XXXVI: Los Cliddeon

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Las lluvias otoñales parecían aparecer con mas frecuencia mientras el otoño hacia su gran aparición, dejando así, un clima completamente poco viable y difícil de predecir con rapidez. Sus gotas de lluvia parecían caer con mas intensidad cada vez que pasaban los minutos.

Sin embargo, estos parecían darse con mas fuerza y frecuencia sobre una pequeña zona repleta de colinas de diferentes tamaños. Todas se agrupaban a lo lejos, sin embargo, si no eres un buen escalador, o una persona con las agallas al maximo, ningún muggle se atrevería a escalar montañas tan rocosas y poco estables como de esas se trataba.

Sobre una de estas colinas, ubicada en la mas lejanas de ellas, una casa moderna, la cual parecía de la realeza, se ubicaba en la parte menos visible de la colina. Dejándoles así, a los dueños, una vista preciosa que daba directamente hacia un arroyo , en el cual, los pájaros, mariposas, y diversos animales se agrupaban para revolotear o correr por las colinas despejadas. Las cuales, tambien les servirían para ocultarse de cazadores o depredadores.

El olor a frambuesas y kiwi mezclados con cierto aroma de velas aromáticas salia de la casa, recorriendo los alrededores de esta, llamando la atención de los animales con facilidad, quienes se acercaban curiosos a investigar de donde provenía aquel exquisito aroma tan llamativo.

Al acercarse lo suficiente, podían ver como en uno de los sofas mas cercanos una joven de belleza profunda, se encontraba dormida, mientras su cabello negro caía por los bordes del sofa.

Belle.

Dentro de sus sueños mas profundos, la cabeza de Belle divagó por sus recuerdos mas olvidados, haciendo de estos, o de sus mejores sueños, o probablemente, de sus peores pesadillas. Al encontrarse en un estado de inconsciencia, su cuerpo se mantenía completamente inmóvil, mientras unas mantas abrigadoras recorrían su cuerpo protegiéndola del frio gélido que rondaba por la casa sobre las colinas.

Sintió el frio rozarle por encima de las mantas, despertando su cuerpo y su consciencia en un instante, dejándola sentir aquel olor a frambuesas y kiwi tan reconfortante que anhelaba sentir luego de estar toda una noche con su nariz aspirando el aroma a sangre que se encontraba en ese tipo de celda.

Su cuerpo se sentía tan cómodo al encontrarse sobre los almohadones, los cuales se amoldaba a su cuerpo con facilidad. Abrió levemente sus ojos, logrando percibir el ambiente completamente desconocido en el que se encontraba. Al abrir completamente los ojos logro repasar el salon con mas facilidad. En este, los detalles en blanco y beige no pasaban desapercibido, al igual que su decoracion, que lograba otorgar cierta paz en quien posaba su vista en ellos.

Alejo las mantas de su cuerpo, sintiendo como un leve frio se apoderaba de su cuerpo, pero su curiosidad por aquel lugar le prohibió si quiera pensar en el frio en el cual su cuerpo comenzaría a sumergirse en cuestion de segundos.

Al bajar la mirada, se percato de que aun se encontraba con su ropa manchada de sangre, su brazo estaba vendado por una tela rota, y sus manos tenían aun un rastro leve de el liquido rojizo.

-Buenos dias. -hablo una voz masculina detrás de ella, robándose toda su atención. Al escuchar la voz, Belle rápidamente empuño una varita cualquiera la cual había encontrado debajo de las mantas junto a su cuerpo. Apuntando contra el joven amenazadoramente-. Esta bien, si eso te hace sentirte mas segura.

Belle lo inspeccionó con su mirada. Su cabello negro y su mirada curiosa, pero a la vez burlona, lograron llamar su atención.

-¿Quien mierda eres?. --pregunto, manteniendo la varita en alto, lista para atacar en caso de algún imprevisto. Deslizo su mirada por la casa, detrás del joven, una cocina muy llamativa parecía limpiarse sola con ayuda de magia.

Serendipia Pelirroja | G Weasley | +18Where stories live. Discover now