Cap. 54| "No toques a mis hijos"

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Narra Amelia

-¿Ya tienes todas tus cosas, Cami? -preguntó Owen antes de salir del departamento para dirigirnos a la escuela de Camila y luego al hospital.
-¡No! -exclamó Camila molesta mientras revolvía su mochila- me falta mi libro de historia.
Salió corriendo del living y se dirigió a su cuarto a buscarlo.
-¡Camila se hace tarde! -exclamó Owen un poco nervioso mientras sostenía a Christopher entre sus brazos.
-La ayudaré -dije acariciando el pecho de Owen y me alejé de ellos.
Comencé a caminar al cuarto de Cami y supe exactamente qué pasaba.
La puerta de su habitación estaba un poco abierta. Toqué con suavidad y la puerta se abrió ante mi toque para dejarme ver a Camila sentada en su cama, con su mochila sobre su regazo.
-¿Necesitas ayuda? -pregunté- puedo ayudarte a buscar tu libro.
-No sé en dónde está -respondió con su voz un poco preocupada.
Me acerqué a ella y me morí por dentro por su dulzura. Me senté a su lado en la cama y señalé su mochila.
Camila me miró confundida y yo solo pude morder mi labio, admirando su inocencia y sus actitudes de niña:
-Creo que yo sé en dónde está tu libro -dije y mientras deslizaba mi mano dentro de la mochila.
Lo saqué de allí y se lo mostré ante sus ojos.
-Amelia... yo... -intentó decir nerviosa.
-Puedes contarme la verdad -dije manteniendo una sonrisa y admirando lo hermosa que se veía con su cabello corto- te conozco tan bien que sé que no perderías tus libros de la escuela.
Camila sonrió nerviosa y asintió mientras bajaba su mirada y jugueteaba con sus manos.
-Está bien, solo estaba haciendo tiempo -confesó.
-¿Por qué? -pregunté examinándola.
-Porque cuando me vean en la escuela van a hablar demasiado sobre mí. ¿Y si se ríen? tal vez van a pensar que mi cabello es feo ahora -dijo finalmente.
Llevé mi mano a su cabello y lo acaricié con suavidad, gozando de lo rubio y perfecto que era. Camila siempre había sido una niña dulce, pero el cabello corto había potenciado su dulzura al máximo.
-Te ves perfecta, Cami -dije casi en un susurro- confía en nosotros, de verdad tu nuevo corte es maravilloso.
-¿Tu crees? -preguntó con sus ojos un poco brillosos de angustia.
-Te lo juro -dije acariciando su mano posada sobre su pierna.
-Corté mi cabello porque quería parecerme más a ti -dijo nerviosa y dejó de mirarme- porque siempre te ves bonita.
Sonreí orgullosa, ya lo sabía porque Owen me lo había dicho. Pero escuchar salir la verdad de sus labios me llenaba el corazón.
-Tu sí sabes que si no lo hubieses hecho, igual estarías bonita ¿no? jamás tienes que cambiar tu imagen por alguien -dije- siempre fuiste y serás hermosa.
-Pero me gusta cómo soy, me gusta mi nuevo corte -respondió- solo espero que... a todos les guste.
-A todos les va a encantar. A mí me encanta, y te confieso que... me fascina saber que en algún punto estamos un poco más similares -le confesé para intentar hacerla sonreír.
Camila levantó su mirada y me sonrió con emoción. Sabía que esas eran las palabras que quería escuchar.
-Para mí eres la niña más bonita del mundo, Cami -dije- no hay otra en mi vida.
Notaba la emoción en su rostro y sin dudarlo, me abrazó. Rodeó mi cintura y escondió su dulce rostro en mi pecho.
Sonreí al sentirla y me fundí en ese abrazo. Camila realmente se había transformado en una de las mejores personas que tenía en mi vida.
Luego volví a recordar a Lucas, y un miedo me embargó de pies a cabeza. El sexo con Owen la noche anterior me había hecho olvidar un poco las preocupaciones, pero allí estaban otra vez, y allí estaba nuevamente el miedo por Camila.
La abracé con más fuerzas y besé su cabello. Deseé por un segundo que pudiéramos quedarnos en el departamento, seguros y solos los cuatro. Esa era la única manera de estar seguros.
-¿Lo encontraron? -preguntó Owen asomándose al cuarto con Christopher aferrado a él como si no hubiese un mañana.
Camila y yo nos separamos y ella me miró con vergüenza por la realidad. Jamás hubo un libro perdido, siempre había estado allí.
-Lo encontramos -dije mintiendo y mirando a Owen- ya lo hemos guardado en su mochila.
Me levanté de la cama y le extendí a ella mi mano con complicidad, Camila sonrió y la tomó.
-Tú nunca pierdes tus cosas -rió Owen y observó a la pequeña.
-Fue... un descuido -sonrió Camila con una sonrisa pícara.
-Tú también perdías tus libros en la universidad -dije en broma intentando molestar a Owen.
El pelirrojo sonrió al escucharme y supe que saber que yo nombraba nuestro pasado frente a los niños lo emocionaba, le gustaba.
-Por suerte tú siempre me ayudabas a encontrarlos -dijo sonriendo con dulzura y volvió hacia el living.
Camila seguía tomada de mi mano y nos observamos con complicidad. Ella rió y yo también.
-Gracias -me susurró y apretó mi mano.
-De nada -sonreí y mordí mi labio- vamos, los caballeros están impacientes.

➶ I met you at the university ➴ | OmeliaWhere stories live. Discover now