El precio de la suerte

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Tras haber oído la voz de Milk mientras hablaba con los empleados y con mis padres, voltee rápidamente mi cabeza para ver a Goku, quién en ese preciso momento se encontraba despertando. 

Mi mente se encontraba en blanco en ese momento, completamente bloqueada, no sabía que hacer, estaba realmente asustada y nerviosa.

Me mantuve observando al pelinegro, quién parecía aún estar despertando y sujetando su cabeza, quedó con secuelas por los efectos del alcohol. 

El verdadero problema empezó cuando volví a apegar mi oído a la puerta, logré percatarme de unos pasos que se dirigían hacia mi habitación.

 La voz de Milk se oía cada vez más audible, definitivamente vendrían a preguntarme por dónde estaba Goku.

—¡Hijita!, ¡Bulma!, ¡Milk quiere hablar contigo!—Exclamó mi madre del otro lado de la puerta.

 Ése era mi fin, no sabia que hacer, ella ya se encontraban fuera de mi habitación. 

—¡Ay!, ¡Ay!, ¡Ay¡, ¡mi cabeza duele!.— Vociferó Goku quejándose.

 Al segundo en el que despertó, velozmente corrí en dirección a él y cubrí su boca con la palma de mi mano para que no hiciera ruido. Él me miró bastante sorprendido guardando silencio.

—Goku, no hay tiempo para explicar nada, Milk está aquí, al parecer se dio cuenta de que no pasaste la noche en casa, debe andar buscándote muy preocupada, si ella descubre que pasaste la noche aquí se armará un gran lío, debes irte pronto—Comenté inquieta susurrando.

Mi amigo de infancias un tanto descolocado sacó mi mano de su boca.

 —Sí es así, tienes razón, la verdad no se que habrá pasado, pero Milk cuando se enoja da miedo, será mejor que me vaya—Contestó rascándose la cabeza y poniéndose en pie.

Suspiré algo decepcionada, parecía no recordar lo que pasó anoche, sin embargo, no había tiempo que perder.

Rápidamente sin decir nada, le abrí el ventanal para que pudiera salir volando y nadie se diera cuenta de que estuvo aquí.

 —Ten cuidado al salir, no hagas mucho ruido para que Milk no escuche, no queremos que esto se torne un problema—Manifesté aún con un tono de voz moderado.

Goku fugazmente se dirigió al ventanal y comenzó a elevarse por los aires mirándome.

 —La verdad no se que habrá pasado, pero gracias por dejar que me quedara Bulma—Dijo con la gran sonrisa cálida que lo caracteriza.

Me encontraba deprimida, no quería que se fuera, me oponía a la idea de dejarlo ir nuevamente. Cabizbaja observé el piso por un segundo. Nuevamente su voz intervino llamando mi atención.

—Oye Bulma—Espetó levantando un poco el tono de la voz—No he olvidado lo que acordamos, hazme saber cuando sea la reunión de tu padre con esas personas—, volvió a exponer su blanca dentadura —¡Adios!—, exclamó mientras se alejaba volando.

Con todo lo que estaba pasando, no tenía tiempo para sumergirme en mis pensamientos ni hacer caso a la enredadera de emociones que asedia en mi interior. Tenía que ir a abrir la puerta, rápidamente, me acerqué a ella y la abrí, efectivamente, estaban mi padre y mi madre junto a Milk.

—¡Hija por Dios!—Se alarmó mi madre—¡¿Por qué tardaste tanto?!—, exclamó nuevamente un tanto preocupada y curiosa.

—Lo siento mamá, estaba cambiándome de ropa—Mentí sosegadamente intentando poder sonreír.

—¡Mí Goku! ¡no lo he podido encontrar!—Sollozó Milk afligida —¿No pasó por aquí?— Preguntó —.¡Llevo desde muy temprano buscándolo!

—¡Hola Milk!, lo siento, pero la verdad no lo he visto, él no se ha pasado por aquí—Mentí otra vez.

 Me sentía sumamente mal, mi estómago no dejaba de apretarse y el nudo que tenía depositado en mi garganta era enorme. Sólo quería que todo esto acabara pronto.

—¿De verdad?—Consultó aquejada la pelinegra—Bueno, supongo que se tuvo que ir a entrenar a algún lado—, comentó mirando el piso melancólica.

—¡Bueno tú sabes como es él!, ¡siempre piensa en pelear y entrenar, después de todo es lo que le gusta!— Exclamé.

Procuraba de sobremanera aumentar su ánimo para que no estuviera triste y lograr calmar un poco el ambiente. El rostro de Milk se iluminó un poco más al oír mis palabras.

—Tienes razón Bulma, muchas gracias—Sonrió Milk—Bueno, será mejor que vaya a casa, veré como va mi Gohan con los estudios—Dijo dulcemente—.¡Nos vemos luego Bulma!

Ví como la pelinegra se disponía a emprender marcha hasta su casa, me sentía de lo peor, iría a su hogar con alguien que pasó la noche conmigo y no tan sólo eso. Le dí una ojeada al suelo con los ojos un tanto empañados.

—¿Hijita estás bien?—Preguntaron mis padres al unísono.

—Sí, estoy bien no se preocupen solo necesito descansar—Los miré y sonreí para que pudieran estar tranquilos.

 Ambos asintieron y se fueron a hacer sus quehaceres.

 Entré a mi cuarto y me tire a mi cama. En menos de un segundo, una lágrima había brotado de uno mis ojos y había comenzado a recorrer mi mejilla derecha, no podía tener tan mala suerte, no podía creer en lo que estaba metida, lo peor de todo, es que al corazón suele tener voluntad propia.

La batalla del ser racional con el emocional es dura y extenuada. No lo merecía, sólo quería a alguien que me quisiera genuinamente.

Limpié fugazmente la lágrima que aún no detenía su trayectoria, nunca me gustó llorar, incluso haciéndolo en silencio, me sentía alguien débil, además la vida traía consigo muchas cosas interesantes. Como fuera debía mantenerme fuerte.

Abracé mi almohada y el suavemente dulce aroma de Goku se encontraba impregnado en ella, intenté luchar contra mi misma unos minutos, no obstante, no pude evitar romper en llanto.

¿Qué se suponía que haría ahora?.

Parte de mí [Goku X Bulma] °En Edición°Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang