La chica de mis pesadillas [COMPLETA]

22.

EL TIEMPO NO CURA

• • •

Canción: I still — Backstreet Boys

• • •

→ A N N A L I S E ←

Un año después.

Siento como mis ojos observan a la chica que con tan solo veinte años ha perdido mucho: su padre, su madre y después a su hijo. Mis ojos grises se ven mucho más grandes debajo de todas esas capas de máscara de pestañas, la línea negra hace que mis ojos se vean mucho más alargados también y no puedo evitar sentir las ganas de llorar, en este momento solo puedo recordar el dolor que ha sido bastante duro de enterrar junto a los recuerdos y promesas de una familia feliz.

El primer mes fue el más duro de sobrellevar, el dolor me consumía mientras reprimía las emociones o me cegaba ante la realidad de que aún me quedaba un hijo con vida, Robert no fue el culpable de la muerte de su hermano, pero en ese momento mis fuerzas no estaban siendo suficientes para sostenerlo y saber que sería hijo único, mis remordimientos no me dejaban ver a mi hijo sin sentirme la culpable de que él no tuviera a su hermano.

Los siguientes meses no fueron menos difíciles, pero al menos había aprendido muchas más cosas acerca de la maternidad y había comprendido que mi hijo debía tener a su madre cuerda. Tomé la terapia junto a Elliot y ambos comenzamos a dejar de cuestionarnos los hechos de la vida.

La terapeuta me había dicho que, si seguía cuestionándome, nunca encontraría la respuesta y siempre viviría con la intriga, y esa intriga me llevaría a la culpa y sería como un ciclo que se repetiría cientos de veces. Lo hizo, hasta que simplemente dejé que el dolor saliera, me abracé de él y dejé que se esfumaran los pedazos que me faltaban para estar completa y en esos pedazos iban las culpas y resentimientos hacia otras personas. Ya no volvería a ser la misma chica de antes, ahora encontraba el mundo desde una perspectiva diferente porque me había golpeado muy duro con la realidad, pero de lo que sí estaba segura era de que mi amor hacia Robert, mi Robbie, me hacía luchar cada día más y más para ser una mejor persona y ser la madre que él se merecía.

Acomodé mi blusa holgada, y observé mi trasero a través del reflejo del espejo, nada mal. Había tenido mellizos hace un año y al parecer había extras en mi cuerpo que habían decidido quedarse. Mis caderas ya no volvieron a su tamaño de antes y mis pechos quedaron un poco grandes, aunque con la falta de lactancia a Robbie no pude sacarle mucho provecho como me hubiera gustado, intenté alimentarlo por un mes y medio, luego de eso me rendí porque mis pechos no estaban lo suficiente preparados para más y conforme él crecía a mí me se agotaban las provisiones. Mi trasero creció un poco más y agradecía a mis pequeños por ese gran regalo.

Suspiré, y cuando tocaron a la puerta, me sobresalté.

—Adelante —dije. Me alejé del espejo y tomé la alisadora de cabello la conecté en la corriente de luz y esperé a que se calentara.

Heather entró a la habitación con mi hijo en brazos, que lucía una sonrisa radiante en el rostro. Sus ojos grises acompañados con ese cabello negro como el de su padre, sus facciones eran muy parecidas a las de él, era un poco testarudo y también un poco berrinchudo cuando se trataba de no obtener lo que quería. Sus labios rosaditos y carnosos estaban fruncidos ahora porque quería que lo tomara en brazos.

—El cumpleañero está ansioso por irse a festejar —canturreó ella. A veces me asustaba ver como mi mejor amiga tomaba a mi hijo y lo trataba como un muñeco—. Además creo que ya están Ian y Elliot en el parque esperando por nosotros.