Cap. 55| "Mi papá eres tú"

371 27 9
                                    

Narra Amelia

Horas después, desperté con el llanto de Christopher. Abrí mis ojos y vi el dulce rostro dormido de Cami a mi lado, iluminado por el sol que comenzaba a atravesar la ventana de la habitación.
Me levanté en silencio para no despertarla, con ganas de no dejar la calidez de la cama y caminé hacia la habitación del pequeño.
Christopher estaba sentado en su cama mientras lloriqueaba con pequeñas lágrimas. La linda luz del día atravesaba sus rulos.
-Hey, buenos días mi lindo pequeño -susurré y me acerqué a él.
Estiró sus brazos para que lo cargara y así lo hice. Rodeó mi cuello y apoyó su rostro en mi hombro mientras yo acariciaba su espalda.
-¿Dormiste bien? -susurré en su oído- ¿por qué lloras? ¿tuviste una pesadilla?
-Sí mama, pesa...dilla -respondió mientras calmaba su llanto.
-Todo está bien Chris, aquí estoy -dije abrazándola- las pesadillas no son reales ¿recuerdas?
-Ajá -me respondió y salió un poco de mi hombro para observarme.
Sonreí y le limpié sus lágrimas, acaricié sus mejillas y él bostezó con dulzura mientras achinaba sus ojos.
Lo aferré a mí, muriendo de amor, y me llené de su dulce aroma.
-En pocos días es tu cumpleaños, Chris -susurré en su oído- no puedo creer que estés tan grande.
El pequeño parecía tener demasiado sueño como para emocionarse por eso, solamente se mantuvo aferrado a mí para poder dormitar un par de segundos más.
-Ven, vamos a la cocina a preparar el desayuno. Tenemos que sorprender a Cami -susurré y salimos de su cuarto.
Mientras trataba de preparar los ingredientes con una sola mano, la que no sostenía a Christopher, mi celular vibró un par de veces.
Dejé los ingredientes y lo tomé. Tenía otro texto de Owen:
"¿Podrías llevar a Cami al colegio? tuve una urgencia en el hospital en plena madrugada y estoy atrasado".
Al instante respondí que sí, que podía hacerlo. Pasar unos minutos más con Cami no me molestaba en absoluto.
Minutos luego, terminé de preparar unos pancakes y para ese momento, Christopher ya estaba demasiado despierto y merodeaba por el departamento con sus juguetes.
-¡Camiiii! -lo escuché gritar.
Abrí mis ojos sorprendida y caminé hacia mi cuarto, sabía que el pequeño travieso se había tomado el atrevimiento de despertarla.
Y cuando llegué allí, lo vi subido a la cama mientras se aferraba a la niña con fuerzas y la abrazaba.
-Christopher -dije avergonzada con Cami- sal de allí.
Pero la niña me observó y con una sonrisa llena de sueño me llenó de amor.
-¡Buenos días, Cami! -le dijo Christopher entusiasmado y besó su mejilla.
Luego se bajó de la cama y caminó hacia mí para que lo cargara. Reí y así lo hice.
Con él entre mis brazos, caminé hacia el borde de la cama de Cami y me senté a observarla. Me incliné un poco sobre ella y besé su frente.
Cami cerró sus ojos y sonrió al sentirme. Llevé algunos mechones de su corto cabello y los dejé detrás de su oreja.
-Hola princesa -susurré y volvió a abrir sus ojos.
-Hola -dijo con cierta timidez en su rostro.
-¡Desa...yuno! -exclamó Chris sobre mi regazo y miró a Camila con entusiasmo.
-Huele rico -le dijo la pequeña y rió al verlo emocionado.
-¿Por qué no le preparas un lugar en la mesa a Cami? -le susurré al pequeño en su oído.
Chris levantó su mirada y me observó entusiasmado, asintió con una sonrisa y se bajó de mis piernas para salir del cuarto.
-¿Adónde va? -preguntó la niña.
-A preparar tu silla, que seguramente será muy cerca de él. A Christopher le fascina hacer eso con los invitados -respondí.
Pero luego analicé mi frase y me corregí:
-Pero ya no eres una invitada, eres parte de este departamento también -sonreí y acaricié sus mejillas.
-Tenemos muchos departamentos -bromeó Cami y besé su mejilla riendo y enloqueciendo de ternura.
-Tal vez algún día solo sea uno grande o una casa para que tú y Chris estén más cómodos -susurré y la miré a los ojos.
Me penetró su tono color miel y sonreí. Era tan bonita... incluso recién despierta.
-Hice pancakes, espero te gusten -dije y acaricié la punta de su nariz.
-Sí, me encantan -rió.
-Entonces te dejaré vestirte tranquila -dije acariciando su hombro y me levanté de la cama- tómate tu tiempo.
Comencé a caminar hacia la puerta pero su voz me detuvo nuevamente:
-¿Mami? -dijo y mi estómago experimentó muchas cosquillas.
Volteé a verla y vi que aún le avergonzaba tomarse el atrevimiento de llamarme así, pero sabía que solo era cuestión de tiempo.
-Dime -sonreí desde la puerta, pero solo quería abrazarla con fuerzas.
-¿Sabes algo de papá? -preguntó con preocupación.
Volví a acercarme a ella y me senté nuevamente en el borde de la cama. Tomé sus manos y las acaricié.
-Tuvo una emergencia de madrugada en el hospital, pero todo está bien -dije sonriendo- yo te llevaré al colegio.
Cami asintió al escucharme y sonrió, bajó su mirada y vio nuestras manos unidas.
-¿Cami? -pregunté admirando sus rasgos.
Levantó su mirada nuevamente y me observó con curiosidad.
-¿Has dormido bien? -pregunté.
-¿Puedo dormir contigo más seguido? -preguntó con picardía y reí.
La aferré entre mis brazos y la abracé mientras ella reía también. Acaricié su espalda y me llené de su dulce aroma mientras ella estrujaba mi remera para aferrarse más a mí:
-No tienes idea de cuánto te amo, hija -susurré en su oído y cerré mis ojos para sentir mejor el abrazo.

➶ I met you at the university ➴ | OmeliaNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