Pinky Hair Boy - YoonMin [+18] EN FÍSICO DISPONIBLE

Capítulo 57.

Yugyeom salió rápidamente de la casa en cuanto recuperó su equilibrio, Jimin le había golpeado de una manera inhumana, repentina y brusca, así que no entendía bien cómo pasó, pero no era momento de pensar en esas cosas. Buscó con su mirada a su amigo, a ese chico que no esperaba querer tanto en tan poco tiempo. Sintió una angustia horrible en su pecho al verlo allí, arrodillado en el suelo, cubriendo su rostro mientras lloraba. No quería verlo así, no otra vez. Observó hacia atrás, esperando que Taehyung también se asomara por la puerta, dudando de si acercarse a Jungkook. Sin embargo, no pudo contenerse más.

—Jungkook... —dijo en cuanto se acercó a él, de pie a su lado.

Llevó una mano hacia el hombro ajeno, pero al instante fue esquivado. Él se puso de pie y limpió sus lágrimas con las bocamangas de su ropa. Lo observó luego con un poco de enojo. Oh, eso era lo que no quería ver Yugyeom: el rencor en su mirada. Estaba claro que él había sido el detonante de lo sucedido, había tocado el tema de Agust D. Si no hubiese dicho nada, las cosas serían diferentes. Se estaba sintiendo un imbécil, detestaba hacer todo mal.

—Vamos a buscar a Jimin, ahora —le exigió, caminando sin darle la oportunidad de responder.

Jungkook no podía soportar lo que le estaba pasando, eso no debió ser así, tenían que detener a su mejor amigo como fuera. Corrió hacia la casa, seguido por Yugyeom y, en cuanto ingresó, pudo ver con mejor detalle la rueda rota de la silla de Hoseok, quien ahora se hallaba rodeado por los brazos de Taehyung para mantener el equilibrio, ambos en el suelo.

—Chicos —dijo Jungkook, un poco agitado por la situación—. ¿Están bien? ¿No tienen heridas?

—Sí, estamos bien —respondió Taehyung—. ¿Y Jimin...?

—Iremos a buscarlo. Usaremos el vehículo.

—No está psicológicamente bien, Jungkook —habló Yugyeom, ingresando a la casa.

Taehyung y Hoseok observaron con sorpresa cómo la expresión de preocupación del joven de cabello azabache cambiaba de inmediato al oír la voz ajena. Prefirieron no decir nada al respecto e intentar acomodar su posición en el suelo para ver cómo arreglárselas ahora que no tenían la silla de ruedas. Jungkook se dio la vuelta con furia y llamó la atención de ambos otra vez.

—¡¿Y por qué crees que se puso así?! ¡Si tan solo no hubieses preguntado, él...!

—¡Jungkook! —Yugyeom lo tomó por los hombros—. No estás pensando con claridad. Él tiene un arma y es obvio que vamos a tener que bajar del auto, ¿qué vas a hacer cuando lo hallemos? No piensas dispararle, ¿o sí?

—Hablaré con él y...

—No está en condiciones de escucharte —lo interrumpió—. Entiende eso.

—No tiene nada que lo abrigue de este frío, Yugyeom... —hizo una expresión de angustia—. No tiene calzado, no sé si conoce Seúl —sus ojos se llenaron de lágrimas—. ¿A dónde va a ir? Por favor, entiende eso también.

Lo meditó por un momento mientras observaba a su amigo llorar por la entendible desesperación que estaba sintiendo. Ese fue su error, de alguna manera tenía que arreglarlo. Suspiró con pesar y agachó su cabeza, cediendo ante ello. Seguía con el pensamiento de que esa era una mala idea, pero él estaba decidido a proteger a Jungkook como el agente que se supone que es. Se separó del otro e inmediatamente hizo que sus miradas se conectaran, ofreciéndole una tierna sonrisa. Esperaba no ganarse más odio de su parte.

—Muy bien, iremos a buscarlo —dijo—. Ustedes se quedarán aquí, ¿entendido?

—No podemos —dijo Hoseok—. Ya llamamos mucho la atención, de seguro alguien le avisó o le avisará a la policía.