Chispa de Cambio: Encuentro Inesperado

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Vivíamos en un momento de serena calma en la Tierra. Las amenazas de los Saiyajines, Raditz y Vegeta, que una vez se cernieron sobre nosotros, eran solo un recuerdo lejano. La armonía reinaba en nuestras vidas y ningún plan malévolo parecía capaz de empañarla.

Mi hogar era un refugio de tranquilidad. Mi madre recibía alegremente a las visitas, mi padre se sumía en su trabajo en el laboratorio, enfrascado en emocionantes proyectos. Observarlo trabajar y ayudarlo en lo que necesitaba era una experiencia fascinante.

Había pasado tiempo desde que perdí el rastro de mis amigos. Me preguntaba cómo estarían, si seguirían entrenando incansablemente. Pero, al fin y al cabo, eso era lo que amaban hacer, ¿verdad?

Mi único contacto fuera de casa era mi novio, Yamcha, quien había estado a mi lado desde la adolescencia. Aunque no habíamos formalizado nuestra relación, compartíamos nuestra vida de todos modos. Aunque la idea de planes a largo plazo cruzaba nuestras mentes, intentaba mantener la cabeza fría en asuntos de amor. Después de todo, el sufrimiento amoroso no es nada agradable, y el futuro es incierto.

Todo fluía armoniosamente con Yamcha, y se llevaba bien con mis padres. Era atento y preocupado, y siempre encontraba tiempo para visitarme en la Corporación. Mi vida seguía sin sobresaltos.

Pero un día, algo rompió la monotonía. Desperté temprano, incapaz de volver a dormir. Un estruendoso ruido resonó desde el laboratorio de mi padre. Alarmada, me dirigí de inmediato al lugar, donde el humo con un olor tóxico se disipaba en las paredes. Busqué a mi padre en vano.

—¡Papá!— exclamé, con temor, mientras lo veía con la piel chamuscada y el pelo enmarañado, parecía un maniático suelto.

—¡Bulmita!—respondió con una voz ronca y tosca.—Lo siento, querida. Esto es el resultado de un científico loco y un trabajo excesivo.—Rió como si nada hubiera pasado, mientras yo lo observaba, preocupada.

—¿En qué estás trabajando tan intensamente?—pregunté, mi curiosidad aumentaba.

—Bueno, Goku vino a verme hace unos días—, explicó mi padre.—Necesitaba mi ayuda para entrenar de una manera diferente, y ¿qué mejor forma que con tecnología de vanguardia? Ese muchacho es increíblemente obstinado y no descansará hasta convertirse en el guerrero más fuerte, sea cual sea el método. Ha cambiado mucho con el tiempo—. Limpió su rostro con una sonrisa.

Mi padre tenía razón. Goku ya no era el niño que conocíamos, sino un poderoso guerrero. Curiosamente, había estado pensando en él recientemente, y ahora mi padre lo mencionaba.

Me preguntaba qué estaría haciendo en este momento. Tal vez estaba con Milk y Gohan. Me pregunté cómo habría sido todo si la historia hubiera tomado el curso que debía. Mientras divagaba en mis pensamientos, mi teléfono sonó. Era Yamcha.

—Hola, preciosura—, dijo con un tono coqueto.

—¿Cómo estás? ¿Qué estás haciendo?—pregunté, siguiendo su juego.

—Estaba matando el tiempo en el gimnasio. Nunca está de más mantener el cuerpo en forma—, dijo de manera juguetona.

Imaginé que se miraba en el espejo mientras hablaba. Luego, una voz femenina se escuchó al fondo.

—¿Estás con alguien?—pregunté, curiosa y desconcertada por la voz.

—No, cariño, solo estoy yo. Las otras voces son los entrenadores del gimnasio. No te preocupes—, aseguró. —¿Te gustaría salir a cenar esta noche?—preguntó emocionado.

—Bueno, suena genial, y nos dará la oportunidad de hacer algo diferente—, respondí entusiasmada por su propuesta.

—Nos vemos esta noche, entonces—, dijo antes de colgar el teléfono.

—¡Papá!—, grité, haciendo que diera un respingo mientras seguía trabajando. —¡Yamcha me invitó a salir y no sé qué ponerme!—, exclamé con desesperación.

Necesitaba decidir qué ponerme para impresionar al chico que me gustaba. Salí corriendo del laboratorio y fui a mi habitación a revisar mi ropa. Era temprano, pero nunca es demasiado temprano para elegir un atuendo.

En cuestión de minutos, mi habitación se convirtió en un caos, con ropa tirada por todas partes. Dios mío, elegir era una tarea difícil. Necesitaba a alguien que me ayudara a decidir. Justo en ese momento, escuché a alguien aterrizar fuera de la casa. Era Goku, que obviamente había venido a ver a mi padre.

—¡Perfecto!—, exclamé, chasqueando los dedos.

Me dirigí hacia donde estaban conversando y ambos giraron la cabeza hacia mí al mismo tiempo.

—¡Hola, Bulma!—dijo Goku, con su eterna sonrisa. —Quería saber si...— Antes de que terminara de hablar, lo agarré del brazo.

Me miró sorprendido, con los ojos clavados en mi mano.

—Papá, te lo robaré un momento—, dije, mirando a Goku.

—No hay problema, hija. Hagan lo que tengan que hacer—, dijo mi padre con su habitual calma y una risita.

—Pero Bulma, quiero ver lo que me hizo tu papá—, protestó Goku, sorprendido por el cambio de planes.

—¡Vamos, solo tomará un momento! ¡Necesito tu opinión como hombre!—contraataqué.

Goku me miró con extrañeza y se rascó la cabeza. Sin perder tiempo, lo arrastré a mi habitación.

—Vaya, Goku, te has metido en un buen lío—, se rió mi padre a lo lejos.

—Bulma, quiero ver lo que tu papá tiene para mí—, seguía insistiendo Goku, visiblemente frustrado.

—¡Dije que solo tomará un momento, Goku!—lo miré molesta. En menos de un segundo, se quedó en silencio y entró conmigo a la habitación. Nadie podía resistirse al poder de una dama enfadada.

                                                                               ***


¡¡¡HOLA A TODOS!!!, ¡¡fic de Goku x Bulma aqui!! espero que lo disfruten y les guste muchooo!!!  Y continuen leyendo! habra acción después lo prometo!! jajajaja, como se habran dado cuenta esto es después de la saga saiyajin, cuando Bulma aun no conoce a vegeta y está con Yamcha, cambié un poco la historia jiji 

Parte de mí [Goku X Bulma] °En Edición°Where stories live. Discover now