Serendipia Pelirroja | G Weasley | +18

XX : Encuentro

La cabeza de Dominique golpeó contra el armario de su derecha, una vez que su cuerpo se encontraba sumido en un profundo descanso y paz, aun conteniendo la respiración atorada en su nariz.

Su nariz sangraba, mientras sus manos cerradas como puños se soltaban de a poco de su agarre completamente sellado y fruncido.

-Muy valiente ¿No, Domi? -bromeo Nick, pateando con fuerza el cuerpo desmayado de Dominique- ahora, a esperar.

Se sentó en uno de los sillones de la morada, acomodando sus pies sobre la mesa ratona mientras mordía con impaciencia un cigarro, quien pronto dejo un hedor a cenizas dentro de la casa.

Esperando a su próxima presa.

...

Los besos de Belle y George subían con intensidad, pasando de un beso dulce a uno caliente y erótico, dejando que George pasará las manos por cada rincón de Belle, mientras está se aferraba a su cuello con fuerza.

Luego de unos minutos, George despegó sus labios de Belle, bajando por su cuello, chupando y succionando cada rincón y partícula de este, dejando pequeñas marcas moradas en la piel de Belle, quien soltó un jadeo al sentir la acción de George.

El pelirrojo paso las manos por debajo del brasier de Belle, apretando y haciendo suaves masajes en sus senos, deslizando las yemas de sus dedos sobre sus pezones con delicadeza, logrando que la joven soltará un suave gemido en respuesta.

-Mierda... me vuelves loco. -confeso George con voz ronca, llevando sus labios hasta los labios de Belle, para saborearlos y unir mutuamente sus labios otra vez, en un beso caliente.

Belle sentía la humedad escurrir por su feminidad, lo deslizante que se encontraba su zona y lo palpitante de su clítoris, que parecía que en cualquier momento iba a estallar.

George volvía locos cada uno de sus puntos más sensibles.

La mano de George recorrió todo su cuerpo, apretando con un poco de fuerza el trasero de la joven, dejando una pequeña marca que desaparecería en unos segundos.

-Follame Georgie. -rogo Belle, deslizando su mano sobre la entre pierna de George, percatandose de lo duro y abultado que se encontraba su pene.

George estaba listo para deslizar las bragas de Belle fuera de ella, cuando un destello celeste brillante iluminó la habitación, ocasionando la separación de ambos jóvenes quienes se sentaron para admirar a la luz de forma extraña.

La luz tenía forma de caballo, uno muy hermoso y grande, caballo que cualquiera desearía tener.

Belle lo reconoció al instante, el patronus de Dominique.

-¡Belle, necesito ayu...! -pero de un momento para el otro la luz se desvaneció, dejando las palabras de Dominique en el aire.

Belle llevo su mano a su boca, mientras George seguía mirando la escena completamente plasmado.

-Lo siento. -se disculpo Belle, mientras volvía a colocarse la ropa, dedicándole una mirada de vergüenza a George, quien rápidamente se poso detrás de ella para abrazarla por la cintura.

El estómago de Belle pareció dar un vuelco, sintiendo Miles de dragones de amor en su corazón.

-No te disculpes, pronto lo terminaremos. -dijo aún con la voz ronca, despertando otra vez, el punto palpitante de Belle, sin embargo, está decidió hacer caso omiso.