Parte de mí [Goku X Bulma] °En Edición°

Rival

Mis ojos se abrieron grandemente, ¿qué hacía Farrah aquí?, lo que menos quería era saber de su existencia y su despectiva mirada de siempre. Ambas al observarnos parecíamos estarnos tirando rayos láser por los ojos, desearía lanzar esas ondas de ki que pueden hacer los chicos, no dudaría en usarlas con ella.

—Hola Bulma, ¿cómo has estado?, espero estés complacida de recibirnos en tu casa.— Habló el padre de Farrah, se percibían aires de grandeza por su parte.

Farrah bajó sus oscuros lentes de sol y trasladó su mirada desde mi cabeza hasta los pies, los mismo ocurrió con mi acompañante. Para su sorpresa, no era Goku quien me estaba haciendo compañía.

—¿Qué hacen aquí papá?— Intente preguntar lo más respetuosa posible.

—Estamos haciendo una investigación hija, al parecer se hayan muchos grupos de elementos químicos cancerígenos en la comida además de otras cosas que se utilizan diariamente, por lo cual nos han pedido ayuda, es un trabajo bastante largo y es mejor si lo hacen dos personas.— Sonrió mi padre como siempre, intente no arrugar mi cara al escuchar sus palabras.

—Mi Farrah quiso acompañarme, cómo decirle que no a mi niñita.— Espetó Gustaf sonriendo mientras acariciaba la cabeza de Farrah, hijita de papá.

—Bueno hija, iremos al laboratorio, diviértanse.— Manifestó mi padre mientras se marchaba y mi cara de tragedia aumentaba.

Farrah sin decir nada, caminó por la sala con sus enormes tacones color marrón oscuro, se sentó en el sillón y cruzó sus piernas quitando sus lentes negros.

—Tanto tiempo sin verte Bulma.— Sonrió hipócritamente, permanecía atenta a cualquier cosa que pudiera decir.

—No tanto a decir verdad.— Respondí volviendo tenso el ambiente.

Ella bufó y dirigió su mirada a Yamcha, esta era una mujer bastante seductora, no me sorprendería si empezara a coquetear con Yamcha.

—Vaya, veo que ahora tienes otro a tu lado.— Dijo con mirada coquetamente macabra.

No podía decirle lo de Goku a Yamcha o todo mi plan se iría a la basura, quizás como llegaría a reaccionar si se entera de que fui con Goku a aquella cena y no con él.

—Yamcha, amor, ¿sabes?, tengo sed, ¿podrías servirme algo para beber?— Consulté deprisa para que no oyera lo siguiente que Farrah tenía pensado decir.

—Claro amor.— Me sonrió. —y, ¿para la dama?— Observó a Farrah.

—Quiero un té helado con rodajas de limón alrededor del vaso por favor.

La rubia se acomodó en el sillón sonriendo grandemente. Yamcha se había marchado.

Farrah sin más comenzó a reír.

—¿Ahora cambiaste de novio?, ¿qué pasó con el guapo musculoso de la vez pasada?, ¿Ya te abandonó?.

Esa mujer si sabía sacarme de las casillas, sin embargo, no me permitiría demostrar atisbo alguno de vulnerabilidad ante ella.

—¿Acaso es algo que te importe?— Pregunté mirándola ruda y fijamente.

—¡Dah!— Continuó riendo. —Es mejor para mí si no estás en el camino. Tan sólo imaginarme esos musculos...— Sus ojos se demostraron centelleantes por un momento.

¿Era una broma?, ¿de verdad planeaba seguir buscando a Goku?. ¿Por qué la sentía como mi rival?.

Reí con una carcajada leve.

—¿Crees que eres de su tipo?, piénsalo bien Farrah.— Sonreí relajadamente, sin embargo, ¿por qué me enojaba tanto?.

— Vaya, vaya.— Miró la revista de vestidos de novia. —¡No lo puedo creer!, ¡te vas a casar!— 

Ella rió estruendosamente, como si auto proclamara su victoria sobre Goku. Odiaba eso.

—Sería bueno que tu futuro esposo supiera del pequeño beso que te diste con el musculoso en la cena, ¿verdad?— Me miró traviesa directo a los ojos.

La verdad, aunque odiara admitirlo, me encontraba en desventaja.

—Al grano.— Repliqué de golpe correspondiendo su mirada mientras me cruzaba de brazos.

—Me encanta negociar contigo querida.— Acarició su cabello rubio.—Dejarás que me quede en tu casa hasta que llegue ese sexy hombre.— Mordió uno de sus labios.

¿Acaso esa mujer estaba loca?, que barbaridad, una dama como yo conviviendo con ese animal, jamás en la vida accedería a algo como eso, no obstante, con el maldito chantaje que mi rival había ofrecido, tenía todas las de perder. Sería más sencillo decirle todo a Yamcha y terminar la relación para librarme de todo esto, sin embargo, sabía que correría a contárselo a Milk.

Se vienen unos días infernales para mí, por favor Goku, por lo que más quieras, ven pronto, que además yo te quiero ver.

—Esta bien, si eso quieres, después de todo quien no querría quedarse en esta bonita casa, las habitaciones sobran.— Sonreí forzosamente.

—¡Estupendo!— Aplaudió.—Espero no te moleste cuando lo este besando y tenga citas con él.— Me guiñó un ojo.

 Estaba realmente enojada, el simple hecho de imaginarlo me volvía loca, ¿me estaba poniendo celosa?, no pienses idioteces Bulma, no son nada como para que te pongas así.

—No me importa.— Mentí. —Haz lo que quieras, yo me voy a casar y amo a Yamcha.— Ultra mentí.

—Perfecto, no tengo nada de que preocuparme. ¿Aún tienes esa deliciosa piscina?— Comenzó a desprenderse de su blusa blanca. 

Me había dejado atónita, ¿por qué lo hacía aquí?. La observé adusta.

—No te atrevas a decir nada.— Advertí decidida y firme, ella sólo asintió.

Mi sorpresa fue mayor cuando vi que su traje de baño era una tanga extremadamente delgada y la parte superior dejaba ver gran parte de sus pechos. Giré mi cabeza y claro, ahí se encontraba Yamcha, con las mejillas sonrojadas y ambos vasos en la mano.

El panorama no era nada bueno ni alentador.

—Solo deja los vasos ahí.— Apunté la mesa de centro y él estupefacto por la escena anterior, obedeció. 

Farrah examinó de manera cautivadora a Yamcha y se dispuso a caminar en dirección a la piscina. Me apoyé en el respaldar del sillón y di un gran suspiro. No quería saber que pasaba por la mente de esa mujer. 

Yamcha y yo continuamos ojeando páginas de las revistas, no sabía cuanto más podría continuar esto. ¿Acaso debería ignorar las palabras de Goku e ir por lo que quiero y no darle ninguna chance a mi rival?, ¿qué excusa tendré para buscarlo si no viene?, ni siquiera se si se llevó los aparatos con él, es lo más lógico.

 Bueno, no por nada pienso que el destino de alguna manera nos volverá a unir.