Capítulo 146: Conozca Más Acerca de la Traición del Espía

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Fuera de la tienda, el Subgeneral Chen, quien ahora estaba básicamente curado, giraba su cintura y movía sus manos para estirar su rígido cuerpo. Cuando vio que Xiao YuAn volvía, no pudo evitar preguntar:

—Médico Xiao, ¿por qué ha vuelto? ¿No iba a buscar a Su Majestad?

Xiao YuAn se encogió de hombros y extendió sus manos.

—Yan-ge está ocupado, no lo he visto.

—¡¿Cómo es que nunca ha estado ocupado por las mañanas o por la noche hasta ahora?! ¡¿Pero resulta que ahora está ocupado?! —Chen Ge exclamó.

Xiao YuAn se rio a carcajadas.

—No tengo apuro, ¿por qué actúas tan impaciente? Está bien, el guardia que está frente a la tienda de Yan-ge dijo que una vez que Yan-ge terminara de discutir con los generales, le informaría de que había ido a verlo.

Chen Ge quería decir algo, pero se detuvo en el momento en que vio a un joven soldado salir corriendo de la tienda. Cuando el joven soldado vio a Xiao YuAn, lo arrastró rápidamente al interior:

—¡Médico Xiao, está aquí! ¡Por fin lo encontré! Parece que las heridas de uno de los soldados se han vuelto extremadamente graves. Rápido, venga a ver cómo está.

Xiao YuAn no se atrevió a ser lento mientras abría rápidamente la cortina y entraba. El soldado herido era el que tenía una pobre capacidad de sanación, y como el tiempo era caluroso, la herida no se curó, sino que se volvió pus. Afortunadamente, no era muy grave, así que Xiao YuAn simplemente pidió a alguien que le trajera un vino fuerte para poder limpiar la herida del soldado. Después de varias vueltas, el soldado herido por fin estaba mejor, pero Xiao YuAn terminó ensuciándose todo. 

Xiao YuAn se sintió asqueroso, así que agarró algo de ropa limpia y una palangana de madera, con la intención de ir al río que estaba a media milla del cuartel para limpiarse. Ningún oficial por debajo del rango de un Vicegeneral podía salir del cuartel sin permiso, así que Xiao YuAn tomó un permiso que le dio Yan HeQing, en el que se indicaba que podía entrar y salir del cuartel a voluntad.

Después de un día tan ajetreado, en un abrir y cerrar de ojos, la luna y las estrellas volvieron a aparecer en el cielo nocturno. Xiao YuAn se desató la ropa, se quitó la máscara y recogió un poco de agua para lavarse las mejillas. Luego agarró más agua del río y la vertió lentamente sobre su cuerpo, adaptándose poco a poco a la temperatura ligeramente fresca del agua.

La temperatura era un poquito fría en el campo, y la luz de la luna que brillaba en la superficie del río era agitada ligeramente por los movimientos de Xiao YuAn. Debido al sonido del agua, Xiao YuAn no notó el extraño y tenue sonido que provenía de las hierbas detrás de él.

El Vicegeneral de Huang Yue se apresuró a regresar al cuartel, dirigiéndose a la tienda donde un grupo de Generales discutía desde el día hasta la noche, hasta que finalmente, pudieron tomar una decisión definitiva. En ese momento, el Vicegeneral se inclinó hacia Huang Yue y le susurró unas palabras al oído.

Los ojos de Huang Yue se abrieron de par en par y lo condujeron a un lugar desierto, luego preguntó:

—¿Lo viste claramente? ¿Estás completamente seguro de que es el antiguo Emperador del Reino del Norte?

El Vicegeneral asintió con seguridad.

—General Huang, ¿deberíamos llevarlo...?

—No. El Emperador nunca permitirá tal cosa. Mañana Su Majestad irá personalmente tras los desertores del Wu Oriental, así que no podemos hacer nada ahora —Huang Yue frunció el ceño, se acarició la barbilla y susurró—; Esperaremos hasta derrotar al Reino Wu Oriental, y entonces discutiremos este asunto con el General Xue.

Los ojos del Vicegeneral se iluminaron repentinamente por alguna razón desconocida mientras bajaba apresuradamente la cabeza para reprimir sus pensamientos, y luego preguntó cautelosamente:

—General Huang, ¿realmente Su Majestad perseguirá mañana a los desertores del Wu Oriental?

—Sí, el Emperador tiene la intención de dirigir las tropas de élite para atacar por sorpresa. Incluso si hay una trampa, aún puede atraparlos con la guardia baja. Creo que Su Majestad está siendo demasiado cauteloso. El ejército enemigo ya está en ruinas y su General ya ha sido derrotado una vez, así que ¿para qué molestarse? —dijo Huang Yue.

El Vicegeneral le brindó respetos.

—El General es sabio, sabio, sabio.

Lo dijo tres veces seguidas, y cada vez que lo decía, su cabeza bajaba un poco más; su tono era un poco más alto, y la última letra era un poco más larga.

—Muy bien, vamos a descansar. El asunto relacionado con el antiguo Emperador del Reino del Norte tendrá que esperar hasta que termine la guerra. —Huang Yue agitó la mano y se dio la vuelta para marcharse.

Por su parte, el Vicegeneral se agachó y cerró el puño. Una vez que Huang Yue se marchó, se levantó y, aprovechando la oscuridad de la noche, se dirigió de nuevo al antiguo árbol que había fuera del cuartel.

Esta vez, había un resto del trozo de tela que enterró bajo el antiguo árbol la última vez, y con la ayuda de la luz de la luna, el Vicegeneral vio una gran palabra escrita en él: «Retirada».

Mientras la blanca luz de la luna descendía, el Vicegeneral mostró una siniestra sonrisa, luego se mordió el dedo y escribió: «No se preocupen, tenemos un chivo expiatorio».


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¡Hola! Les aviso que esta es la última actualización del mes, ya que me iré de vacaciones con mi familia y volveré recién a principios de febrero (~ ̄▽ ̄)~❤ Les prometo recompensarlo bien el lunes de la próxima semana. ¡Un enorme abrazo virtual y muchas gracias por leer! 🥺💖

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