49. PARTE II

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CAYENDO EN EL ABISMO
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Canción: Slip Away — Ruelle





Siento como todo arde, como es que mi garganta se aprieta cuando veo ambos cuerpos tendidos en el suelo.

Cuento hasta tres, cerrando y abriendo mis ojos esperando que esto termine. Que esto solo sea un mal sueño, que ya terminó.

Quiero moverme, pero no puedo, su mano me aprieta el brazo y siento como su mano sube desde mi cintura a uno de mis pechos y quiero vomitar. Estoy temblando y siento que, si corro, él lo hará conmigo. Entonces ¿quién cuidará de Robert?

Sollozo, fuerte y con mucho dolor, porque no hay reacciones por ninguno de los dos y siento que me estoy hundiendo. Es tan profundo que no hay salida. Es un abismo sin salida y quiero correr, pero tanto como él y mi tobillo no me lo permiten.

Hay sangre, tanta sangre que me acongoja. Grito, los llamo, pero no responden, ninguno de los dos. Mis labios tiemblan, esperando que me llamen de regreso, y sin embargo, aunque siento la esperanza muerta, trato de consolarme, diciéndome que esto es solo un mal sueño, que ambos despertarán y yo volveré a mi vida normal.

—Muévete, tenemos que irnos.

Me alarmo. Me arrastra y forcejeo porque no quiero irme con él, siento mucho miedo, siento que él no me devolverá a mi hijo.

—Dijiste que me darías a mi hijo —susurro, con voz ronca.

Xavier me da un tirón y puedo sentir como me quema su agarre. Me hunde el arma en la hendidura del cuello y me hace quejarme, porque con sus intenciones menos amables me hace saber con sus ojos oscuros, fríos que eso es algo que yo no podré tener a mi alcance.

—Primero lo primero, dulzura —murmuró cerca de mi boca, su aliento me provocaba asco y sentía que me quemaba, cada una de las partes en las que me tocaba me lastimaba—. Antes primero me voy a cobrar cada uno de las memorias que me debes, te haré lo que siempre quise y te quedarás conmigo hasta que me canses.

Con un arranque de furia, escupo en su cara porque me provoca asco y estoy furiosa. Me siento aterrada pero también tengo coraje y quiero que me devuelva a mi hijo.

—Maldito, malnacido, te odio, te odio y siempre merecerás el infierno por hijo de puta y ¡ah! —Un golpe abrupto me calló y me soltó, dejándome caer al suelo, se puso de cuclillas junto a mí y otro golpe me atravesó, esta vez fue en el pómulo.

—Primero me aprenderás a respetar como el padrastro que soy para ti, después, te rendirás ante mí o tu hijo sufrirá una muerte mucho más lenta de lo que estos dos tuvieron.

Sollocé, ahogando el grito que quiso escapar de mí.

Temblé y comencé a llorar porque, aunque caminó conmigo unos pasos, aun podía ver como Elliot y Liam seguían en el piso sin moverse. Mis ojos se llenaron de lágrimas y lloré, porque me estaba quemando, me estaba quemando todo por dentro, era desesperación mezclado con dolor, con una especie de furia que estaba creciendo muy en mi interior.

Sentí las ganas de moverme, y posiblemente para mañana estaría muerta, pero al menos mi hijo sabrá que sus padres hicieron todo por salvarlo. Cuando Dave lo acoja, lo abrazará como una parte más de su familia, lo mimarán, lo amarán y por ese lado estará bien porque entonces Josette será mucho mejor mamá de lo que yo llegué a ser en tres años.

Me dijeron que vivir con anhelo era una muerte lenta, que poco a poco me consumiría, pero eso era una puta mentira porque a partir de hoy, si sobrevivía, la culpa me llevaría al infierno con una muerte lenta y dolorosa que me condenaría. Y aceptaba que mi castigo sería ese: perder a los dos hombres que más amé.

La chica de mis pesadillas [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora