¡Giro inesperado!

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Ambos nos encontrábamos dentro de la nave volando en dirección a mi casa, tras la escena ocurrida en el desierto, no se volvió a tocar el tema, ambos sabíamos que era lo mejor, sentía a Goku como un amigo nuevamente, aún sabiendo en el fondo lo que ambos sentíamos.

Intentaba darme ánimos y convencerme a mi misma de que las decisiones que he estado tomando serán buenas para mí y mí felicidad.

Gran parte del viaje Goku se la pasó preguntando por la nave, por si creía que otra amenaza llegaría a la tierra y que pasaría si aquellos saiyajines volvían, había renacido una conversación nostálgica, era el tipo de conversación que teníamos antes de que todo este enredo pasara.

Al ver sus labios mientras me hablaba, entraba en una tentación profunda de tomarlos como míos, sin embargo, sabía que estaba en una relación con Yamcha y la respetaría, ya saben, no apoyo la infidelidad.

—¡A lo lejos se ve tu casa!— Exclamó Goku inclinándose hacía adelante mientras estaba sentado en el asiento del copiloto. 

Finalmente habíamos llegado. Al oír el sonido de la nave Yamcha y mis padres salieron a recibirnos.

—¡Al fin vuelves hija!.— Habló mi padre mientras me veía bajar de la nave, Goku imitó mi movimiento.

—Lamento la demora.— Sonreí. —Tenía que sacarlo de su entrenamiento.— Lo miré y saqué la lengua, el guerrero de Gi naranjo tan solo rió.

—Amor, ¿por qué no me dijiste que te acompañara?— Dijo Yamcha para abrazarme y levantarme, ambos estábamos riendo.

Logré observar de reojo a Goku, no se veía cómodo con la situación.

—Goku.— Interrumpió mi padre la extraña escena. —Ya está todo listo para que puedas entrenar con tecnología de punta.— Explicó él acariciando el gatito negro que siempre le hace compañía.

—¡Vaya!— Vociferó emocionado. —¡Ya quiero entrenar con ellos!— Sus ojos denotaban mucho entusiasmo.

—Bueno, déjame ir por ellos.— Mi padre sonrió y se marchó hacía al laboratorio.

—Iré a preparar té.—Mi madre al igual que mi padre se marchó.

—Bueno.— Espetó Yamcha mirándome pícaramente. —Ahora que tus padres se fueron...— Dijo para luego dar inicio a besos continuos en mi cuello y mejillas, me dieron cosquillas, por lo cual comencé a reír.

Debo decir, que el dolor que sentía en mi pecho en esos momentos es indescriptible, no me sentía cómoda con Goku estando presente.

—Dime Goku.— Habló Yamcha para romper la tensión generada en el ambiente. —¿Cómo estás?, ¿Cómo están las cosas con Milk?— Consultó sin soltar el agarre hecho en mi cintura.

—Bastante bien.— Replicó con inocencia, cómo si la escena recién pasada nunca hubiera sucedido.

— Y dime, ¿también le entregas flores a ella como lo haces con Bulma?— Preguntó con recelo, al parecer intentando aumentar la tensión que el mismo había logrado quebrantar. Me había logrado molestar y mucho.

—¡Yamcha!— Exclamé molesta separándome de él. Mi ceño se había fruncido completamente.— No te preocupes Goku, no es necesario que respondas.— Reí nerviosamente.

El saiyajin de manera taciturna, asintió, se encontraba muy descolocado, no había entendido porque Yamcha había hecho semejante pregunta.

—¿Por qué lo defiendes?.

Callé un momento.

—¿Acaso es un pecado defender a un amigo?.— Pregunté ya enojada. Incluso dispuesta a discutir de ser necesario.

Parte de mí [Goku X Bulma] °En Edición°Where stories live. Discover now