32.

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VIDA LARGA O CORTA

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Observo desde lo lejos, sin ninguna intención de contener la risa, como mi hermano entra al patio con un montón de globos en la mano. Lo mejor de todo es que va disfrazado de payaso, con nariz roja incluida y zapatos enormes.

Hace una hora estaba intentando pagarme para que yo lo hiciera, pero no logró convencerme.

—Algún día Robbie te pedirá una cosa de estas y no te ayudaré —me había dicho, comenzando a ponerse la peluca de colores.

Yo no era el único que estaba riendo, la mayoría de las personas lo hacían y papá no perdió el tiempo para grabar con una de las cámaras de mamá. Y seguía a Dave para llegar hasta donde estaba Lili.

Lilia abrió tanto los ojos con sorpresa que no supe si estaba asustada o realmente feliz de que su papá haya hecho ese detalle por ella. La cosa es que no yo dejaba de reír.

—Esa es una de las cosas que no tenía idea que Dave pudiera hacer —dijo Alec, cruzado de brazos junto a mí.

—Eso solo deja ver que él ya no es el mismo cretino de antes —respondí.

—No lo es. ¿Crees que se haya molestado porque rechacé su oferta?

—¿También te pidió que usaras el disfraz?

Alec asintió con una sonrisa. Me estaba ofreciendo cincuenta dólares a cambio de eso, pero mi dignidad vale más que eso. Lo subió a ochenta y me negué, pero él tampoco me ofreció los cien. Ese billete de cien lo habría aceptado.

Rodé los ojos y me reí, choqué el puño con él.

—Yo también pedía cien, pero no me los daba. Es un poco tacaño.

—Sí... es una lástima. Desde siempre ha sido así.

—Tsss...

Alec comenzó reír y terminó con un suspiro. Lo noté mirando hacia otro lado y me di cuenta que en realidad estaba mirando a mi hermana. Él tenía todas las emociones marcadas en el rostro, porque, aunque reía también se le notaban los ojos brillantes al verla.

Me sentía feliz por Emmaline, había encontrado en Alec la luz al camino oscuro que dejó el accidente, lo que es muy bueno porque cuando mi hermana estaba en ese vacío sin fondo sentí que jamás lograría salir de ahí.

Emmaline también estaba radiante, sonreía con mucha frecuencia, siempre hablaba de lo feliz que Alec la hacía.

—Felicidades por la boda —le dije.

—¿Gracias? —Se giró hacia mí sin entender mucho.

Lo cierto era que yo no había sido muy expresivo a la hora de su compromiso con mi hermana, solo brindaba cuando las personas lo hacían. Algo dentro de mí se sentía egoísta, pues mi hermana se estaba llevando definitivamente a mi hermana. Y sabía que Emmaline no se iría al otro lado del país, pero ¡vamos! Em y yo habíamos compartido casi todo desde el vientre de nuestra madre y ahora ya cada quien llevaba vidas completamente separadas. Costaba asimilarlo.

—Lo digo de corazón, Alec. —Le palmeé el hombro y sonreí—. Sé que has sido muy importante en la vida de Emma, y no sabes lo agradecido que estoy contigo por haberla sacado del hoyo. Gracias, hermano.

Podría haberme cortado un testículo jurando a que Alec tenía una lagrima atorada en el ojo. Pero no me burlé, en lugar de ello solo volví a palmearle el hombro.

La chica de mis pesadillas [COMPLETA]Where stories live. Discover now