Guerra de emociones

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Advertencia: capitulo en el que puede que odien a Bulma.

Goku me abrazaba de una manera vehemente, enérgica y apasionada, como si uno de los deseos que anhelaba fervientemente en su interior era que ambos permaneciéramos fundidos en aquel inquebrantable momento. 

Yo intentaba contener mi llanto, lo cual me resultaba bastante difícil, fue la mejor manera de despertar, sentir el aroma varonil y embriagante de mi amante nuevamente me hacia sentir una inexorable felicidad, era una sensación indispensable e indescriptible para mí, las mariposas que en mi delirio se hallaban en mi estomago, danzaban al compás de una enérgica melodía produciendo intensos cosquilleos.

Al parecer mis ojos continuaron muy húmedos por mucho tiempo, Goku rompiendo el abrazo me miró con preocupación directo a los ojos, estos no me permitían ver con tanta claridad ya que las lágrimas desesperadas por su libertad aún se encontraban retenidas.

—Dime, ¿estas bien?— Preguntó atento mientras tocaba mi hombro.

Taciturna asentí paulatinamente, aún me sentía realmente débil. Al parecer nuestro guerrero se olvidó de que no me encontraba apta aún para contarle detalles.

—Estaba muy preocupado.— Habló dando sensación de alivio. —¡Cuando te vi estabas muy mal!— Exclamó.

No había logrado captar bien lo que me acababa de decir, ¿cuando me vio estaba realmente mal?, si logró verme en el hospital no me pudo haber visto en condiciones más deplorables que las actuales. Rápidamente, lo miré con duda levantando una de mis cejas, ante lo cual, él reaccionó y continuó:

—Logré llegar a donde estabas tu junto con Killin, todo comenzó cuando me percaté de que el ki de krillin había disminuido considerablemente.— Explicó y continuó. —Esa señal me alarmó y volé hasta donde él se encontraba, me lleve una gran sorpresa cuando te vi apuñalada. Tu abdomen sangraba demasiado, estabas pálida y tirada en el piso, la verdad pensé lo peor.— Tocó su cabeza.

Mis ojos se abrieron grandemente, la muerte había respirado sobre mí, acechaba y rondaba mi alma en aquél momento. Gracias a Goku continuo con vida.

—Logré percatarme de que se trataba de las mismas personas de la otra noche en el bar, por favor, ten cuidado.— Advirtió. Le sonreí levemente.

Quería preguntarle sobre Krillin, sin embargo,  mi cuerpo me lo impedía.

—¡Ah si!— Vociferó abriendo grandemente sus ojos, al parecer recordando algo de un sopetón.

Vi como sacaba una flor que mantenía oculta en su Gi, era bastante hermosa a decir verdad, jamás la había visto, era de un color violeta fúlgido y de pétalos grandes. Lo observé ambiguamente, no sabia porque la había expuesto.

—Vi que mucha gente venía con flores al hospital.— Rascó su cabeza y observó en dirección al techo del cuarto.—Le pregunté a una señora que se encontraba a las afueras de aquí porque la gente hacia eso, ella me respondió que no se podía venir al hospital sin flores, así que, te fui a buscar esta, es muy rara y difícil de encontrar, me recuerda a ti.— Dijo evidenciando una enorme sonrisa mientras me la entregaba.

Prontamente, lo observé seria, ya que gracias a las últimas palabras pronunciadas por él, pensé que me estaba diciendo rara, sin embargo, en menos de un segundo mi expresión volvió a relajarse y sonreí ya que la flor era muy hermosa. Intenté decir gracias pero mi abdomen dolió haciendo que me quejara.

—¡Bulma!— Exclamó Goku preocupado levantándose de la cama para atenderme.

Tras el cese del dolor de abdomen, mi rostro se volvió a tranquilizar al igual que Goku, se quedó viéndome unos minutos, al parecer le afectó lo que recién pasó.

Comenzaron a sentirse unos pasos fuera de la habitación, finalmente la puerta se deslizó, era la enfermera, quien venía acompañada.

—Señorita Bulma, ¡tiene otra visita!— Dijo ella muy alegre.

