Cap. 23| "Nada es como antes"

311 24 11
                                    

Narra Amelia

-¿Cómo fue tu primer día? -preguntó Arizona- no has llegado temprano ayer ¿estabas con Owen?
Ambas estábamos desayunando en la cafetería antes de nuestro segundo día en el hospital escuela. La rubia lucía reluciente y alegre.
-Estuvo bien -dije mientras bebía mi café, ignorando su otra pregunta- ¿y el tuyo?
-Estupendo -dijo entusiasmada- me sentí muy profesional.
Sonreí al escucharla y asentí.
-¿Y a ti qué te pasa? -preguntó frunciendo el ceño- ¿bebiste? luces con resaca.
La miré y sentí la culpa carcomer mi pecho. Tal vez beber era la opción menos preocupante o normal, ojalá hubiese bebido, la realidad era que me había drogado, otra vez.
-Estoy bien, estoy bien -dije sonriendo.
-Sabes que te conozco perfectamente ¿no? -preguntó- no puedes mentirme ¿es por Owen?
-Owen está enojado conmigo y ya no sé qué hacer, supongo que ya es problema suyo -me encogí de hombros.
-¿Por qué está enojado contigo? -preguntó.
-Arizona no tengo ganas de hablar ahora, hablaremos luego -me levanté del banco y la observé- iré a buscar mi abrigo y mochila, así nos vamos al hospital.
La rubia asintió confundida y antes de que pudiera decirme algo, volteé.
No podía decirle por qué Owen estaba enojado conmigo, no podía contarle a mi mejor amiga que estaba recurriendo a las drogas. Conocía a Arizona, y sabía que me mataría.
Pero al salir de la cafetería con apuro, choqué con Owen, que venía junto a Megan.
-Hey -dijo la menor de los Hunts con una sonrisa cálida.
No fui capaz de emitir ningún saludo, solo miré a Megan con vergüenza y luego a Owen, que me miraba como si yo fuera una extraña.
-¿Estás bien? -preguntó Megan.
-Estoy bien -dije con mi voz un poco ronca del pánico.
Owen me observó de arriba a abajo y pude notar que percibió mi aspecto. Mi aspecto de demacrada, de desastrosa. Pero antes de que pudiera mirarme a los ojos, salí corriendo.

Narra Owen

-¿Está todo bien entre ustedes dos? -preguntó Megan cuando nos sentamos en una mesa de la cafetería.
-¿Con quién? -pregunté.
-Con Amelia, Owen -rió- ¿con quién más?
-Oh -bebí un sorbo de mi café- está todo bien.
-¿Seguro? -preguntó frunciendo el ceño.
-Bueno, tal vez discutimos. Pero eso es todo -dije sin mirarla a los ojos.
-Hay algo que no me estás contando -dijo preocupada.
-No es nada, Megan. Solo hemos tenido algunas diferencias, Amelia ha estado rara, ha hecho cosas extrañas. Supongo que todo se debe a la diferencia de edad que tenemos -dije intentando quitarle importancia al tema.
-Solo son dos años, no es tanto -dijo- mírame a mí, me llevo dos años contigo y actúo madura -se encogió de hombros.
-Bueno, pero con Amelia tal vez es distinto -dije apenado- no lo sé, no quiero hablar de ella ahora.
-Owen, me preocupas. Nunca no has querido hablar del amor de tu vida -dijo.
-Tal vez porque ahora duele un poco -dije bebiendo mi café.
Jackson apareció y se sentó junto a Megan. Ella sonrió al verlo y él le dio un dulce beso en su mejilla mientras la envolvía con sus brazos.
Sentí envidia, y no pude parar de replantearme una cosa: Megan y Jackson llevaban el mismo tiempo juntos que Amelia y yo, ¿por qué ellos seguían bien y nosotros no?
-¿Cómo estuvo tu primer día, ayer? -preguntó Jackson interrumpiendo mis pensamientos.
-Bien, Pediatría no es tan malo después de todo. Mi paciente Naomi es muy dulce -sonreí.
-No es tu paciente -rió Megan.
-Bueno, bueno -revoleé mis ojos- la niña a la que mi jefa me ordena cuidar.
-¡Qué bien! -me animó Jackson.
-Desearía ya estar en último año -dijo Megan apoyando sus codos sobre la mesa mientras Jackson besaba sus hombros.
-Créeme -dije riendo con pena- no es la gran cosa.

Narra Amelia

-Lamento el retraso -dije corriendo por el pasillo, viendo a Owen y a la Dr. Fritman esperándome fuera del cuarto de Naomi- mi Uber se topó con un embotellamiento.
Por suerte había decidido ponerme mi uniforme antes de salir.
-Solo fueron cinco minutos de retraso -sonrió Clarissa- no hay problema alguno, Dra. Shepherd.
Owen me observó con seriedad y yo solo pude evitar mirarlo a los ojos. No quería que me analizara más, no necesitaba que me analizara más.
-Lo que van a ver hoy tal vez sea un poco chocante -nos advirtió Clarissa en voz baja.
-¿Por qué? -preguntó Owen- ¿qué sucede con Naomi?
-La quimio la destroza, y hoy está destrozada. No ha comido, no ha querido jugar, no es la misma de siempre, ya no hay sonrisas -advirtió Fritman.
Asentí preocupada.
-¿Creé que quiera estar con nosotros? somos dos desconocidos para ella -dije encogiéndome de hombros.
-Es nuestro deber -me respondió Owen con frialdad.
Lo observé y sonreí apenada.
-Los padres de Naomi necesitan descansar un poco, y Naomi necesita gente simpática a su lado. Ustedes son la mejor opción -sonrió ella- ahora, espero que respeten mi consejo de ayer por la noche, nada de mezclar lo personal con lo laboral, nada de traer sus vidas privadas, Naomi no merece empeorar.
Owen y yo asentimos con vergüenza y finalmente, la Dra. Fritman entró al cuarto seguida por nosotros.
-Hey, buenos días. Omi', mira quienes están aquí -le dijo Clarissa a la pequeña, que estaba en la cama y sus padres estaban a su lado.
La pequeña miró hacía la puerta y nos observó, pero no tuvo la fuerzas para saludarnos o simplemente sonreírnos. No sostuvo la mirada y volvió a enfocarse en cerrar sus ojos, tratando de luchar contra el desastre que la quimioterapia dejaba en su pequeño cuerpo.
-Ellos son los padres de Naomi -nos dijo la Dra. Fritman.
-Amelia Shepherd -les estreché mi mano con una sonrisa vergonzosa- un placer conocerlos.
-Owen Hunt -el pelirrojo me imitó- encantado.
-Naomi nos habló de ustedes, dijo que se divirtió con ambos ayer -nos dijo la mamá con una mirada llena de cansancio y dulzura.
-Nosotros también nos divertimos con Naomi -dijo Owen acariciando la espalda de la pequeña.
Me incliné un poco sobre la cama y llevé mis dedos a las mejillas pálidas de la niña.
-Hey, Omi' -dije entonando su sobrenombre por primera vez.
La pequeña abrió sus ojos y me miró. Me estremecí al notar su mirada apagada y sin expresión alguna.
-¿Quieres que pasemos un día bonito? -sugerí en un susurro.
Naomi intentó responder pero fue incapaz y solo lanzó un pequeño quejido.
Rápidamente miré a Clarissa.
-Está bien, está bien. Son quejidos normales, Naomi está sin fuerzas hoy, pero mañana estará mejor -dijo la Dra. Fritman con un tono de voz luminoso para que la niña escuchara.

➶ I met you at the university ➴ | OmeliaWhere stories live. Discover now