Serendipia Pelirroja | G Weasley | +18

XXXI: Intento fallido

George rodeo entre sus brazos la cintura de Belle, sintiendo su calidez mientras sus labios se unían en un suave beso. Sintiendo los labios de Belle deslizarse sobre los de el, sintiendo aquella pasión apaciguada que Belle contenía.

Deslizó sus manos con pasión sobre su cintura, sintiendo el calor de su piel suave.

De repente, el llamado en la puerta saco a ambos de su nube apasionada, sintiendo los toques repetitivos en la puerta de entrada.

George suspiro al separarse de la pelinegra, notando sus labios inchados y sus mejillas sonrojadas.

-¿Justo ahora?. -bromeo George, dejando escapar una risa silenciosa.

Belle aparto su mirada hacia la puerta de entrada, mientras sentía la mirada penetrante del pelirrojo sobre sus expresiones sonrojadas.

-¡Ya voy, ya voy!. -resongo Belle, cansada de las llamadas repetitivas en la puerta de entrada.

se separó del regazo de George, caminando hasta la puerta de ingreso a la morada. Con cansancio, abrió la puerta principal, encontrandose detrás de ella a la persona la cual menos hubiera querido ver en su vida.

Arela se encontraba detrás de las puerta de ingreso, brotando de sus ojos lágrimas, las cuales se suponían que debían de ser reales.

Belle frunció el entrecejo, completamente desconcertada ante la inesperada visita que había recibido.

Su vista se nublo al ver a la joven detrás de la puerta, mientras sentía su corazón acelerarse al sentir las malas vibraciones con las cuales Arela venía acompañada.

Giró su cabeza de lado a lado con rapidez, eliminando toda esa neblina la cual había usurpado su vista, quedando completamente limpia.

-¿Que...?

-¡Oh, Belle!. --la morena se lanzó sobre los brazos de la cual, en algún momento, fue su mejor amiga.

Recibiendo a cambio, un empujón furioso de parte de Belle, quien retrocedió unos pasos ante la reacción de Arela al echarse sobre su cuerpo.

Arela al ver la reacción de Belle, solo entrecerró sus ojos, dejando que mas lágrimas brotarán de sus ojos.

La primera sintió aquella voz en su cabeza de cerrar la puerta en la cara de Arela, sin embargo, su cuerpo no le permitía completar la acción al ver cómo Arela se desmoronaba con cada lágrima que sus ojos derramaban. Sintiendo aquella necesidad de abrazarla, sin embargo, su cabeza no le respondió a la acción.

Y por suerte.

-Belle... por favor, debemos hablar. -las palabras de Arela parecían tan rotas como parecía su interior.

Pero ella no estaba rota, estaba podrida.

Anelando que llegue aquel momento para poder ejecutar el mismo plan con el cual le arrebato la vida a Dominique en primer lugar.

-...¿Amiga?. -sollozo la morena, aplastando entre sus manos un papel el cual parecía viejo, llamando la atención de Belle.

Arela, al notar la vista de Belle clavada en el papel, rápidamente lo oculto de la vista de la pelinegra.

-¿Que mierda haces aquí?. -Belle escrudiño el manojo de la puerta entre su mano, a la vez que retrocedía los pasos que Arela había avanzado.

Sintiendo el ambiente tenso que crecía a su alrededor. Con cierta inseguridad, abrió unos centímetros más la puerta, sintiendo la brisa fresca golpear su rostro.

-Debes escucharme, ¡debes entender que yo no quise matar a Dominique! -el corazón de Belle se sintió completamente apuñalado ante la última frase, sintiendo el odio apoderarse de su cuerpo a la vez, que una ola de resentimiento crecía dentro de su cuerpo.