Una silueta familiar se asomó por la puerta, se trataba de Yamcha. Venía con un ramo enorme de flores, la enfermera examinó que todo estuviera en orden y se marchó deslizando nuevamente la puerta.

Yamcha entró a la habitación sonriendo, sin embargo, esto cambió cuando notó la presencia de Goku. Pese a su resentimiento, parecía no querer problemas, por lo que forzó una y me miró de vuelta, al parecer se estaba esforzando bastante en que todo resultara bien para él.

—¡Bulma!, ¿cómo estas?— Me miró preocupado y me dio un leve beso en la frente.

Goku apoyado en la pared solo miraba la escena. Tan solo sonreí levemente.

—¡Te traje estas flores!— Exclamó alegre, orgulloso de haber comprado un ramo tan grande de flores, las dejo a un costado de la habitación, parecía ignorar a Goku, pero como sabemos, Goku no se había percatado de eso.

—¡Hola Yamcha!— Saludó Goku enérgico como siempre.

—Hola Goku.— Respondió él con naturalidad. —¿Hace cuanto despertó Bulma?— Continuó el tema de conversación con Goku.

—No hace mucho.— Replicó Goku pensativo. —No puede hablar, aún esta débil.— Aclaró.

—Bulma,— Habló Yamcha tomando mi mano. —Perdóname, lo siento de verdad, de haber estado contigo en ese momento esto no hubiera pasado.— 

Yo solo observaba como él tomaba mi mano, hace mucho no sentía como la temperatura de unas cálidas manos se traspasaba a mí.

—De verdad sentí que moriría cuando tus padres me dijeron que estabas aquí inconsciente.— Se mantuvo agarrando mi mano con fuerza para luego besarla. —Pasaron cinco días de aquello, Bulma, me alegro de que estés bien.—

Mis ojos se abrieron al oír sus palabras, ¿cinco días?, ¿Goku me había venido a ver todos esos días?, Bulma, ¿qué piensas?, tan solo ve frente a ti, tienes a otro hombre agarrando tu mano.

Deprisa con la vista comencé a buscar la flor que Goku me había regalado, sin embargo, no logré verla, al parecer Yamcha la había opacado con su colosal ramo de flores.

Logré ojear con cautela a Goku, él observaba como Yamcha entrelazaba sus manos con las mías, la verdad me dolía, sin embargo, cada vez asumía más que no pasarían más cosas entre nosotros y la opción de volver a empezar algo con Yamcha cada vez me convencía más. Me sentía cada vez mas lejana a uno de mis sueños.

—Goku, ¿Milk no estará preocupada porque no llegas a casa?— Cuestionó Yamcha.

Goku ante esto evidenció expresión de sorpresa, al parecer lo habían sacado de sus pensamientos.

—Yo puedo cuidarla.— Manifestó Yamcha haciendo la sonrisa forzada de un inicio sin soltar mi mano.

—Bueno, supongo que tienes razón.— Respondió separándose de la pared para acercarse a mi con una sonrisa que me permitió ver sus blancos y radiantes dientes.

Me miró fijamente con sus ojos negros azabache que me derretían.

—Cuídate mucho, ¿si?

Le dio un suave toque a mi frente y salió volando, no pude evitar sonreír. Yamcha se encontraba mas adusto que nunca.

—Ya verás Goku...— Murmuró.

Lo observé levantando una ceja algo seria, él rompió su seriedad y comenzó a reír.

—¡Sólo son bromas!— Dijo aun riendo mientras acariciaba mi mano.

No pude prevenir el mirar como tomaba mis manos, necesitaba sentirme querida, era suficiente de sufrir, de esta guerra de emociones continua de la que era victima a causa de un hombre que no era mio. ¿Sería lo correcto intentarlo con Yamcha de nuevo?, en ese momento nada me importó, finalmente, correspondí al agarre de su mano, el me miró sorprendido con sus mejillas sonrojadas, luego sonrió, al parecer entendió que las cosas estaban resultando bien para él.

Parte de mí [Goku X Bulma] °En Edición°Where stories live. Discover now