• CAPÍTULO 4 •

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Te sugiero escuchar "Mercury" de Sleeping at last mientras lees éste capítulo








Los rayos del sol del mediodía estaban siendo inclementes, golpeándole el rostro burlescos, en aquel luminoso día.

Y percibió repentinamente, como el sudor caía por el cuello y aquella húmeda camisa empezaba a fastidiarle.

Más no tenía otra opción. Debían aprovechar la marea y sacar aquellas algas que el oleaje dejaba. Eran una de sus principales sustentos, exportandolos fuera del Estado y siendo utilizado en finos Y que luego eran rematados en el encuentro de clanes.

Irónico.

Al no poseer la maquinaria ni conocimientos pertinentes para hacerlos, ellos solo podían rescatar aquella materia prima del mar.

Y eso hacían aquella mañana. Habiendose levantado al alba con casi todo su clan a cuestas, todos cooperando en aquella labor. Incluso siendo divertida para los niños, quiénes aprovechaban de jugar con la naturaleza marina durante aquello.

Los Kima prácticamente mojaban sus pies apenas salían del vientre, acostumbrandoles al agua salada y la brisa marina desde pequeños.

Eso le hacía acostumbrar al mar.

Aquello les haría amar el mar.

Era su medio, en el que se desplazaban con elegancia y se fundían con él. Ignorando muchas, veces lo doloroso que resultaba hundirse en el agua en épocas invernales.

El Kima era prácticamente uno con el mar.

Eso se veía reflejado en como con destreza, recogían lo que este bondadoso les regalaba. Sumergiendo los alfas su cuerpo hasta su pecho, para desenmarañar las algas que se encontrasen en mayores profundidades o por entre los roqueríos. Mientras omegas y betas levantaban aquellas que llegaban a las orillas, limpiandolas y ubicandolas sobre montículos para su secado al sol.

A la vez que los niños más madrugadores, corrían juegueteando entre risas con el oleaje. Mientras los adultos se preocupaban de aquella ardua labor.

Habían trabajado en ello durante toda la mañana, sus músculos sintiéndose ya fatigados y su estómago exigiendo ya alimento.

Y observó la luz del sol apuntando e indicándole que ya era momento de descansar, pues todos ya se merecían un descanso. Distinguiendo como su padre Seokjin, venía bajando con una gran canasta en la que seguramente habría fruta para cada uno de ellos. Algo que sopesaría la fatiga antes del almuerzo.

Esperando además, que trajese consigo el engüento que había pedido.

Desafortunado omega.

Y le miró desde lejos, dejando las últimas algas sobre los sacos para su secado. Sentado bajo la sombra del aquel árbol y jugando sonriente con el pequeño animal tricolor. Con una delgada camiseta de tirantes color rosa y unos pantaloncillos que dejaban expuestos sus tobillos, los que mordía suave el travieso animalito.

Y percibió a alguien a su lado - Taehyung-le dijo, a lo que el se volteó para encontrarse con su padre- He encontrado esto, supongo puede servir- le mencionó - Debe aplicarse generoso, para que le alivie más rápido. Iré a repartir la fruta mientras-y el asintió, a lo que este se alejó hacia donde gran parte del clan se encontraba.

Moviendo el entre sus manos el pequeño pote de engüento, caminando hacia donde se encontraba el ya no tan pálido omega.

Pequeño.

Y es que en las semanas que habían transcurrido, Taehyung había logrado ya sacar varias veces al omega de la habitación. Haciéndole soltar palabras que aunque reducidas, ya eran un gran avance en su comunicación.

𝗘𝗔𝗥𝗧𝗛𝗤𝗨𝗔𝗞𝗘   ᵀᵃᵉᵏᵒᵒᵏ ᴼᵐᵉᵍᵃᵛᵉʳˢᵉ .•*¨¨*• ❀*̥Where stories live. Discover now