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La intensa luz del sol de la mañana bombardea mis pobres y sensibles ojos. Doy media vuelta para reducir aquella molestia y caigo en cuenta de que no estoy en mi cama, abro los ojos de golpe y me siento.

¡Auch! Mala idea.

Miró a mi alrededor y reconozco la habitación al instante. Estoy en una de las habitaciones del pent—house de Louis. Genial, no tengo idea de cómo llegué aquí y por qué no estoy en mi casa. Nunca en mi corta había estado tan borracha como para no acordarme de algunas cosas, tenía lagunas mentales y eso me irritaba más.

Pienso en lo que pasó anoche y escasos recuerdos vuelven a mí. Estuve buscando toda la noche a Harry, también recuerdo que nos besamos y dijo que soy a la única que quiere al final del día. Pero nada más...

Me gustaría saber cómo he acabado aquí, pero si Harry estaba la fiesta no hace falta que me lo plantee. Tengo mi ropa puesta, así que no creo que hayamos hecho algo. Sonrío para mis adentros.

Dios mío, necesito un cepillo de dientes y un poco de agua urgentemente. Me incorporo con cautela me quito las sábanas de encima, el delicioso olor corporal de Harry alcanza mis orificios nasales.

Cada movimiento que hago me provoca un terrible dolor de cabeza y, cuando consigo levantarme, me tambaleo. Al parecer todavía estoy borracha ¿Cuánto bebí anoche?

—¿Cómo está mi linda chica esta mañana? — pregunta con aires de superioridad entrando a la habitación. ¿Por qué no impidió que siguiera bebiendo?

Se acerca a mí. Está guapísimo con esa pantaloneta gris y con pelo desordenado de recién levantado, me sonrojó al notar que no lleva la camiseta puesta. Yo debo de estar horrible con el pelo suelto y el maquillaje corrido.

— Fatal —confieso malhumorada. ¿Esa es mi voz? Estoy afónica, como si hubiera gritado toda la noche.

Él se echa a reír. Si pudiera coordinar mis movimientos, le daría un bofetón. Esto no es gracioso, siento que en cualquier momento voy a morir.

Me rodea con los brazos, y yo agradezco el apoyo y hundo la cabeza en su pecho. Podría volver a dormirme perfectamente.

—¿Quieres desayunar?

Incluso sus suaves caricias me resultan insoportablemente ensordecedoras, y solo pensar en comida me dan ganas de vomitar. Debe de sentir mis arcadas y mis convulsiones, porque se echa a reír otra vez.

—¿Qué tal un poco de agua?

—Sí, por favor — murmuro contra su pecho.

—Ven aquí— me coge en brazos, me lleva a la cocina, y me coloca sobre la encimera con suavidad.

En otra ocasión no le hubiera permitido cargarme en brazos, pero ahora no estaba en posición de protestar, apenas podía mantenerme en pie.

— ¡Está helado! — de un salto me baje de la encimera.

Se echa a reír y me suelta poco a poco, como si temiera que fuese a caerme. Quizá lo haga. Me encuentro fatal.

Me agarro al borde de la encimera para sujetarme y me fijo, con los ojos entrecerrados, en que Harry tiene que abrir casi todos los armarios antes de dar con el que contiene los vasos.

—¿No sabes dónde tiene Louis los vasos?

—Estoy aprendiendo. Es más, no es mi casa

Se le mueven los músculos de la espalda cuando coge una botella de agua de la nevera; llena el vaso rápidamente y vuelve a mi lado.

Intento cogerlo, pero mis brazos no se coordinan con mi cerebro. Sin que le diga nada, se cuela entre mis muslos y me pone el vaso en los labios.

Me lo bebo todo.

Beautiful Angel《H.S》Where stories live. Discover now