-Más lejos de ti

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En cuanto sentí los pasos de Yamcha entrando a mi habitación, mi mente se nubló quedando rápidamente en blanco, no sabía que hacer. Miré rápidamente a Goku, quién se encontraba con los ojos realmente abiertos, también se había percatado y se encontraba realmente sorprendido. La calentura de ambos se encontraba completamente extinta.

Sin decir nada, puse un dedo sobre mis labios para que Goku guardara silencio, el asintió silenciosamente.

Pensé que todo iría perfectamente si no llegábamos a hacer ruido. Con estricto sigilo, en cuclillas acerqué uno de mis ojos por el hueco de la cerradura, Yamcha parecía haber sacado su celular y marcar unas pocas veces teclas.

De un segundo a otro, mi celular se encontraba sonando dentro de mi habitación, mi piel en un abrir y cerrar de ojos se volvió completamente pálida, había comenzado a sudar frío.

No sabía que hacer, me encontraba en una situación muy complicada, me sentía un ser sucio por dentro, tenía mucho miedo, sin embargo, no podía perder el tiempo con esos pensamientos, debía hacer algo y rápido, no permitiría que él descubriera lo que estaba haciendo. No me quedaba otra mas que hablar, ya que el descubrió que me encontraba en la casa.

—Bulma, ¡sé que estás aquí!— Exclamó dirigiéndose a las afueras de la puerta de mi baño para poder golpear.

Tanto mi estómago como mi corazón se encontraban apretados, realmente estaba nerviosa.

—¿Qué quieres Yamcha?— Dudé resignada fingiendo naturalidad.

—¿Por qué no me respondías?, ¿por qué tienes todo apagado?— Cuestionó curioso con un tono algo preocupado a través de mi puerta.

—Sólo ya me había preparado para dormir y hace poco entré aquí.— Mentí. —Dime, ¿para qué viniste?, tu sabes perfectamente que no quiero verte.— Dije tras dar un gran suspiro.

 Goku tan solo me escuchaba reservadamente viendo mi rostro de tristeza.

—Sólo quería pedirte perdón Bulma, últimamente me he estado dejando llevar mucho por mis impulsos, tu no tienes la culpa de nada, te acuso de cosas que se que no son verdad.— Suspiró grandemente para continuar. —Imagino que no debes sentir cosas por él, hace nada lo nuestro terminó y siempre lo respetaste, tan solo me dijiste aquello por estar enfadada, ¿no es así?.—

Ante las últimas palabras mencionadas, mi sudor aumentó y mis ojos se abrieron grandemente, no quería que llegara a mencionar a Goku.

—Sólo quería decir, que la oferta de que lo intentemos nuevamente sigue en pie, que yo te amo, no quiero que esto se arruine, deseo que nos casemos en un futuro.— Confesó Yamcha con voz débil.

Pareciera como si su voz se hubiera quebrado durante un breve lapso de tiempo, lo cual decidí ignorar.

—Yo, no se...— Respondí realmente decaída.

El hecho de que el viniera y me dijera cosas de esa magnitud me hacían mucho daño, en especial por todo lo que estaba sintiendo por Goku en ese momento, estaba confundida, de alguna manera sentía, que mientras más intentaba olvidarlos, más volvían a mí.

Medité unos momentos y observé a Goku, se encontraba pensativo mirando hacia abajo, sus ojos se encontraban opacos y funestos.

—Sólo te pediré Yamcha, que te vayas por favor, estoy muy cansada y no me siento bien, solo quiero dormir, gracias por venir y pedirme disculpas.— Espeté desanimada, sin embargo, a pesar de todo con firmeza.

—Sí eso es lo que quieres, está bien, lo respeto.— Replicó él también imitando mi ánimo.

Luego de decir esto, se sintieron sus pasos dirigiéndose fuera de mi habitación, para después sentir sus pisadas escaleras abajo. La puerta de mi casa se cerró para finalmente escuchar su auto partir.

Mi mirada se dirigió al piso de mi baño, me levanté y abrí la puerta, Goku no pronunciaba una palabra, la atmósfera era de un silencio absoluto, el ambiente cambió drásticamente, parecía tenso.

