su traje, colocando el micrófono de manera que no se pudiera notar. La expresión del joven de cabello anaranjado, nuevamente teñido, denotaba mucha preocupación, sus manos temblaban, tenía miedo de que algo saliera mal y no era la primera vez que sentía eso cuando se trataba de Taehyung siendo el conejillo de indias de una misión. Hoseok odiaba tener que exponerlo ante el peligro, a pesar de saber que podía defenderse a la perfección.

Al lado de Taehyung se encontraba Jimin, el cual no había emitido palabra alguna durante todo el viaje, parecía perdido en sus pensamientos desde que le informaron que Jungkook había abandonado la mansión a la madrugada. Algo estaba mal desde el inicio de ese día, no tenía idea de lo que iba a suceder ahora que su mejor amigo no se encontraba con él y mucho menos se sabía de su paradero. No tenía cómo comunicarse con Jungkook, pues su teléfono móvil se le había quedado en la guarida. Lo único que podía hacer era mover su pierna con nerviosismo mientras oía remotamente las voces de sus compañeros a su lado, sin percatarse de que, cada varios minutos, la mirada intensa de Suga se posaba sobre él a través del espejo retrovisor. Jimin estaba actuando muy raro, ni siquiera tenía la guardia en alto.

—No dejes que llegue muy lejos, ¿sí? —habló Hoseok, tomando a Taehyung por los hombros luego de acomodar bien sus ropas.

—Tengo algo de miedo, lo admito —soltó una risita—. No sé qué tan fuerte sea ese tipo.

—Para eso llevas los hilos alrededor de una faja en tu abdomen —lo calmó—. Estarán a tu alcance, solo debes desabotonar tu saco.

—Lo sé... —hizo una mueca, llamando la atención de Hoseok.

—Tranquilízate, Tae. Me pones mucho más nervioso de lo que ya estoy.

—Ya es hora —habló Suga desde el asiento del conductor, dándose la media vuelta para verlos.

El joven de cabello anaranjado sintió un pesar sobre su pecho, poniéndose algo nervioso y acomodando por última vez el cubrebocas de seda que tenía Taehyung en su rostro, observándolo con cariño, pero preocupación al mismo tiempo. El primero en salir del vehículo fue el joven conejillo de indias, luego de cerciorar que nadie pasara por el lugar antes de comenzar a avanzar hacia el bar-hotel donde se haría la fiesta. Hoseok se dispuso a encender todos los dispositivos electrónicos que estaban unidos a las paredes de la camioneta y prestó completa atención a la pantalla principal, la cual mostraba una imagen de la pequeña cámara que Taehyung mantenía en su oído como si se tratara de un arete.

—Pulguita... —habló Suga—. ¿En qué mundo estás?

Sacudió un poco su cabeza ante el llamado de su hyung.

Pinky Hair Boy - YoonMin [+18] EN FÍSICO DISPONIBLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora