¡Acosador!

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Tras tocar sus labios unos segundos y asegurarme de que la odiosa rubia nos viera, interrumpí nuestro beso separándome pausadamente de Goku. Lo primero que pude ver fueron sus ojos grandes muy abiertos, no pensé en lo que había hecho ni en sus consecuencias hasta ahora. Un tono rojizo irrumpió mis mejillas, rápidamente, coloqué mis manos sobre ellas para que mi acompañante no se percatara de la embarazosa situación en la que yacía sometida.

—B-Bulma...— Balbuceó Goku anonadado sin dejar de mirarme petrificado. —P-Pero que...— Sus mejillas se hallaban levemente ruborizadas.

Sin perder el tiempo, comencé a reír nerviosamente a carcajadas tocando mi cabeza. Goku se encontraba sin cambiar su semblante, sentía que estaba por morir. Muchas cosas asediaron mi mente, si no apoyo la infidelidad... ¿Por qué mierda no dejo de hacer estas cosas?, es como si este hombre fuera un imán de vehemente atracción y yo un endeble metal.

No es como si fuera la primera vez que nos besáramos, ¿tan doblegada me hallo ante sus acciones?, bueno, en esta ocasión no es como que fuéramos a tener sexo o estuviéramos encendidos bajo una arrebatada pasión.

—¿Bulma?

Logré escuchar una voz masculina, gruesa y varonil a mis espaldas, tanto yo como la víctima de mi beso miramos en aquella dirección.

—¿Joseph?— Pregunté entre cerrando mis ojos para poder observarlo mejor.

—¡Sabía que eras tú Bulma!— Exclamó dichoso.

Caminó a pasos agigantados en dirección a mi para darme un gran abrazo, el cual correspondí. Ambos estábamos felices de vernos.

Goku parecía mirar toda la escena, sin embargo, no podía sonreír. Tan sólo observaba curioso.

—¡Me da mucho gusto verte!— Manifestó Joseph enseñándome sus dientes tan blancos como perlas.

Se había vuelto realmente guapo, su pelo color marrón, lucía muy bien, hacía juego con su traje y sus ojos intensamente verdes. Se encontraba usando un smoking negro adornado con un corbatín.

—¡Si, ha pasado tiempo!— Repliqué sonriendo a medida que me separaba de él.

—¿Quién es, Bulma?— Intervino Goku preguntando intrigado.

—¡Oh!, es un amigo de la infancia, ¡lo conocí a él antes de haberte conocido a ti Goku!— Relaté de manera alegre.

—¿Goku?, que nombre tan extraño.— Rió Joseph mientras me volvía a sonreír. —¿Eres el novio de Bulma?— Interrogó Joseph ofreciendo su mano para posteriormente estrecharla con Goku. Al parecer mi acompañante excedió su fuerza, haciendo que está le doliera a Joseph.

—Oye Bulma, ¿por qué todos piensan eso de nosotros?— Me susurró el saiyajin al oído. Sin embargo, antes de que pudiera contestarle a Joseph, él había tomado mi mano.

—¿Eh?— No pude evitar observar confundida como su mano se aferraba con fuerza a la mía.

—¡Bulma!, la gente adentro se encuentra bailando, ¡vamos!— Sugirió el oji verde.

Me arrastró tomada de la mano sin dejar que respondiera. velozmente, di vuelta mi cabeza y vi como Goku me miraba sin entender nada a medida que nuestras distancias aumentaban. Mediante señas le dije que fuera hacía el salón, realmente no tenía ánimos de bailar.

—Llegamos justo a tiempo para la música lenta...—  Dijo Joseph apegando su cuerpo al mio mientras tomaba mi cintura una vez instalados en la pista de baile.

—Joseph, ¿qué es lo que...?— Cuestioné intrigada e inquieta. Algo extraño le estaba pasando.

—Realmente te he extrañado este tiempo, ¿a dónde te habías ido?, estás realmente hermosa.— Consultó a  tan solo centímetros de distancia de mi.

—Me fui con Goku a unas pequeñas aventuras.— Respondí sin dar demasiada información, poniéndome algo seria.

Poco a poco sentía como él prendaba con mayor solidez mi cuerpo a su torso y me tocaba con más fuerza la cintura. Algo no andaba bien.

—¿Con él?— Dudó ladeando la cabeza en cierto rumbo, el cual proseguí a mirar. 

En aquella dirección se encontraba Goku, para mi mala suerte, Farrah lo había agarrado y comenzó a bailar con el.

—¿Qué hace Goku con Farrah?— Pregunté frunciendo el ceño duramente sin prestarle atención a quien bailaba conmigo.

—¿Vamos Bulma estás celosa?— Consultó provocando que mis ojos celestes se dirigieran a los suyos. —Yo soy mucho mejor, ¿no crees?—

Volvió a su interrogatorio, el cual preferí simplemente no responder. Tras volver a mirar rápidamente a Goku, pude notar que él me observaba intermitentemente preocupado, como si le desagradara la idea de que esas manos estuvieran sobre mi vestido rojo. No quitaba la vista de sus manos, mantenía arqueando sus cejas.

Deprisa, comencé a sentir como esas manos recorrían más partes de mi cuerpo, como si estuvieran curiosas por conocer cada parte de mí. Fruncí bruscamente mi ceño en señal de desaprobación.

—¿Qué estás haciendo?— Pregunté cortante y de manera adusta.

—Vamos Bulma, no interrumpas la fiesta. 

Disminuyó la longitud entre ambos con la intención de tocar mis labios. Sus manos rápidamente se desplazaron a mi muslo para intentar levantar mi vestido.

—¡No te atrevas a hacerme nada!— Vociferé furiosa intentando zafarme de sus brazos. Sólo deseaba que me dejara en paz, sin embargo, tenía mucha fuerza.

En menos de un segundo, unas pisadas se aproximaron a mí. Vi como un puño aterrizó secamente en en la cara de Joseph, me tomó por sorpresa.

Observé al hombre responsable de aquella heroica hazaña, se trataba de Goku, quien se encontraba serio y con su entre cejo arrugado.

—¿G-Goku?— Pregunté atónita al presenciar aquella escena.

Tras esto ser visto por mucha gente, se causó un alboroto, se escuchaban susurros de muchos sectores del salón, mucha gente corrió a ver a Joseph, las esposas de los científicos se encontraban indignadas por ver el comportamiento de Goku. Joseph por desgracia tenía mucho poder al tener a una de las familias más adineradas del mundo, su padre era el presidente de la Asociación de científicos.

—¡¿Qué comportamiento animal fue ese?!— Exclamó una de las presentes. —¡Esto es inaceptable!—

Joseph se encontraba inconsciente. Goku con su fuerza logró noquearlo.

—¡Goku!— Vociferé tomando su brazo para llevarlo lejos del lugar. —Será mejor que nos vayamos de aquí, esto se volvió un caos y puede que no te vaya nada bien si seguimos aquí.—

Prontamente, llamé a mis padres para verificar si habían visto todo lo sucedido, y así fue. Ellos se encargarían de dejar la imagen de Goku intacta, después de todo, se habían metido con su hija.

—¡Vamos Goku no te preocupes, todo estará bien!— Exclamé.

A la brevedad, el saiyajin me tomó en brazos emprendiendo vuelo y nos marchamos del lugar sin mirar atrás.

—Bulma... yo, perdón— Espetó arrepentido arqueando sus cejas. —Él no tenía que tocarte así.— Continuó mirándome cada cierto tiempo, ya que necesitaba saber hacía donde volaba.

—No te preocupes Goku.— Lo tranquilicé y sonreí aferrándome a su cuello.—Mis padres nos ayudarán, gracias por salvarme de eso. ¿Quieres comer algo?, creo que quedaste con hambre con lo poco que daban de comida allá.— 

Goku me miró con los ojos brillantes sonriendo de oreja a oreja.

 —¡La verdad es que tengo mucha!.

 Se escuchó un pequeño rugido desde su estómago acompañado del viento.

—Entonces vamos a mi casa, ¡te prepararé algo delicioso como agradecimiento!— Sonreí no pudiendo ver mucho a causa del viento. Goku sin negarse a la idea, nos llevó a mi casa.

Será el momento perfecto para hablar con él de todo lo que nos ha estado pasando.

Parte de mí [Goku X Bulma] °En Edición°Where stories live. Discover now