06.

2.1K 174 18
                                    

DULCE E INOCENTE

• • •


→ A N N A L I S E ←


Habían pasado muchas semanas desde que perdí mi virginidad, las estaba contando, justo ahora llevaba un mes y tres días desde que pasó todo el asiento trasero del coche de Elliot. No estaba arrepentida, pero me sentía culpable, no me esperé, ni siquiera intenté que llegara el chico de mis sueños.

Pero también era consciente que después de esa noche no habría espacios para culpas y arrepentimientos. Había tratado de tomarlo con madurez desde entonces, así había decidido que pasara.

No había espacio para el amor en estos momentos, ni siquiera yo podía pensar en estar con alguien sentimentalmente, pero también me enfermaba esto que sentía, esta maldita opresión en el pecho que sentía al imaginarme que alguien más me tocara, a que alguien más me hiciera sentir lo que él me hizo sentir porque entonces estaría validando lo que tanto me he negado a creer:

Esto no fue nada.

Creo que el único miedo que tenía era ese, tener que negar que esto sucedió y que solo es una experiencia de las muchas que me faltan.

—¿Sigues pensando en lo que pasó? —Heather me trajo de vuelta a la realidad, y a ella no podía mentirle, siempre había confiado en ella porque ella confiaba demasiado en mí.

—Es imposible no pensar en eso.

—Tienes que dejarlo ir, Anna, solo te estás lastimando. Es necesario que lo dejes por la paz, él consiguió sexo y es todo.

—Te han lastimado tanto, Heather.

—Todo por ser lo que soy. Ellos creen que por ser una persona que se preocupa demasiado por sus estudios pueden venir a tratarme como alguien inferior a ellos. No quiero que ellos te traten así, Anna, y si tengo que protegerte incluso de Elliot lo haré.

—Gracias —murmuré—. Eres la primera persona en años que se preocupa así por mí.

Ella sonrió.

—Eres mi verdadera amiga en años. —Ella tomó mi mano y dio un apretón.

Traté de sonreír para ella, para que se quedara tranquila. Era obvio que esto era algo que superaría.

—Para que te animes deberías acompañarme a la cita... —Negué de inmediato—. ¡Anda! Una fiesta te va a animar.

—Absolutamente que no, es una cita, con un chico, alguien que te quiere conocer solo a ti. No quiero arruinarla.

—Edgar lo entenderá, no quiero que te quedes en la habitación leyendo toda la noche, además puede que conozcas más personas.

Era una de las cosas que más odiaba de la universidad: tener que socializar. No me gustaba la idea de salir a conocer gente nueva, y tampoco me parecía porque no quería salir una noche y terminar como mamá.

No quería llegar a mi habitación con un chico diferente cada noche. No.

—Por favor, Anna, hoy es día de paga y sabes que podemos ir a la tienda a comprar algo bonito. Además... —subió y bajó ambas cejas en un baile—. Puedo decirle a Edgar que lleve a un amigo.

Estábamos en la habitación de la residencia en estos momentos, así que me levanté de la cama negando con la cabeza a su vez. No quería tener una cita a ciegas, ni siquiera me recuperaba de lo que era mi perdida de virginidad cuando Heather me quería meter a otro chico por los ojos.

La chica de mis pesadillas [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora