Mexicano

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José-

Me quedé en mi cama pensando toda la noche, ¿Qué había pasado?, Yo he guiado a millones de turistas, incluso damas, ninguna cautivando mi corazón, nadie de otra parte, ni de mi lugar de origen, solo él.
Ese joven extranjero era demasiado curioso, el comparte muchas cosas en común conmigo, como el hecho de que ambos cantamos y somos afortunados con las chicas, pero cuando lo ví ahí, cantando y reluciendo de confianza mi mente dejo todo de pensar, sentía que perdía todo pensamiento, para que mi corazón comenzará a bailar como al son de la zamba, no de una manera apasionada a la música, esta vez era diferente, realmente ese joven pelirrojo llamó mi atención y también mi corazón.

Ya era de mañana por como las cortinas blancas iluminaban mi habitación, me senté a la orilla, levantándome después e ir al baño, mirándome al espejo, estás ojeras son espantosas, entre a la bañera y deje que el agua fresca me despertará un poco más, mientras pensaba en esos ojos candentes y aquel pelirrojo pelo que se escondía en un estampado y adornado sombrero, no podía evitar sonreír al recordar incluso su voz. El tour fue corto, fue rápido, la mayoría de los turistas solo se quedan tres días, pero Panchito se quedaría dos semanas, no quería dejar de verlo.

Salí de la bañera poniéndome mi traje y salir a pasear, mi casa quedaba en lo más alto y algo lejos del pueblo, pero me gustaba caminar hasta llegar, mirando la cotidianidad de las personas Brasileñas y la frescura de la mañana.

Mientras caminaba pensaba en varias cosas, a juzgar de sus ropas y su forma de hablar, está claro que es del norte, muy lejos de mi, no recuerdo el nombre de ese país, ¿Cuál era?, Argentina... Colombia... Perú...nah, era de uno más alegre, uno con un sentido de la vida muy extraña, tal vez de

Panchito-México compadre

Estábamos en el Restaurante Pelô Bistrô de nueva cuenta, batido de coco y para el una tequila ligera mañanera, combinada con el aroma de la piña. Esta vez el estaba sin su estampado sombrero, su cabello de fuego era lo que más me llamaba su atención y su mirada pícara y suave. Se notaba que él era un chico atrevido, pero aún así, todo un caballero.

José-¿México?

Panchito-Si, soy de un pueblo, bien chulo, de ahí en México

Me quedé unos segundos pensando en los que el tomaba de un solo trago su tequila tropical, se notaba nervioso, simpático.

Panchito-A todo esto, ¿Qué pasa?

José-¿Mh?

Panchito-Me pediste salir a desayunar, ¿Pasa algo?

Quiza, yo no quería dejar de verlo, su presencia en poco tiempo se volvió necesaria para mí. Intenté pensar que excusar, no sabía bien que decir, todo esto era muy confuso, solo podría improvisar, era mi única salida en este momento. Pensé en tantas cosas, hasta que recordé que hoy me tocaba trabajar, ¡Genial!, ¡Noche de zamba!

José-Quería saber, si estabas interesado en ir a verme esta noche

Panchito-¿Esta noche?

José-Si, hoy daré un show especial, dedicado a ti

Noté un ligero rubor en sus mejillas, se había sorprendido. Después sonrió de manera alegre y pícara, cruzando sus brazos sobre la mesa interesado.

Panchito-¡Será un placer!

José Carioca Apresenta: Noite de Zamba Where stories live. Discover now