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CON ELLA O SIN ELLA

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El verano se estaba acercando y Emmaline ya tenía casi seis meses fuera lejos de todo y de todos. Más allá de su paradero, no sabía nada de ella. Según las tarjetas bancarias, ella seguía pagando su mensualidad de la casa que compró. No quería entrometerme más en su vida, solo quería saber que mi hermana estuviera bien, que es exactamente lo mismo a entrometerse, pero lo que quería era que nada malo le pasara, ella estaba esperando un bebé.

Respiro profundo cuando veo a través del cristal el pequeño bulto con la manta azul mover los pies de un lado a otro, llora como si no hubiera un mañana y parece que será alguien que usará esos pulmones para algo más que solo llorar porque se ve que son fuertes.

Fruncí el ceño y no pude evitar sonreír.

—Tengo veintiocho años y dos hijos —murmuró Dave.

—Yo tenía veinte cuando nacieron mis dos hijos, te gané.

Dave rodó los ojos y aun así cruzados de brazos me codeó, me reí.

—Es increíble la manera en la que puedes amar a alguien, nunca dejaré de sorprenderme, supongo. Amé mucho a Lilia cuando nació y pensé que no podría sentirlo de nuevo, pero mierda... lo siento igual.

—Fueron situaciones diferentes, pero el amor es el mismo. Felicidades, hermano. Nuevo bebé en la familia, el número tres.

—O cuatro —murmuró Dave.

—O cuatro —concordé.

Por supuesto que Dave seguía enojado con Emma, pero eso no significa que dejara de preocuparse por ella. Él había prometido que jamás perdonaría la cobardía de Emmaline y lo entendía, pero nadie puede presionar los sentimientos de mi hermana. Solo ella sabe lo que necesita para sanar lo que la verdad la lastimó, no podía meterme dentro de su cabeza por más que quisiera hacerlo y curarla, ella tenía sus razones y yo me quedé a entenderlas.

—¿Cómo piensas que esté ella? —me atreví a preguntar.

Dave me miró de reojo y suspiró. Llevaba ojeras muy notorias bajo los ojos y lucía un aspecto cansado con ese rastro de barba. Josette había dado a luz por la madrugada de ayer y según me contó había sido largo.

—Espero que se encuentre bien, y si te soy honesto sé que se intercambia correos con Josette, al parecer está bien. De haberle pasado algo malo, ya lo sabríamos.

—¿No sabes cómo está el bebé?

—No. No profundizo mucho en el tema con mi esposa, solo me conformo con que ella se encuentre bien.

Asentí y volví a mirar a mi sobrino.

—Cómo han cambiado las cosas, parece que ha pasado poco tiempo pero no es así, mis hermanos se casaron, ya tienen hijos y han realizado sus vidas a pesar de que todo es un desastre.

Dave sonrió y me palmeó el hombro.

—Tú también ya estás madurando. Desde que Robbie nació no haces otra cosa más que desvivirte por él. Así que no te sientas presionado si aun no encuentras a la mujer correcta, un día llegará.

—¿Y si ya la encontré?

—Pero esa la perdiste, así que enfoca tus ojos en otra parte. No quiero verte sufrir por ese amor no correspondido, hermano.

Solté un suspiro y me giré para comenzar a caminar fuera del pasillo. Dave me siguió y yo entré a la habitación donde se encontraba Josette.

—Hola, mamá —le dije cuando le di un abrazo. Ella me rodeo con ambos brazos y sonreía de oreja a oreja.

La chica de mis pesadillas [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora