La chica de mis pesadillas [COMPLETA]

28.

LA MELLIZA DEL AÑO

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Después de todo el proceso, Anna y yo llegamos a un acuerdo.

Verla ir y venir entre sus clases, tareas y trabajo, pasaba mucho más tiempo con Robbie. Había entablado un horario especifico, encontré un espacio para mí y supe que las cosas mejorarían cuando me tomé el tiempo de pensar lo que quería para mi futuro.

No había muchos cambios, solo el drástico de ser padre. Terminé mi carrera, comencé a incursionar en el mundo hotelero y me iba bastante bien para ser alguien que acababa de egresar. Iba y venía cada martes, miércoles, viernes y algunos domingos, siempre que podía Anna y yo quedábamos de vernos los domingos en casa de mis padres para que Robert pudiera pasar un domingo familiar conmigo, para ser honesto yo no sabía lo que ella hacía en sus días libres. No me inmiscuía mucho en su vida, solo lo necesario para saber que ella se encontraba bien, después de todo le tengo un gran cariño y quiero que esté segura.

Así sucedieron las semanas hasta que llegó el fin del verano, Anna ingresó de lleno a la universidad dejando el colegio atrás para poder continuar con su carrera justo donde la había dejado. Ella consiguió un departamento cerca de la ASU y se mudó ahí junto a Robbie los días que él pudiera estar con ella, dejaron el departamento que yo quería para ellos dos solo por el bienestar de ambos, pues así las distancias eran menos para los dos, yo pasaba por mi hijo a la universidad o en el departamento. No me preocupaba por ese hecho porque ambos compartían el departamento con Heather donde Ian pasaba la mayor parte del tiempo ahí.

Sorprendido por los cambios que Robert tenía en su año, no podía creer que ahora sea un niño que pasó de caminar con miedo, a correr como un niño seguro de sí mismo. Me sentía orgulloso de sus pasos, sobre todo teniendo en cuenta que acercándose su cumpleaños número dos él ya pronunciaba palabras muy claras.

En Acción de Gracias hubo un problema: Anna y yo no habíamos discutido con quien pasaría las festividades nuestro hijo, ella estaría con la familia de Heather, cosa que me sorprendió porque ellas viajarías hasta Scottsdale y no podíamos hacernos un espacio para compartir a Robert.

—Elliot, no, quiero estar con él, es mi hijo y...

—También es el mío, Annalise, y te dije desde hace dos semanas que quería pasar tiempo con él.

—Es Acción de Gracias, Elliot.

—Por eso mismo, Anna. Te dije que eras bienvenida en mi familia, pero te aferraste a irte para Scottsdale con Heather.

—No me sentiría cómoda, eso también te dije cuando me pediste que querías tener a Robert contigo ese día.

—¡Claro!, es mi hijo también. Y sabes que mi familia no te dejaría fuera nunca.

—¡Salgo con tu primo, Elliot!

—¡Y nadie te odia por eso!

—¡Paula va a estar ahí!

—¡A ella no le importa que tú estés ahí! Sabe que eres la mamá de mi hijo y bueno —sonreí—, dejaste todo entre familia.

—Eres un puto cabrón —gruñó.

Sonreír mientras recordaba los momentos como esos me hacían pensar que realmente tenía un problema. Esa pelea duró solo unas horas más antes de resignarme y ceder ante el hecho de que compartiríamos Acción de Gracias, un año ella y el siguiente yo. Nos alternaríamos las festividades de diciembre, y este año tendría a Robert conmigo en Año Nuevo.