La Bikina [bonus]

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[2 de noviembre]{media noche}

Panchito-
El pueblo iba caminando y danzando, encabezados por mi, hacia el gran cementerio, rastros de dulces cempasúchil eran el largo camino que dejaba entrar a nuestros antepasados.

Me gustaba ver a mi gente, con colores y luces, bailando mientras avanzaban, como si fueran un camino brilloso de la tierra de los vivos al de los muertos. 

Al llegar al templo de los muertos, todas las familias fueron a sus muertitos, a cenar, a bailar, a cantar, aproveché para irme y perderme entre las sombras, logrando pasar de desapercibido entre tanta multitud.

Camine un poco, algo lejano, a una tumba que era sencilla, llena de papel picado, unas cuantas velas y en la lapida, una guitarra tallada en finos adornos.

Panchito-¡Qué hubo!

Me senté a lado de la lapida, sacando unos dulces de los muchos que compre en Bahía, dejándolo en el pequeño altar. 

Panchito-Dispense que la haya dejado olvidada un buen rato, usted sabe que el trabajo esta de lo peor, más a estas fechas...

Sonreí para mi mismo, quitándome mi sombrero, tomar mi guitarra y tocar suaves tonadas.

Panchito-Creo que usted me diría que me parezco a mi apá...pero nunca hable con el, nunca me hablo usted de el...pero este día no es pá pensar en eso, es para nosotros dos, amá.

Mi madre había muerto ya hace 10 años, ella siempre me saco adelante, ella nunca permitió que llorará, una madre soltera, una mujer que tuvo siempre la espalda de la gente, pero, amante de la música, amante del baile y amante del trabajo duro que hizo que ella fuera una reconocida música, a pesar de tener siempre el rechazo del pueblo; Y cuando me tuvo, ella tenía una casa, ella tenía todos los placeres, excepto el amor de un hombre...creo, que por eso ella me adoraba, porqué ella tenía mi sincero cariño y yo la de ella.

La gente decía que su pena era llorar, al haber perdido quien amo, y aún así, ella siempre se mantenía con la mirada pá el frente. creo que jamás lo comprendí, hasta que ella murió de una terrible enfermedad,  una enfermedad que termino con ella y sobre la luz que tenía, su amor maternal se marcho junto a ella, cuando solo tenía 15 años.

De ahí, los que servían a mi  madre fueron los que me cuidaron. Mamá adoraba la fiesta, adoraba cantar, pá olvidar el dolor, pá ser feliz. Tome su guitarra y le hice la promesa, de que yo no dejaría de cantar y bailar, ni por nada ni por alguien y...aquí estoy...el charro del pueblo, la figura de la música...

Siendo feliz...

Panchito-Aún que la extraño, y mucho...la hecho de menos, mi Bikina

la hecho de menos, mi Bikina

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[cortito, pero con amor]

José Carioca Apresenta: Noite de Zamba Where stories live. Discover now