1800 Coconut

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Panchito-

Tenía todos los regalos listos para mis amigos, para cuando regresará a México. ¡Ya quería contarle a mi amigo águila de todo lo que vi!, quiero contarle de cada delicioso platillo brasileño que mi paladar probo, quería comentarle sobre los lugares que mis ojos deleitaron, quería decirle que me enamore del hombre más apuesto de todos, el más seductor y el más simple del mundo y que quería ir con el a vivir, ¡a bahía!.

Caminaba pensando en todo lo bueno que me pasaron estas pequeñas vacaciones, de lo relajado que estaba, que me sentía más vivo que nunca. Estaba casi llegando al hotel, que me encanto desde que llegue a Bahía. Voltee la esquina, mis zapatos no eran lo único que sonaba esta vez, había música, habían risas, este lugar, ¡es de lo mejor!, Me distraje un poco por escuchar y ver que todo el mundo se movía al son de una zamba y cantaba mientras celebraba sin una razón aparente; Pero, de lejos lo vi, conocía perfectamente su preciosa silueta, ¡era José!, el guapo brasileño que me conquisto. 

De repente, se me ocurrió... "¿Y si le digo lo que siento?", me detuve a pensarlo un poco, por un poco, pensé que era lo más estúpido de todo, ¡lo único que ganaría es una buenísima bofetada!, el fue mi guía, el fue mi amigo, el y yo hicimos una gran aventura por todo su hogar y de la noche a la mañana bailamos un suave baile seductor, y luego, ¿qué?, llego y le digo ¿"¡Hey!, me encantas, por favor, ¡sal conmigo!" ?, ¡nah!, es una mera tontería, mi madre me lanzaría la chancla de cerca por tonto y de lejos, me la aventaría por irme sin avisarle a final del continente.

Sacudí mi cabeza, creo que todos esos shots de coco me hicieron daño, opte por ir a hablarle, quizá, a regalarle un dulce de los que compre, que fueron muchos en realidad. A conforme me acercaba, podía escuchar su potente voz, suavemente platicando con alguien; No tarde en acercarme más, pude ver que en efecto platicaba con alguien, con un hombre, como de nuestra edad, era de mediana estatura, de ojos azules claros, era un "güerito", que portaba ropa de marinero.

Me acerque, no mucho, solo hasta topar con un muro, supuse que no tendría importancia alguna, debe ser solo un simple turista que viene y va de inmediato, claro, hasta que mi vista se nublo, y mis ojos se paralizaron, José se veía tan dichoso con el, que lo abrazo, ¡de la nada!, como si estuviera muy complacido, como si no se hubieran visto desde hace años, y ese americano correspondió con otro fuerte apretón y un gran abrazo...

Eso paso  hace tres horas y mi cuarto es un completo desastre, las sabanas estaban deshechas de tanto que rodé de desesperación con ellas, mi sombrero estaba en el suelo, mi chaleco tumbado en el pequeño tocador, que por cierto, el espejo estaba roto. Las botellas de Coconut 1800 estaban ahora rotas, con el caro liquido esparcido en el suelo, la ventana abierta y yo, con mis mangas hasta los codos, mi cabello estaba alborotado, mi puño derecho lleno de sangre por culpa de mis nudillos al golpear el espejo del rustico tocador.

Estaba hasta el codo, ¡ME LLEVA LA CHINGADA!, solo UN DÍA, ¡UNO! que el no me ve y busca un reemplazo, es como si todos los días que estuve con el, no tuvieran sentido alguno, es como si...es como si para el, yo fuera solo un lindo turista, alguien a quien quiere conocer, un juguete nuevo con quien jugar, yo era su diversión, yo era su distracción, como las miles de mujeres hermosas que conoce en los bares y fiestas, en su negocio.

El al parecer no sabe que yo sé que es hacer eso, no es el único que juega con alguien para pasarla bien.

¡Bien!, si crees que puedes jugar conmigo de esa manera, no me rajo...y tu tampoco lo harás, José.


José Carioca Apresenta: Noite de Zamba Where stories live. Discover now