13.

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NATALIE BROWN

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Llevaba varias semanas en Chicago, después de todo no fue una mala decisión venirme a estudiar y hacer mis pasantías aquí. Pero había algo que no me gustaba muy bien del todo: estar solo.

Pasaba mis días en mi nuevo trabajo, también había días que podía ir a la universidad, pero por lo regular siempre que salía de trabajar me iba directo a mi departamento. Había días en los que hablaba por horas con mis amigos y familiares, pero no era lo mismo una llamada, incluso después de todo tampoco era lo mismo hablar del tema de un hijo con Anna.

Un hijo.

Cuando hablé con Anna me dijo que la fecha prevista sería en marzo, entonces tendría veintiún años para ese tiempo, y supongo que no seré un hombre tan viejo cuando mi hijo tenga mi edad.

Ahora más que nunca tenía que abrir mi mente respecto al tema de ser padre, sabía que aún no era tiempo de hablar con mi familia sobre esto, y tenía miedo, porque nunca había decepcionado a mis padres, siempre fui el hijo ejemplar, y ahora con todo esto sabía que no sería fácil enfrentarlo con mis papás. Sobre todo, tenía miedo de la reacción de mi papá.

Mi padre era un hombre responsable, siempre nos inculcó la responsabilidad y la honestidad, y ahora tenía miedo de que eso me convirtiera en la decepción de él. Era un cobarde por no ser honesto con ellos, y también por no responderle a Anna como debería. Pero siempre tuve planes, y siempre he visto solo por mis planes, nunca he visto más allá de la realidad de mi vida.

Cerré los ojos un momento, me encontraba solo en un restaurante de la ciudad comiendo algo después de trabajar por la tarde en el hotel. No tenía mucha experiencia laboral, pero estaba haciendo algo que me gustaba mucho, y eso no hacía que mi trabajo fuera tan complicado.

Terminé mi comida, y bebí de la limonada mineral, era una lástima que aun faltara tiempo para mi cumpleaños. Caminé un poco por la ciudad después de cenar, no me gustaba llegar al apartamento y estar tanto tiempo solo. Antes, podía quejarme de Ian, pero, aunque fuera un poco imposible, lo extrañaba.

Pasé por una tienda exclusiva para bebés, y me quedé mirando todos los diminutos trajes que había. Sonreí al ver que uno tenía bordados los palos de lacrosse, lo tomé entre mis manos y simplemente lo llevé conmigo. No sabía si sería niño o niña, pero lo usaría.

No quería fallar como padre.

Después de unas cuadras más de seguir caminando, entré a otra tienda, esta era diferente, era una tienda departamental, y necesitaba unas camisas para mi trabajo, así que me dispuse a buscar el color exacto que necesitaba. Estaba buscando mi talla cuando miré una manta de cabello oscuro deslizarse cerca de mí, levanté la cabeza para ver de quien se trataba porque pareciera que estaba viendo fantasmas. Pero no, estaba seguro de que todo lo que estaba viendo parecía real.

Vestía con el uniforme de la tienda, y estaba demasiado seguro de que era ella, no podía estar confundido, era ella.

Caminé en modo automático hacia donde ella se encontraba, ella aun no podía verme bien porque estaba de espaldas a mí.

—Natalie Brown —dije su nombre después de dos años de no verla.

Su cuerpo estaba rígido, y se giró lentamente. Lo primero que capté al tenerla de frente fueron esos ojos tan verdes que siempre me mantuvieron a sus pies.

—Elliot... —susurró.

—Es una sorpresa que después de haber desaparecido de la faz de la Tierra te haya encontrado aquí.

La chica de mis pesadillas [COMPLETA]Where stories live. Discover now