Capítulo 34.

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Hoseok se hallaba vigilando el lugar, el cual se distinguía por su particular tamaño en la mitad de la vereda y su alucinante juego de luces. Espiaba a una distancia de cincuenta metros detrás de un vehículo negro, siendo de lo más discreto y escuchando con atención todo lo que sucedía desde su auricular conectado al micrófono de Taehyung. Sin embargo, el sonido de unos pasos aproximándose le hizo ponerse a la defensiva.

—¡Tranquilo, tranquilo! Somos nosotros, solecito.

—¡Dejen de asustarme, imbéciles! —musitó, observando hacia todos lados de forma sigilosa para procurar no ser visto—. ¿Qué hacen aquí?

—No es momento de explicaciones —dijo Jimin impaciente—. Hay que ir hacia el...

De repente, el sonido de un disparo desde el otro lado de sus auriculares los paralizó por completo. Hoseok palideció ante la simple idea de que la víctima fuera Taehyung, sintió su presión bajar por completo y estuvo a punto de caerse, de no ser porque Jimin lo sostuvo por la espalda. Comenzaron a oírse gritos a la lejanía y los tres observaron a mucha gente saliendo del lugar con prisa, parecía que escapaban de algo. Sin pensarlo, el joven de cabello rosa pastel comenzó a avanzar hacia el "Dongjeog Bar-Hotel", dejando a Suga a cargo de Hoseok.

—¡Pulguita, ¿a dónde crees que vas sin ningún arma?!

El mencionado se dio la vuelta sin dejar de avanzar y, mientras caminaba de espaldas, le enseñó a Suga el objeto en sus manos.

—¿Se olvidó de cómo nos conocimos?

Aquel de cabello platinado soltó una risita y sonrió al ver que, como aquella vez y sin dejar rastro, su arma había sido robada por Jimin, a quien observó darse la vuelta y alejarse más para finalmente perderlo de vista.

—Tranquilízate, maldita sea —le dijo a Hoseok—. ¿Quieres ir o no? No llegarás a nada poniéndote así. Taehyung no es un niño indefenso, sabe cuidarse solo.

El bar-hotel era un caos, por lo cual Jimin debió esquivar a varias personas para poder llegar tan solo a la entrada. Y, en cuanto ingresó, comenzaron a oírse disparos desde el piso de arriba; posó su vista en las escaleras, notando que algunas personas bajaban con desesperación. Se escondió entre los pequeños sillones mientras la multitud abandonaba el lugar, e inmediatamente luego de que este quedara vacío, se dispuso a correr hacia las escaleras. Subió como si su vida dependiese de ello, de a dos o tres escalones, sintiendo agitación y miedo. ¿De quién era ese disparo y para quién fue? ¿Jungkook, Taehyung o Yu Hong? Si no, ¿de quién más...?

Llegó hacia el final de las escaleras y observó ambos pasillos, reparando en que uno en particular llamaba más la atención, pues se veía un recorrido de sangre desde la puerta más lejana hacia otra.

Soltó el seguro de su arma y comenzó a caminar con lentitud, había completo silencio desde el auricular, temía lo peor. Se colocó sobre la pared lateral a la puerta en la cual las pronunciadas huellas de sangre predominaban e intentó ingresar sin hacer nada de ruido. Sin embargo, en cuanto se encontró bajo la penumbra, el clic del seguro de un arma resonó en sus oídos, y puso su guardia en el punto más alto. En simples instantes llevó su mirada hacia el borde de una cama matrimonial y notó que allí se hallaba la sombra de lo que parecían dos cuerpos. Apuntó su arma hacia ellos, dispuesto a contraatacar si la situación lo ameritaba, esperando que no fueran sus amigos.

—¿Jimin...? —se oyó una voz temblorosa.

Algo dentro de él se removió y bajó su arma de inmediato, ingresó de lleno en la habitación en busca del interruptor de luz y lo encendió en el momento para así observar la silueta de esa persona.

—¡¿Chanyeol?!

—¿Qué mierda haces aquí...?

—Estás... —se dio cuenta y no pudo seguir hablando.

Pinky Hair Boy - YoonMin [+18] EN FÍSICO DISPONIBLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora