-Se acerca el gran día

1.4K 100 8
                                    

Las palabras de aliento hacía Milk, manifestaban efecto, su llanto había cesado y me observó con sus refulgentes ojos.

—Quizás debería dejar de llorar.— Espetó para si misma en tono de reflexión.—¿Qué es lo que lograré con esto?.— 

Sus labios fueron testigos de una leve curvatura, imitaban una sonrisa.

—Eres una buena mujer Milk, no tengas miedo de cosas tontas.— Mentí sintiéndome realmente hipócrita.

—Tienes razón.— Respondió levantándose del sofá. —Gracias por todo Bulma, estoy mucho mejor.— Sonrió con dulzura. 

Sumergida en mi auto acusación interna, tan solo sonreí de vuelta.

—será mejor que me vaya, muchas gracias—. La esposa de quien era mi amigo de infancia me rodeo con sus brazos cálidamente para luego marcharse de mi casa.

Tras la conversación me tiré sobre el sofá a meditar, habían muchas cosas que estaban confusas, esto debía aclararse y pronto.

—¡¿Qué es lo que acaso el destino me tiene deparado?!— Manifesté molesta cruzándome de brazos.—¡Kami-Sama!, ¡si no es el hombre más guapo y sexy del mundo no lo aceptaré!, ¡¿de acuerdo?!— Reclamé con el ceño fruncido mientras le daba un golpe a la almohada.

A pesar de todo lo que estaba aconteciendo, no podía seguir perdiendo el tiempo, quedaba muy poco tiempo para la gran cena con los inventores y científicos, debía ir a buscar un vestido elegante que me ayudará a lucir bien. Me abrigue con una chaqueta bomber color rojo para posteriormente emprender camino con mi moto, debo decir, que el viento no me ayudaba mucho con mi cabello.

Llegué hasta una de las boutiques con las que suelo ir con mi madre, vi que en la vitrina se encontraba con muchos extravagantes y ostentosos vestidos. Rápidamente, entré.

—¡Bulmita, querida!— Vociferó el dueño del lugar y diseñador de los vestidos para besar mi mejilla.

—¡Louis!, ¿cómo has estado?, ha pasado tiempo.— Contesté faustamente mientras miraba el arsenal de ropa que colgaba de ganchos.

—¡Cierto!— Me ojeó de pies a cabeza acomodando sus lentes. —Dime querida, ¿cuál es tu problema?, ¡debo decir que los años te han favorecido en demasía!— Disfrazó una leve sonrisa tras poner la mano sobre su boca con extrema elegancia.

—Lo que pasa es que en muy poco tiempo tengo una cena de gala con varios científicos de todo el mundo y mi padre cuenta conmigo, ¿será que tienes algo que pueda usar?— Pregunté intrigada mientras miraba su cabello color gris prolijamente peinado.

—¡Ihh!, ¡querida por amor de Dios!, Louis se ha anticipado a tus necesidades. Tu madre habló conmigo acerca de esto y confeccioné un vestido sólo para ti.— Aclaró acomodando nuevamente sus lentes.

Tan solo una madre es capaz de anticipar de manera perfecta las necesidades de un hijo. Lamentablemente por haberme hallado hondamente distraída con lo que estaba pasando con Goku, no me había tomado el tiempo de preocuparme por esto.

—¡Dime Louis!, ¿qué es lo que tienes para mi?.— Consulté extremadamente deseosa.

El icónico diseñador de la ciudad, tras darme la espaldas unos segundos, se presentó frente a mi con un corto vestido de tonalidad rojiza tenuemente opaca, era bastante bonito.

—Lo que está de moda actualmente es el rojo italiano querida, por tu tes blanca y las siluetas de tu cuerpo, ¡sé que este color y vestido te quedará excelente!— Exclamó entregándomelo.

Me probé el vestido y me posé frente al espejo observándome con esmero. Era un vestido corto que cubría toda la zona delantera de mi torso en conjunto con mis brazos, no obstante, dejaba al descubierto casi a totalidad mi espalda. Me había enamorado de él, me sentía muy hermosa, sin estructurar palabra alguna, lo llevé conmigo.

—Me alegra de verdad que te haya gustado Bulmita.— Manifestó Louis peinando su cabello.

—Disculpa, ¿tienes algún smoking?— Dudé pensando en Goku, a pesar de todas las cosas que me dijo, y lo intranquila que me ponían, él no sería capaz de romper una promesa.

—¿Es para tu novio?— Preguntó Louis pícaramente.

Manteniendo un estado taciturno, sólo suspire.

 —Supieras todo lo que ha pasado.— Respondió con ojos de resignación. —¡Es para un amigo!— Admití aunque odiara decirlo.

Tras un poco de charla, me pasó un smoking color azul con una camisa blanca de cuello recortado y una corbata negra. Este era el traje ideal para Goku, se verá muy excelente con el.

—¡Muchas gracias por todo!— Agradecí saliendo del lugar. Fui por unos zapatos para Goku y para mi, para finalmente ir de vuelta a mi casa.

**

Así fue transcurriendo el tiempo que faltaba para la gran cena, no había tenido contacto con Goku, sentí hondamente su ausencia. Verlo nuevamente me pondría los pelos de punta tras las ultimas palabras previas a su partida, además, por qué estaba decidida a hablar seriamente con él.

Mis padres ya habían llegado de su viaje, me encontraba intentando relajarme en el balcón de mi casa leyendo una revista de ciencias. Finalmente había llegado el día, las cosas se encontraban agitadas en mi casa.

—¡Bulmita hija!, ¿acaso no te arreglarás para ir?— Exclamó mi madre desde su habitación, parecía estar muy preocupada. —¡Ya es tarde!—

—Lo se mamá, ¡no te preocupes aún hay tiempo!— Repliqué. 

Me mantenía esperanzada con la aparición de Goku a la lejanía, sin embargo, el tiempo pasó y no aparecía. 

Había terminado de arreglarme, me puse mi vestido corto de color rojo, junto con unos tacones bastante altos y negros, mis labios eran de un color similar al vestido, mi pelo se encontraba realmente liso extendiéndose a lo largo de la longitud de mi espalda. Me sentía bastante sexy y linda, sin embargo, Goku aún no aparecía, me encontraba realmente preocupada e impacientada.

—¿Acaso vendrá?— Suspiré dándome los últimos retoques frente al espejo. —Supongo que quedó afectado por lo que ocurrió la última vez...— 

Mire decepcionada el piso por un breve lapso de tiempo deteniendo mis actividades. Él único motivo por el cuál anhelaba vehemente que este día llegara era para poder estar con él.

—Bueno... no lo culparía después de todo.

Monologué hasta que un golpeteo se sintió fuera mi ventana. Corrí a ver fugazmente y efectivamente Goku había llegado, abrí mi ventana y sonreí grandemente, me daba mucho gusto verlo.

—¡B-bulma!, ¡Perdóname!— Espetó arrepentido y alarmado. Le faltaba poco para arrodillarse suplicando mi perdón.

—Señor Goku, ¿cómo es que usted llega a esta hora?, todo sucio con su traje roto después de entrenar.— Bromee levemente adusta.

—¡Como no tenía hora, se me fue entrenando!, ¡espero no sea muy tarde!— Vociferó aún preocupado juntando ambas manos.

Di inicio a una pequeña risa divertida mientras él me observaba atento.

 —No te preocupes, sólo estoy jugando, ve a ducharte, ¡te pondrás un smoking muy lindo!—Exclamé dichosa por su amena presencia.

—¡Si Bulma!— Contestó obediente. —Por cierto, te ves bien.— Dijo sonriendo dulcemente para quitarse la ropa ante mis ojos.

 Sin más, lo empujé deprisa al baño ya que si mi mamá lo veía, se desmayaba. ¡Este saiyajin no tiene remedio!.

Parte de mí [Goku X Bulma] °En Edición°Where stories live. Discover now