¿Celos?

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—Dime Bulma, ¿ocurre algo?— Pregunté curioso y desconcertado. —¿Qué es lo que te pasa?—.

Su mirada se veía perdida, su piel seguía extremadamente blanca y no podía sonreír.

—N-No es nada Goku, no pasa nada...— Respondió algo fastidiada, parecía molesta.

—¡Pero si estabas muy contenta hace poco!.— Exclamé sorprendido, habían muchas cosas que no comprendía.

—¡Te dije que no me ocurre nada!— Gritó molesta frunciendo duramente el ceño.

La verdad es que da miedo cuando Bulma se enoja, por lo cual, decidí no seguir insistiendo.

—Está bien, no te alteres.— Reí nerviosamente intentando calmarla.

—Está el traje que usaste para ir a cenar conmigo.— Continuó mirándome seria, su mirada no tenía buena expresión.

Yo continuaba nervioso, sólo asentí velozmente.

—Puedes decirle a Farrah que te compre uno, después de todo, es igual de rica que yo, con la cantidad de dinero que tiene puede comprarte el que ella desee.— Se cruzó de brazos, estaba muy enojada, como si hubiera dicho algo realmente terrible.

No sabía cómo calmarla, no sabía que decir.

—Bueno, está bien.— Rasqué mi cabeza una vez más sin comprender, tal parece que mis últimas palabras no la hicieron nada feliz, su semblante no cambiaba.

Yamcha se dirigió hacia nosotros abrazándola, lograba percibir algo extraño en él.

—¿Sucede algo amor?— Le consultó él a Bulma posando los labios sobre su mejilla.

—No es nada, vamos a seguir con los preparativos de la boda.— Le sonrió mientras tomaba su mano.

De la boda...

Repliqué esa palabra en mi mente, ¿por qué sería yo el que me tendría que molestar ahora?, a pesar de todo, no me podía sentir del todo bien viendo la escena que tenían ellos dos. Por alguna razón, mi pecho dolía como si me estuvieran enterrando cuchillos.

—Bueno.— Sonreí forzadamente. —Será mejor que me vaya.— Reí intranquilo tocando mi nuca para marcharme de aquel lugar. 

No pude evitar palpar mi pecho a medida que caminaba, no paraba de doler.

Suspiré y cerré los ojos intentando calmarlo mientras respiraba hondo, eso podría servir. Tras abrirlos, se encontraba la amiga de Bulma frente a mi aún disfrutando de la piscina.

—¡Disculpa!, ¿puedes darme aquella toalla?— Señaló una que estaba colgada sobre una silla inclinada.

Al encontrarme desprevenido, desperté parpadeando rápidamente, ella continuaba señalando aquella toalla. La tomé y se la entregué cuando ella salió de la piscina.

—Eres muy dulce, muchas gracias.— De un momento a otro, se paró de puntas y posó sus labios sobre mi mejilla, lo cual me dejó bastante ensimismado, ¿acaso era normal?.

Comenzó a secarse, interiormente no me sentía muy bien, podría ser... ¿angustia?.

—Disculpa, ¿me podrías colocar un poco de bronceador sobre la piel?— Preguntó mirando atenta a mis ojos negros.

Era primera vez que alguien me preguntaba eso, ¿qué se suponía que debía hacer?, la verdad, para mí todo esto era algo bastante extraño.

—¿Sabes?, yo... debo hacer otras cosas.— Mentí.

Tocarla no era algo que deseara, no sentía la necesidad de hacerlo.

—¡Vamos Goku!, te lo pido como un favor.— Sonrió de una manera singular y mordió su labio.

Parte de mí [Goku X Bulma] °En Edición°Where stories live. Discover now