31.

1.1K 107 29
                                    

FAMILIA

• • •


→ A N N A L I S E ←



Cuando Elliot se marcha, siento un nudo en el estómago, es una condición que aun no ha podido desaparecer, no estoy segura del por qué, lo único que sé es que todo lo que sea que nos suceda es meramente amistoso.

No lo digo para convencerme, lo digo porque ya estoy convencida y para eso me tomó casi tres años hacerlo.

Con su presencia me es sencillo todo, no dudo en decir las cosas que pienso y eso es algo bueno, teniendo en cuanta que somos padres de un niño y ambos debemos mantener la comunicación, sin embargo, también siento una opresión en el estomago cuando lo notó distante o demasiado estresado por el trabajo. Elliot se ha convertido en mi amigo y aunque suene loco decirlo, sé que es lo que ambos merecemos después de todo: una amistad.

Me giro para encontrarme a un Roberto dormido en el sofá, después de todo a alguien no le hizo el efecto del chocolate, gracias a Dios. Lo tomo entre mis brazos y disfruto de hacerlo porque cada día se vuelve mucho más pesado, teniendo en cuenta de que es un niño que ama la comida, es evidente que eso repercute en su peso.

Lo dejo sobre su cama y lo cubro con sus mantas antes de darle un beso en la frente de buenas noches, lo extrañaba tanto. Pasar tres días de la semana sin él todavía es muy difícil, aun no acostumbro y siento que nunca lo haré, siento que cada semana se vuelve más difícil, y es para los dos porque sé que en su comportamiento lo demuestra.

He aprendido tanto en el último año sobre cómo ser la madre que Robbie merece, he leído tanto, me he sentado a interactuar con él tanto que ya sé a la perfección lo que él quiero y lo que no, y también he tratado de ser mucho más paciente a la hora de sus berrinches. Al principio, cuando llegaron sus terribles dos años, sentía que iba a explotar, cuando escuchaba su llanto podía sentir como los oídos me zumbaban y la sangre se me calentaba por la ansiedad que Robbie me provocaba. Terminaba llorando, y un día, cuando me salieron las lágrimas, Ellison me apretó la mano y me miró con esos ojos verdes tranquilizadores.

—No te preocupes, Annalise, entiendo lo que estás sintiendo porque yo también pasé por ahí. Lo mejor que puedes hacer por el momento es dejarlo y esperar a que él esté listo para darte a entender qué es lo que quiere. Si te exasperas, él lo hará el doble.

Nunca entendí cómo es que lo sabía todo, siempre tenía una respuesta para darme, no solo sobre maternidad, ni siquiera sabía cómo hacía eso: mirarte y entenderte.

No sabía mucho sobre la vida de la señora Ellison, no logramos entendernos mucho cuando estaba embarazada, y acertó esa razón por la cual ella desconfiaba de mí. Y cuando Robert y Darien nacieron, no fue sencillo tampoco, el distanciamiento que puse con la familia Prescott fue grande, asistía a las reuniones familiares importantes que ellos me invitaban, iba de un lado a otro con Josette porque técnicamente me reconfortaba diciéndome que aun no era de la familia y debo aclarar que ella hace mucho énfasis en "aun". Puesto que para Josette aun era extraño, no había día en el que ella anhelara que Dave le propusiera algo mucho más formal y que la considerara su verdadero amor.

Creo que los Prescott son muy indecisos y difíciles de entender.

A la mañana siguiente me siento un poco vacía de nuevo, Robert está en la guardería, algo que siempre me deja un vacío en el pecho. Y sé que es feliz ahí porque interactúa con niños de su edad, y aunque eso no me reconforta del todo, puedo sentir la nostalgia atravesarme sin evitarlo.

La chica de mis pesadillas [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora