VI : Sonia

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La lluvia azotaba las afueras de la ciudad, golpeando los tejados, las ventanas, los pisos y los árboles de manera violenta.
Mientras los rayos se escuchaban perfectamente a lo lejos, estos retumbaban fuertemente.

Las gotas de lluvia se colaban por pequeños huecos en el tejado, cayendo sobre la mano de Belle, quien no le prestaba atención a ese detalle.

Miraba pensativa a un punto fijo, parpadeando de vez en cuando mientras se sumergia en sus pensamientos, dejando que alguna que otra lágrima se deslice fuera de sus ojos.
El único sonido presente en la habitación eran los de Emery, este se mantenía recostado sobre un colchón en el piso, roncando fuertemente.
Se había negado a dejar pasarla a Belle sola aquella noche, sin embargo cayó rendido mucho antes que Belle.

Le echo un vistazo a su hermano, que dormía plácidamente.
Y luego volvió a fijar su vista en la pared, está llena de cuadros y pinturas, fotos o discos de sus artistas favoritas.

Se levantó lentamente de su cama, concentrando su fuerza en la palma de su mano para levantar su torso hacia arriba y luego deslizarse fuera de la cama, sin querer despertar a Emery, pero este parecía que ni con cuatro cacerolazos podrías despertarlo.

Abrió la puerta lentamente y salió de la habitación, pretendiendo no hacer mucho ruido.
Bajo las escaleras, encontrandose con Tonks y Remus, pero estos no parecieron percatarse de la presencia de la joven.
Ambos miraban consternados el piso mientras bebían te de sus tazas, ninguno se miraba, ninguno se hablaba, reinaba el silencio mientras la casa adoptaba un aire de tristeza.

Camino hasta la cocina, pasando por los estrechos pasillos de la casa, hasta que por fin pudo ingresar en esta.
Al entrar vio a George, quien ponía vaya quien a saber, un líquido transparente en sus nudillos, mientras de vez en cuando gruñía por el dolor.

Belle se acercó hasta el, y se sentó frente a el, este levantó la mirada y le sonrió débilmente mientras volvía a colocar el algodón sobre sus nudillos.

-¿Estás bien?. -pregunto Belle mirando sus nudillos.

El pelirrojo le dirigió una mirada para volverla a posar en sus nudillos que aún sangraban.

-Si, solo que no creo poder dormir con el dolor.

Belle se sintió culpable y apenada, mientras una ráfaga de tristeza se apoderaba de ella.

-Lo siento...

-Oh no, no te disculpes, en algún momento sanará. --George intentaba no sacar el tema de Cormac, sabía que para Belle era doloroso, sin embargo se contuvo por respeto.

Belle bajo su vista, centrandola en los nudillos de George, los miro fijamente durante unos minutos, estos comenzaron a cicatrizar sin que George se diera cuenta, y no necesariamente por el alcohol etílico.
Belle podía curar heridas con tan solo concentrarse en ello, nunca supo por qué, simplemente lo hacía.

-¿Por qué no te dormiste, Belle?. -pregunto el pelirrojo.

-No podía hacerlo.

George comprendió: estaba asustada, tenía sentimientos encontrados, y demás cosas.
Belle se estaba atormentando mentalmente una y otra vez con lo sucedido.

Su sangre hirvio extrañamente al recordar al rubio, como este tenía el descaro de intentar abusar de Belle en su propia casa, como se atrevía a tocar su cuerpo mientras ella gritaba por qué la dejara.
Le generó asco y repulsión el rostro del rubio, hubiera deseado golpearlo muchas veces más.

-Deberías dormir Belle. -insistió el pelirrojo.

Belle suspiro y apoyo su cabeza sobre su mano.

Serendipia Pelirroja | G Weasley | +18Where stories live. Discover now