Cap. 65| "La vieja amiga de Owen"

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Narra Owen

Golpeé suave la puerta de la oficina de Amelia y seguidamente escuché su voz invitándome a pasar.
-Hey -dije al adentrarme y la observé, estaba en su escritorio con algunos documentos entre sus manos.
-Hey -sonrió al verme, sus ojos tenían un brillo distinto esa mañana.
Cerré la puerta detrás de mí, no había señales de Derek así que me acerqué a la silla en donde se encontraba Amelia y besé su frente.
Me senté en una silla giratoria a su lado y la observé, luego observé los documentos en los que trabajaba.
-¿Largo día? -pregunté y una de mis manos viajó a sus mejillas, era inevitable querer sentirla.
-Más informes y papeleo de lo normal -dijo mordiendo su labio y giró para observarme.
-Luces un poco cansada -sonreí apenado.
Estiré mis brazos hacia ella y Amelia sin vacilar se levantó de su asiento para sentarse sobre mis piernas. Sonreí al sentirla y la rodeé con mis brazos mientras ella rodeó mi cuello.
-¿Realmente querías decirme algo o solamente vamos a quedarnos así? -susurré en su oído disfrutando de su aroma.
Amelia rió y negó con su cabeza mientras sus manos acariciaban mi barba.
-Quería comentarte algo bonito -sonrió.
-Soy todo oídos -susurré y miré sus labios.
-¿Recuerdas nuestra luna de miel familiar? -preguntó.
-Jamás la olvidé -sonreí.
-Creo que encontré el lugar perfecto -me comentó y sonrió emocionada- parece que luce como lo imaginamos.
La admiré y vi el brillo en sus ojos. Me encantaba saber que nuestra boda la entusiasmaba, que pensar en nuestro futuro le gustaba.
-Es una cabaña frente al lago, rodeada de bosque. Es un ambiente familiar y es seguro -me comentó- luce como que todos disfrutaremos los días allí. ¿Quieres verla?
Amelia tomó su celular de los bolsillos de su bata blanca y comenzó a buscar las imágenes, contemplé sus acciones mientras besé su mejilla y ella sonrió.
-Aquí, mira -dijo entusiasmada y me mostró su celular.
Sus dedos delicados deslizaron un par de imágenes por la pantalla y observé todo lo que ella me había descrito a la perfección segundos antes.
-No es demasiado lejos de aquí -añadió.
-Es perfecta -sonreí- creo que no debemos buscar más lugares para nuestra luna de miel familiar, ese es el indicado -susurré.
Amelia sonrió y me observó, bloqueó su celular y noté la emoción en sus ojos.
-¿Estás entusiasmada? -pregunté, admirando las expresiones de su mirada.
-Por casarme contigo sí -respondió con timidez.
Una de mis manos se posó en su entrepierna y ella se inclinó para besarme con dulzura.
-Entonces vamos a casarnos ya mismo -susurré entre besos.
Amelia rió y se alejó para observarme.
-Aún sigo buscando un vestido -confesó y mordió su labio.
Reí y acaricié su espalda, luego besé sus labios.
-Cualquier vestido debe quedarte perfecto, solo piensa en ti, elige el que más cómoda te haga sentir -susurré- eres hermosa con todo lo que uses.
Los ojos de Amelia brillaron y me sonrió con timidez.
-Te amo -añadí y vi cómo una lágrima rodó por su mejilla.
Amelia la limpió con rapidez y rió.
-No sé por qué, pero hoy estoy más sensible de lo normal -confesó.
La rodeé con mis brazos y ella rodeó mi cuello, besé su frente y cerré mis ojos para llenarme de su aroma.
-Descuida -susurré.
-Yo también te amo, Owen. Te amo mucho -susurró y se aferró a mí con fuerzas.

