Parte de mí [Goku X Bulma] °En Edición°

El vodka de la verdad

—Bulma no pienses estupideces, sólo se trata de Goku.—Me decía a mí misma tratando de calmar el nerviosismo que tenía en ese momento.

 Conocía a Goku, desde hace mucho tiempo, sabía que el no era capaz de hacer algún tipo de acción atrevida u osada.

Goku se alejó de mí por un momento, con su mirada perdida y cansada, comenzó a mirarme, no sabía a que se debía eso. Durante un momento clavó su mirada azabache sobre mis ojos, algo se desató en mi; mi corazón dio principio a feroces latidos, mi nerviosismo aumentaba, ya quedaba poco para que comenzará a sudar.

Luego de unos segundos de analizarme Goku tocó su pecho.

—E-esto no se va...— Dijo con voz algo tenue y desganada.

 Miraba como una de sus manos tocaba su pecho.

—Siempre que estás tú... y te veo vuelve— Goku continuó tocándose el pecho y me miró de vuelta—Con comida n-no se arregla—, Intentó explicar.

Su mirada bajaba y sus ojos azabache dejaban de brillar.

La adrenalina del momento me dominó, no sabía que decirle ni que hacer, sólo estaba sorprendida. Tenía emociones mezcladas y sólo sentía que mi corazón no dejaba de latir, no podía negar el hecho de que sentía cosas por mi amigo de infancias, pero ya estaba casado, incluso tenía un hijo. Lo que estaba tratando de decirme tenía que ser una broma o provocado por los efectos del alcohol.

Durante mucho tiempo estuve reprimiendo lo que sentía y hasta ahora me había cegado a ignorar aquello. Si esto es verdad, entonces Goku también.

—¿Q-Qué estás diciendo Goku?— consulté, tartamudeando.

—N-No sé que es Bulma, sólo pasa— Añadió el pelinegro aún bajo los efectos del alcohol—¿Qué puedo hacer para que pase?—, entrecerró sus ojos en señal de cansancio, reflejaban bastante melancolía.—. No quiero...

Terminó de bajar la mirada que aún seguía opaca y cansada, tras dejar de articular palabras con falta de coherencia guardó silencio.

En ese momento, sentí que todo lo demás era algo sin trascendencia, superfluo. Sólo era relevante lo que declaraba y exteriorizaba el interior de cada uno, lo que podíamos llegar a sentir, aún no estaba segura si las declaraciones de Goku eran ciertas, pero de algo estaba segura. Sentía muchas cosas por ese guerrero de oscura cabellera, el cual en muchas ocasiones estuvo conmigo viviendo innumerables momentos de alegría y tristeza.

Rápidamente en un arrebato y sin pensar nada más, agarré su traje naranja de pelea en la zona del pecho, lo atraje rápidamente hacía a mi y lo besé, ya no aguantaba más.

Estuve mucho tiempo reprimiendo este maldito sentimiento, todo lo demás, era irrisorio. El único miedo que tenía era que las palabras de él fueran ficticias y no pudiera ser correspondida.

La sensación de sentir los labios de Goku sobre los míos era indescriptible, se sentían muy cálidos, me sentía inmersa en una fantasía, todo lo demás lo había guardado en un recóndito y oscuro hueco en mi mente. Sin darme cuenta, nuestro beso siguió, el sabor dulce y a la vez amargo del vodka se traspasó hasta mis labios. Mi mejor amigo no se resistía, por lo que nos vimos envueltos en pasión dándonos un beso enorme que al parecer ambos estuvimos esperando.

Goku atraía mis labios a los suyos con mucha fuerza y pasión, mantenía su mano en mi nuca, mientras yo me mantenía aferrada a su dogi naranjo como si mi vida dependiera de ello.

De un momento a otro aún en la atmósfera cálida que se comenzó a generar, ambos nos encontrábamos en mi habitación, continuábamos tocando nuestros labios de forma brutal y descontrolada, a medida que la cantidad de besos aumentaba, también el pulso y respiración del pelinegro.

Haciendo esto, choqué con mi cama y caí, Goku cayó sobre mi, sin poder detener el ritmo que llevábamos, continuamos aumentando la temperatura del ambiente brutalmente.

Ya me encontraba cegada por el deseo de poseer a ese hombre de raza guerrera que conocí de pequeña; quería hacerlo mío, que no anhelara disipar las fogosas imágenes creadas por ambos de su mente, que fuera parte de mí, tener una noche maravillosa y fogosa juntos envueltos en una pasión incontrolable y salvaje.

Rápidamente le quité la parte superior de su traje, el accediendo a todo, me miraba algo sonrojado esperando a que hiciera algún otro movimiento que pudiera complacerlo.

Quedé estupefacta viendo sus abdominales y venas marcadas en distintas zonas de su cuerpo. Él tomó mi barbilla incitando a mirarlo directo a los ojos. Devorándonos con la mirada nos observamos unos segundos.

—Continuemos, esto se siente muy bien— Admitió él desplazando su oscuro iris sobre mis ojos y labios.

No pude negarme a su tentadora y pecadora oferta, sin dudarlo, hice caso.

Proseguí a despojarlo de la parte inferior de su dogi, no podía negarlo, su cuerpo entrenado me hipnotizaba, quería tocarlo en todas las zonas posibles, ya no aguantaba, quería rápidamente ser suya, por lo cuál, tomé su mano mientras se acercaba a mi cuello y la coloqué sobre mi pecho para que pudiera desabotonar la camisa que llevaba puesta.

Y así fue, ambos quedamos completamente desnudos, inundados por el deseo de intensa posesión. Goku admiró mi cuerpo unos segundos colocándose en posición para iniciar la penetración.

Sin pensarlo, apuntó su miembro en dirección a mi entrepierna y comenzó a embestirme de una manera increíble, su fuerza sobrenatural, lo hacía mucho más excitante y la fantasía recurrente en mi interior, rogaba que no se detuviera. 

Mis uñas no tardaron en clavarse a lo largo de su ancha espalda, tocaba mi anatomía completa: mis pechos, muslos y caderas. Era como si a pesar de su inocencia, intentara manejarse en el tema.

Jamás había visto la cara de Goku en ese estado, estaba sumergido en las sensaciones de placer que sólo el sexo podía brindarle, disfrutaba, sus mejillas se encontraban levemente sonrosadas y su mirada, a pesar de estar bajo efectos de alcohol no parecían perdidos en comparación hace unos minutos atrás.

Con el paso de los minutos todo se volvió más intenso, cada vez sus movimientos eran más fuertes, despiadados, salvajes y brutalmente alocados, yo quería más de él y le imploraba que continuara. Con la fuerza de mi compañero de travesuras nocturnas, casi destrozamos mi cama, pero ninguno de los dos le dio importancia.

Goku gruñía, no podía controlar lo que sentía al igual que yo, esto era único e inigualable, comencé rápidamente a besar su cuello, ante lo cuál se retorció. Se había sumergido en el mundo de la lujuria y deseos carnales.

Me coloqué sobre él, con prisa comencé a hacer el trabajo que debía, introduje yo misma su miembro dentro mí, el cerró sus ojos con fuerza a medida que sus mejillas fueron intensificando su color rojizo y los parpados de sus ojos se arrugaban con mayor intensidad.

Comencé a besar de arriba a bajo su cuerpo dando unos agraciados movimientos con mi cadera. Pasó el tiempo hasta que él finalmente acabó.

 No podía creer lo que había pasado, me acosté con mi mejor amigo.

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