Charro esmeralda

562 66 30
                                    

[Una canción de fondo pá ustedes 🌸]

José-

Cerca de Ricardo y Diana, apreciaba el lugar donde ya hacían sus familiares, ellos no se veían tristes, ellos se veían felices, abrazándose y honrar a su familia, aquella que se había marchado a festejar al más allá.

Volvimos todos hacía el pueblo, me sentía nervioso, como si algo me carcomiera poco a poco, mirando a todos lados, buscando aquellos ojos que me cautivaron, sin tener respuesta, solo un golpe amigable en mi brazo por parte de Ricardo, captando mi atención, haciendo que mirará a los hermanos Montoya.

Ricardo-Después de unas presentaciones, es el concurso de baile

Solo pude sonreír nervioso, eso fue un bocado grande hacía mis nervios.

Diana-Lo harás bien, Carioca, te preparaste para esto

José-Créeme, mi Diana, antes la poca determinación que logre salvar, se vuelve cada vez más pequeña...

Ricardo-¡Te entrenaron los hermanos Montoya!, ¡los mejores!

Ante la postura heroica de Ricardo, quedaron segundos silenciosos, abrazando mi brazo y levantar mis ojos hacía a ellos.

José-¿Y si me reconoce?

Diana algo confundida, acomodo su suave y elegante reboso, ladeando suavemente su cabeza.

Diana-Pero, José, ¿no querías que el hiciera eso?

Negué inmediatamente, sorprendido por mis nervios inmensos para corregir mi negación a una afirmación aturdido.

José-Si-digo, no, ¡yo...!...

Suspire, acomodando mi gran sombrero y arreglarme el saco.

José-Solo...No quiero que sepa que soy yo...hasta poder estar a solas con el, si le muestro antes de tiempo, el no dudara en alejarse

Diana trato de oponerse a mi deducción, pero no pudo, Ricardo intervino, mirando sus ojos y después, contemplarme.

Ricardo-José tiene razón, hermana, Pistoles es bien necio, será mejor seguir su plan

La bajita chica me miro, después a su hermano y suspiro cansadamente, rindiéndose y asentir.

Llegamos al pueblo de nueva cuenta, la música volvía a resonar y parejas bailaban. Diana maravillada, jalo la manga izquierda de su hermano mayor.

Ricardo-Diana, debemos preparar a José

Negué mirándolos, sosteniendo un vaso con pulque y sonreírles.

José-¡Vallan!, Deben divertirse!

Antes de que Ricardo dijera algo, Diana sonrió jalandolo a la pista y bailar alegremente.
Me dejó para pensar un poco sobre todo. Había llegado tan lejos, estaba dispuesto en mejorar y para después de unas horas, quizá tenga una mano marcada en mi mejilla o quizá tenga a un apuesto charro en mis brazos, besándome apasionadamente.
Estos días que estuve aquí, olvide completamente ser un Portugués, de ser de Bahía, para convertirme en un alma mexicana, correr por amor hasta el otro lado del continente, ¡Ja ja!, ¿Quién lo hubiese imaginado?

Mis pensamientos se cortaron, una pequeña y delicada mano abrazo mi antebrazo y al voltear, capte que era aquella señorita que encontré el otro día.

José Carioca Apresenta: Noite de Zamba Où les histoires vivent. Découvrez maintenant