Narra Amelia

Terminé relajada entre sus brazos y sobre sus piernas. Ambos estábamos en silencio y gozando de la calidez del otro, mi mente no dejaba de pensar en lo mucho que deseaba casarme con Owen.
Me sorprendía saber que me entusiasmaba dar un paso tan grande como ese, pero es que con Owen no podía dudar, no podía dudar del amor que sentía por el amor de mi vida y las ganas que tenía de casarme con él y amarlo hasta la eternidad.
-Estaba pensando que tal vez hoy por la noche podemos mirar una película -susurró Owen rompiendo el silencio.
-Déjame adivinar, intentas convencerme porque Chris te lo ha pedido esta mañana ¿no? -susurré y ambos reímos.
-Sí. Chris me adivirtió sobre sus inmensas ganas de cenar juntos y mirar películas -respondió él- el plan fue un poco tentador, lo admito.
-Entonces hagámoslo, -lo observé y sonreí- pero no debemos dormir demasiado tarde porque es día de semana.
-Lo que usted diga, Dra. Shepherd -susurró Owen en mi oído y bajó hasta mi cuello para besarme allí.
Reí y cerré mis ojos para permitirme gozar de su coqueteo que tanto me enloquecía, últimamente Owen y yo estábamos teniendo más intimidad que nunca y eso me provocaba ganas de sentirlo y tenerlo a mi lado todo el tiempo.
Sus besos continuaron y una de sus manos acarició mi entrepierna, mordí mi labio intentando contener las ganas de relajarme completamente y sentirlo y observé la hora en mi celular. Busqué fuerzas en alguna parte de mi cuerpo en la que no comenzara a haber excitación y llevé mis manos a su pecho para detenerlo.
Owen me observó confundido y reí.
-Tenemos una reunión en la sala de conferencias en pocos minutos -dije mordiendo mi labio- ¿qué crees que dirán los demás doctores si sospechan que estuvimos haciendo cosas que no deben hacerse en el hospital?
El pelirrojo rió ante mi comentario lleno de picardía y mordió su labio mientras quitaba su mano de mi entrepierna.
-Creo que todos aquí hacen cosas que no deben hacerse -respondió- pero tienes razón.
Me levanté de su regazo y él se levantó del asiento. Acomodó su bata con concentración y me deleité observándolo.
Lucía perfecto y mi cuerpo sentía demasiadas ganas de aferrarse a él.
Así que sin más, caminé hacia la puerta de la oficina y la bloqueé con seguro.
-¿Amy qué hac... -intentó decir Owen confundido.
Volteé a observarlo y sonreí al ver su ceño fruncido.
-Tenemos un par de minutos. Tal vez media hora -dije mirando el reloj en mi muñeca y caminé hacia él.
-¿De qué hablas? -preguntó cuando finalmente estuvimos frente a frente- Derek podría venir.
-Derek está en su casa. Hoy tiene el día libre -respondí y llevé mis manos a su bata para quitársela.
Owen sonrió captando mis acciones y me ayudó a deshacerse de ella.
-¿Crees que la reunión sea importante? -me preguntó mientras arrojaba su bata sobre mi escritorio y daba un paso hacia mí para aferrarme entre sus brazos.
-No lo sé. Debe serlo si Bailey convocó a todos los departamentos del hospital -comenté con una sonrisa mientras acariciaba su barba.
-Entonces no podemos no asistir a ella -dijo un poco molesto.
-Exacto. Por eso mismo tenemos media hora para hacer el amor en alguna parte de esta oficina -susurré y rocé sus labios.
-Creo que me intimida un poco saber que tu hermano también trabaja aquí -confesó Owen y reí.
-Derek nunca se enterará -respondí y miré sus labios.
El pelirrojo dudó por algunos segundos, pero podía notar cómo su cuerpo comenzaba a tensarse.
-Por supuesto que si no quieres entonces... -intenté decir.
Pero fui interrumpida por las manos de Owen tomando mis mejillas y besándome con lentitud. Un beso que me hizo flaquear y volar a miles de dimensiones en un mismo segundo.
Me aferré a él enterrando mis manos en sus hombros y solo bastaron un par de segundos para que ambos termináramos recostados en el sofá más grande de la oficina, rodeados de nuestras prendas descansando en el suelo luego de ser arrojadas.
Ambos estábamos predispuestos a disfrutar de un momento lleno de intimidad y deseo para continuar viviendo nuestro amor, que parecía ser cada vez más poderoso. Cada vez que ambos nos reencontrábamos de esa manera, queríamos congelar el tiempo para aferrarnos a lo especial que se sentía amarse en cuerpo y alma con el otro.

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