Mariachi con acento

447 59 21
                                    

 [esta bien buena esta rola, la dvd]

[29 de Octubre]

José-

Cabalgando y entregando pedidos florales estaba con Noche,  al rededor de la plaza, encontré en un kiosko un par de hombres charros, con instrumentos, tocando alegremente, mientras que mujeres con pareja bailaban a compás de cada sonido de toque celebre.

Pare aun montado en Noche, mirando curiosamente a las damas y a los caballeros bailar. Llego un hombre de traje elegante, de charro, comenzando a cantar con voz potente, tanto, que no había necesidad de que un micrófono estuviera en el lugar, tampoco a ninguna bocina.

Lleve los últimos pedidos, bajando de Noche y amarrarlo cerca del lugar, para luego acercarme a escuchar su canción.

Mariachi-Salías de un templo un día Llorona 

Cuando al pasar yo te vi 
Salías de un templo un día Llorona 
Cuando al pasar yo te vi   

No tardó en llenarse la plaza, gente empezó a bailar, mientras que otras cantaban y otras escuchaban, como yo. 

Mariachi-Hermoso huipil llevabas Llorona 

Que la virgen te creí 
Hermoso huipil llevabas Llorona 
Que la virgen te creí   

Así que esa es la clave, ¡CANCIONES!, cabalgue de nuevo a casa de los Montoya, subiendo las escaleras y encontrarme con los hermanos.

José-¡RICARDO!, ¡ENSÉÑAME A CANTAR!

Diana y el se miraron, después, mirarme a mí, algo confusos.

Ricardo-Pero, si Panchito me contó que tu cantabas

José-Lo hago, sé cantar, pero no como un hombre como los de la plaza

Ricardo-¿Qué?

La dama de tez morena sonrío dulcemente, dejando de tejer unas mantas suaves y de tela fina.

Diana-Es que miro a los mariachis de la plaza, hermano

Ricardo con mirada comprensiva me miro riendo y cruzo sus brazos

Ricardo-Este chamaco es bien insistente, ayer quería ser charro, hoy quiere ser mariachi, ¡hazme el favor!

José-Se ve que tu sabes mejor que yo 

Se veía dudoso, hasta que Diana le codeo su hombro, haciendo que el suspirara y me mirara resignado.

Ricardo-Supongo que puedo ayudarte

José-Obrigada, meu amigo, não vou falhar você!

Pasaron las horas, el me había dado una guitarra española y se puso a servir copas a los clientes.

Ricardo-Bien, toca y canta algo

Asentí tocando melodías que conocía, melodías que habían nacido en mi hermosa Bahía, la gente parecía encantada con mi manera de cantar, pero eso no quería causar ahora, quería causar la sensación que aquel mariachi me provoco. Suspire irritado mirando a Ricardo que atentamente me miraba mientras sonreía irónico.

Ricardo-Sigue tocando.

Así estuve toda la jornada, los días habían pasado tan rápido, las horas de hoy igual, y yo, aún sin sentirme satisfecho.

Cenamos unos "tamales", que Diana preparo y debo decir que son exquisitos.

Ricardo-Gracias hermana

Diana-Gracias a Dios

José-graças a Deus

Águila se levanto, tomando la guitarra y caminar hacía la salida, y yo siguiéndolo con la mirada lentamente con cierta curiosidad. Se detuvo en seco, se percato que yo no lo estaba siguiendo, me miro algo irritado y sorprendido.

Ricardo-¡Apúrate, chamaco!, ¡tenemos que practicar!

Sobresalte volviendo en si, asintiendo y besar las manos de Diana mientras ella de nueva cuenta me daba esa extraña bendición con su mano. Salí con Ricardo hacía la milpa de Diana, sentándonos en un buen lugar, al rededor de las amarillas y naranjas flores.

Ricardo-Lo intentaste recio todo el día, Carioca

José-No sé porqué no puedo, en verdad que lo intento 

Ricardo-Me toca enseñarte, así que, chetón

Pasaron unos silenciosos minutos, hasta que el empezó a entonar una canción un tanto interesante.

Ricardo-Amigo qué te pasa estás llorando

Seguro es por desdenes de mujeres

No hay golpe más mortal para los hombres
Que el llanto y el desprecio de esos seres

Amigo voy a darte un buen consejo
Si quieres disfrutar de sus placeres
Consigue una pistola si es que quieres
O cómprate una daga si prefieres Y vuélvete asesino de mujeres

José-Amigo, ¿qué estas cantan-

No logré terminar, el seguía cantando intensamente, levantándose de su lugar y caminar lentamente de un lado a otro, su voz era potente, era tan buena como la de ese mariachi, un tanto mejor que el de mi Panchito, así casi de fuerte.

Ricardo-Mátalas

Con una sobredosis de ternura
Asfíxialas con besos y dulzuras
Contágialas de todas tus locuras

Mátalas Con flores con canciones no les falles
Que no hay una mujer en este mundo
Que pueda resistirse a los detalles
Despiértalas con una serenata
Sin ser un día especial llévale flores
No importa si es la peor de las ingratas
Que tú no eres un santo sin errores

Continuo, su voz resonante, hasta acabar con un grito, que me recordó a Panchito, aquella noche en la que el llamo la atención de miles de Brasileños, con su melodiosa y fuerte voz que incitaba a bailar, aún que, Ricardo tenía otro tono, no uno festivo y alegre, si no, un tono desanimado, nostálgico y algo triste.

Recupero su postura mirándome y darme la guitarra.

Ricardo-No nos iremos a dormir, hasta que aprendas a tocar bien, chamaco 

José-Pero...

Ricardo-¿Quieres tener a Panchito o no?

Jose-...Está bien 

Ser mariachi es complicado para alguien que no es de sangre natal, pero, si llevarle una dulce serenata a mi amado, logro mostrarle que lo amo...entonces seré un mariachi con acento.

José Carioca Apresenta: Noite de Zamba Where stories live. Discover now