Goku salió del baño y me miró a los ojos para luego recoger su gi naranjo con el que había entrenado sin aún que ninguna palabra brotara de su boca.

—Bueno.— Suspiré. —Fue bueno que no hubieran problemas en que se fuera.— Fingí naturalidad. —¡Oh si!, Goku, quedan dos días para la cena con los científicos, recuerda estar aquí ese día.— Mencioné sonriendo levemente debido a que aún me encontraba melancólica.

Goku sin aún decir nada, me miró de reojo y sonrió levemente, se encontraba muy extraño. Sin más, comenzó a colocarse nuevamente su traje.

—¿Goku?— Pregunté curiosa debido a su carencia de habla.

—Dime Bulma.— Habló terminando de colocarse la parte superior de su traje.

—¿Ya te vas?— Consulté con desaire, no quería que eso sucediera, los momentos que tengo con el desearía que duraran para siempre.

—Ah, si.— Me miró aún con su mirada carente de brillo y expresión. Ya con todo su traje puesto, comenzó a caminar para poder salir volando a través de mi ventana.

Al notar esto, corrí hacia dónde estaba y tomé rápidamente su brazo para detenerlo.

—¡Espera!, ¿qué te pasa?— Pregunté inquieta.

—¿A mí?— Dudó Goku esquivando el contacto con mis ojos.

—Así es Goku.— Manifesté con mayor hosquedad.

—¿Te vas a casar?— Interrogó de golpe, ante lo cual me sorprendí quedando pasmada.

—Él te quiere Bulma.— Espetó manteniendo su mirada profunda azabache clavada al piso. —quiere casarse contigo, eso no lo dice cualquiera.— 

A medida que las palabras continuaban brotando de sus labios, con cada segundo que transcurría me sentía más perpleja, nunca había visto a Goku en esa faceta.

—Goku...— Intervine mirándolo a los ojos de manera melancólica y anonadada.

 Con cada oración que articulaba me aferraba con mayor fuerza él. Goku, dirigió su mirada hacía mi mano para tomarla y sacarla lentamente de arriba de su brazo.

— Yo, no sé que me pasa Bulma.— Admitió apenado y desganado. —Algo me pasa contigo, ni siquiera se si todo esto esté bien.— Suspiró.

Sin darme cuenta, el hombre del cuál me estaba enamorando, se encontraba frente a mi tomando con suavidad mi rostro. Cubrió mis mejillas con ambas palmas de sus manos.

—Te veo o estoy contigo y me siento distinto.

Sus oscuras pupilas me atosigaron. Un rubor a lo largo de mis mejillas no tardó en hacerse esperar.

—Siento que algo me atrae hacia ti y la verdad está siendo difícil para mi descubrir que es.

Los labios del saiyajin poco a poco comenzaron a curvarse menoscabando la distancia con los míos. Mi corazón daba fuertes golpes en mi pecho, mis ojos comenzaron a cerrarse para poder sentir aquello que tanto ansiaba. 

Pude sentir como su cálido aliento me envolvió en un respiro interrumpiendo el momento.

—Lo único que sé, es que siento que te necesito, tanto que en el fondo me asusta.— Confesó él.

Mi cuerpo se tensó, eran palabras que nunca creía que podría escuchar por parte de él.

—Será mejor que me vaya.— Sonrió.

Lentamente, sacó sus manos de mi rostro y se separó de mí para luego caminar hacia el marco de mi ventana.

—Espera Goku...— Volví a decir tenuemente.

—Y no te preocupes, que en dos días más estaré aquí, yo..., te hice esa promesa.— Sonrió inocentemente, para luego mirarme aún sin poder tener brillo en sus ojos. —No lo dejes ir Bulma.— Aconsejó para comenzar a elevarse y luego salir volando velozmente.

Corrí para intentar convencerlo de quedarse, sin embargo, fue inútil.De unos minutos a otros ya se encontraba muy lejos, me sentía realmente mal por los consejos de Goku, una duda que no dejaba de surgir en mi mente era: ¿Por qué sus acciones eran el reflejo opuesto de sus pensamientos?.

Siento, que con cada día que pasa, estoy más lejos de él, ¿qué es lo que realmente piensas Goku?.

Parte de mí [Goku X Bulma] °En Edición°Where stories live. Discover now