Cap. 61| "La sonrisa apagándose"

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Nota: este capítulo puede ser un poco triste y no quisiera que nadie pasara un mal momento leyendo esta historia. Si crees que no es conveniente leerlo no pasa nada, podrás seguir leyendo la historia tranquilamente omitiendo este capítulo.
Y ojala que si lo lees, te guste. Todo ha sido tratado con el mayor respeto posible
. . .

Narra Amelia

Despertamos con el llanto de Christopher. Owen y yo abrimos nuestros ojos alarmados e intentamos entender lo que sucedía.
Por un momento había olvidado que estábamos amaneciendo en un hotel de Nueva York. El pelirrojo y yo habíamos dormido abrazados toda la noche.
-Es Chris -dije reaccionando, con mi voz ronca.
-Iré -me dijo Owen con la voz también ronca.
-No -sonreí y le acaricié su mejilla- iré yo, sigue durmiendo.
Salí de sus brazos y me sentí extraña, me sentí temblar. Salí de la cama y caminé un par de pasos para llegar al otro lado del cuarto, en donde se encontraban los niños.
Christopher lloriqueaba sentado en la cama, con sus lágrimas saliendo con fuerza de sus ojos y confundido. A su lado, Cami intentaba consolarlo con sus ojos achinados de sueño y extrañeza.
-Hey, Chris -dije en voz baja y con una sonrisa.
El pequeño al verme extendió sus brazos para que lo cargara, realmente se veía angustiado.
-Chris, aquí está mamá, no pasa nada -susurré en su oído mientras rodeaba mi cuello con fuerzas.
Escondió su rostro en mi hombro y continuó llorando sobre mí. Cami desde la cama me observaba asustada y con culpa.
-¿Por qué llora tanto? -preguntó angustiada.
-Seguramente ha despertado y no reconoció el lugar, se ha asustado -respondí mientras mecía a Christopher y su llanto comenzaba a cesar.
-Mama -dijo Chris con su voz dulce y acongojada mientras me miraba con sus ojos tan perfectos llenos de lágrimas.
-Aquí estoy -susurré y sonreí mientras le acariciaba sus rulos y limpiaba sus lágrimas- estamos en Nueva York ¿recuerdas?
Asintió con timidez y volvió a apoyar su pequeña cabeza en mi hombro, parecía aún tener sueño.
Miré a Cami, que desde la cama me observaba confundida y no sabía qué hacer.
Me acerqué a ella y me senté en el borde de la cama, con Chris aferrado a mí y sentado sobre mi regazo mientras lo envolvía con mis brazos.
-¿Por qué no sigues durmiendo? -le susurré a Cami y una de mis manos se posó en su mejilla para acariciarla- es temprano aún.
-Tal vez Chris se asustó por dormir conmigo -dijo la niña mientras volvía a apoyar su cabeza en la almohada y yo la volvía a arropar.
-Por supuesto que no -sonreí con dulzura- solo se debe haber confundido al no reconocer el cuarto, además recién está aprendiendo a dormir sin sus papás.
Reí con mis últimas palabras y Cami también sonrió.
-¿Tú estás bien? -le pregunté a la pequeña- he venido un poco tarde anoche, no quise despertarte.
Asintió y su sonrisa me tranquilizó.
-¿Y a ti cómo te fue? -preguntó con timidez.
-Bien -sonreí con pena, realmente las cosas no habían marchado tan mal con mi mamá- ¿me acompañarías hoy?
Cami se sorprendió al escucharme y su rostro se iluminó.
-¿A la casa de tu mamá? -preguntó con confusión.
-Sí, a mi mamá le gustaría verte -dije con timidez- pero solo si tú quieres, ella no está en su mejor estado.
-No me molesta, iré, tal vez eso la alegre -respondió la pequeña con valentía, sé que con tal de acompañarme y cuidarme era capaz de hacer cualquier cosa.
Me incliné sobre ella y besé su frente, Cami sonrió con dulzura y por un segundo deseé observar y conservar su inocencia para siempre.

Narra Owen

-Tenemos compañía -dijo Amelia acercándose a la cama con Christopher entre sus brazos.
Sonreí al verlos y el pequeño me sonrió con picardía, la picardía de saber que tarde o temprano terminaba regresando a la cama de mamá y papá.
Abrí mis brazos y Christopher se acurrucó entre ellos con dulzura, me aseguré de cubrirlo bien para que no tuviera frío y besé sus rulos.
-Buenos días pequeño -le susurré.
-Parece que alguien se despertó confundido -me comentó Amelia sonriendo con cansancio- por eso el llanto.
Sonreí y Chris me sonrió con timidez por su confusión, besé su frente y él se encargó de pasar más tiempo bajo las sábanas mientras lo rodeaba con mis brazos.
-Iré a buscar algo para desayunar -dijo Amelia.
-Iré yo, hace mucho frío afuera -respondí.
-No tengo problema alguno en tomar un poco de aire -me respondió con una sonrisa apenada.
Asentí y ella observó a Christopher volviéndose a quedar dormido, al parecer mis brazos le habían dado comodidad.
Seguramente Amelia necesitaba tiempo a solas, seguramente necesitaba pensar, ir a buscar el desayuno era una buena excusa para hacerlo.
La observé mientras cepillaba su cabello y se maquillaba un poco para empezar el día, era hermosa, y tenía demasiadas ganas de abrazarla para protegerla de todo lo que podía hacerle mal.
Me quedé sumergido en ella mientras Christopher retomaba su sueño a mi lado, una sonrisa se escapó de entre mis labios y solo me deleité observándola, estaba concentrada en ella misma y en su aspecto.
-¿Qué me observas tanto? -me preguntó y dejó de cepillarse el cabello.
-Te amo -es lo único que pude decir y sonreí, pero fue la verdad.
Amelia sonrió y mordió su labio, sabía que estaba demasiado sensible para escuchar cosas como esas, sus ojos brillaron emocionados.
-¿Necesitas que haga algo por ti? -pregunté.
-¿Crees que de verdad sea buena idea que vayamos a visitar mamá luego? -preguntó con miedo.
-Sí, será bueno para tu mamá y los niños. Creo que debemos darle esta oportunidad a los tres -sonreí con pena.
Debíamos darles la oportunidad de despedirse pasando un momento feliz.
Amelia asintió y pude ver su angustia, realmente quería abrazarla y consolarla, dejar que irrumpiera a llorar en mis brazos. Pero con Cami y Chris allí, todo tenía que ser un poco disimulado.
-Volveré en unos minutos -dijo con una sonrisa forzada, volviendo a su deber de buscar algo para desayunar antes de comenzar el día.

➶ I met you at the university ➴ | OmeliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora