Capítulo 53 - Despedida I

2.4K 335 46
                                    


Era claro que su corazón quería quedarse, mentiría si dijera lo contrario pero su convicción de no dañarlo estaba igual de claro. Aún así, quería estar en los brazos de su esposo, mismo si fuera por algunas horas, estaba consciente de que corría el riesgo de no querer regresar a lo que había sido su rutina esos tres meses pero sabía que era posible que esa fuera su última oportunidad y de ser así realmente merecían una despedida.

— Veinticuatro horas, ni un minuto más...

— Ni un minuto menos. — Espetó Kook con una sonrisa.

— De acuerdo. — Se atrevió a decir luego de desenmarañar sus pensamientos. Respiró profundo, tomando fuerza para dirigirse a la habitación cuando fue sostenido por el brazo.

— ¿Para dónde vas? — Preguntó Kook con el ceño fruncido sin poder creer que su esposo estaba a punto de hacer algo que no quería siquiera pensar.

— ¿Para qué perder tiempo? Podemos ir directo a la cama.

Sí, comprobó que definitivamente eso era lo que Tae pensaba hacer, ir directo a la cama como si se tratara de una especie de servicio de compañía que habían contratado y hacer como el dermatólogo, ir directo al grano. Sus palabras y acciones lo estaba decepcionando, nunca lo había tratado como un pedazo de carne con el que saciar sus necesidades masculinas y ya. Le molestaba que seguía haciendo esa referencia entre ellos pero aún así, contó hasta diez buscando paciencia.

— Tendremos suficiente tiempo para eso, no nos pasaremos veinticuatro hora entre cuatro paredes follando como dices tú. — Estiró su mano para que la tomara y se sentara pero Tae simplemente pasó de ella y se dirigió directamente al sofá, justo en uno de los extremos.

Siguió de soslayo como Jungkook se alejaba sin decir palabra de ahí, realmente no entendía que pretendía mandándolo a sentar para luego dejarlo ahí como una figura decorativa. Esperó unos minutos y cuando se iba a quejar sintió la batidora de la cocina y minutos después él se apareció con una jarra de jugo de fresa y kiwi, su mezcla preferida, acompañada de dos vasos. Observó como lentamente los colocaba en la mesita que tenía al frente para proseguir a servir.

— ¿Cómo estás? ¿Cómo te ha ido en todo este tiempo? He sabido de ti muy poco, sabes que ignoro las noticias y no he tenido otra forma de localizarte. — Por un momento casi iba a comenzar a regañarlo pero se limitó, ese no era su plan ni tampoco el momento. — Nuestro encuentro en Sicald fue demasiado furtivo, no pude saber siquiera cómo te encontrabas realmente.

No entendía como a pesar de su actitud seguía tan calmado y preocupado por él, definitivamente una de las cosas que siempre amó de él, su paciencia eterna de la que a veces sacaba ventaja.

—Creo que ya sabes por lo que he estado pasando todo este tiempo debido a las malditas fotos que dejaron filtrar pero apartando eso he estado sorprendentemente bien. — Mintió. Realmente no había estado nada bien, preocupado y extrañándolo a cada instante pero no le podía decir eso, no todavía.

— Sabes algo... Creo que has olvidado que antes que esposos o incluso novios fuimos amigos, compañeros. Vivimos muchas cosas juntos y te empecé a conocer como tú mismo no te conocías por eso puedo entender que tus sentimientos hacia mí no sean los mismo pero con respecto a tu estado de ánimo no me puedes engañar tan fácilmente.

Se acercó a él, tomando asiento a su lado, poniéndolo mucho más nervioso de lo que se encontraba, su cercanía era un peligro, no parecía haber estado volado en fiebre momentos atrás.

— ¿Estás consciente de que puedes desahogarte conmigo verdad? Puedo ver tu nudo en la garganta, tus dedos recogidos y como juegas con tu cabello, tu mirada te delata aún más. En estas horas que nos estaremos despidiendo puedes dejarte ser, cuando el reloj indique que ese tiempo expiró todo lo que vivamos dentro de ellas quedará en el olvido si así lo deseas. Te dije que no te insistiré y serás libre de hacer lo que deseas.

Beyond the cameras / Más allá de las cámarasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora