Capítulo 32.

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Era de madrugada, Suga no podía despegarse de Jimin ni por un segundo, pues él no paraba de llorar y eso no les permitió dormir ni a él ni a Hoseok, el cual terminó por abandonar el cuarto para ir junto a Taehyung y Jungkook, ya que Jackson aún no regresaba a Corea del Sur.

Jimin no quería molestar más a su hyung, porque lo escuchaba soltar suspiros por no poder conciliar el sueño. Sin embargo, en un momento de la noche percibió su cama hundirse detrás de él, Suga se había acostado a su lado para abrazar sus caderas y transmitirle la calma que tanto necesitaba. Fue entonces cuando Jimin cerró sus ojos hinchados por el llanto y se permitió regocijarse en el calor ajeno.

Finalmente, la noche pasó y el joven de cabello rosa logró dormir entre los brazos de su hyung, sintiendo su pecho sobre su espalda.

Eran cerca de las doce del mediodía y los ruidos en el pasillo se hicieron presentes. Jimin comenzó a distinguir el ambiente e intentó abrir sus ojos cansados, forzando sus párpados para que se separasen de una vez por todas. Soltó un suspiro y pestañeó varias veces. Relamió sus labios, abriendo y cerrando su boca de manera seguida, como si saboreara algo, e hizo luego una mueca de incomodidad al notar su garganta reseca. Le había hecho mal tal vez el estar expuesto a tanto frío en la noche anterior, no quería enfermarse.

Frunció su ceño, confundido al sentir un agarre sobre sus caderas. Su corazón empezó a palpitar de manera acelerada y dio media vuelta su cabeza para corroborar que Suga estuviese dormido. Algo en su interior se llenó de ternura al ver el precioso rostro ajeno relajado por completo y con un suave rubor en sus pómulos, seguramente por el calor. No quería despertarlo, deseaba verlo dormir un rato más.

Un ruido en la habitación se hizo presente, por lo que Jimin alzó su cabeza con algo de molestia y observó el cabello un poco desteñido de Hoseok, quien lo saludó con una hermosa sonrisa y tomó unas cosas para luego marcharse. De seguro había dormido en el cuarto de Taehyung y Jungkook toda la noche, pues no parecía molesto ni tenía ojeras. Un gruñido sonó a casi cinco centímetros de su oído y se estremeció al escuchar esa voz ronca y gruesa. Volvió su mirada hacia Suga y sonrió al ver un solo ojo abierto, lleno de pereza. Comenzó a girarse para quedar frente a frente con él y este afianzó su abrazo, provocando que sus cuerpos quedaran demasiado unidos y sus narices se friccionaran debido a la cercanía. Jimin vio cómo su hyung se quedó observándolo con curiosidad para luego cerrar su ojo y seguir durmiendo.

—Hyung... —lo llamó con su voz congestionada—, no se duerma.

—Calla —soltó—. Duerme, pulguita.

—Pero ya me desperté...

—Entonces haz silencio.

El joven de cabello rosa pastel se quedó inmerso en los detalles del rostro ajeno, viendo cómo su ceño fruncido se aflojaba de a poco y volvía a caer en el sueño, cosa que le dio mucha ternura. Los labios finos y rosados de Suga se separaron un poco, dejando ver sus dientes; su cabello platinado estaba desarreglado y eso le daba un aspecto sumamente lindo; la piel en la zona de su nariz y pómulos brillaba un poco de forma natural. Jimin tenía sus brazos flexionados sobre el pecho ajeno, comenzó a mover su mano derecha entre el poco espacio que había, estirándola hacia abajo. Tenía ganas de molestar a su hyung, había algo que le atraía en sus mañanas llenas de mal humor, se veía como un tierno osito que trataba de ser rudo. Al menos así era cuando estaba con él.

Jimin empezó a menear su cuerpo hacia abajo hasta lograr quedar cubierto por las sábanas, a la altura del pecho de Suga, quien no tenía ganas de quejarse, solo dormir. Soltó una risita suave y comenzó a hurgar con su mano en la entrepierna del otro. No sabía muy bien qué hacer, pero sabía que eso lo despertaría... ¡Y cómo lo despertaría!

Pinky Hair Boy - YoonMin [+18] EN FÍSICO DISPONIBLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora