Capítulo 22: Young and sweet

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Viernes, 5 de agosto de 1977.

Allí estaban, frente a la puerta de aquel local y acompañadas por la música que resonaba hasta la calle. Habían decidido asistir a la fiesta y en esos momentos se sentían como dos niñas pequeñas que poco a poco iban descubriendo lo que el mundo tenía que ofrecerles. Hechas un manojo de nervios, estaban a punto de adentrarse en un sitio lleno de desconocidas pero en el que no iban a tener ni que reprimirse ni temer el ser rechazadas. Era una sensación extraña pero la mar de agradable al mismo tiempo. Eso que a cualquier persona le podría parecer de lo más normal, para ellas era tan nuevo que les costaba creer que estuviera pasando. Detrás de esa puerta se escondía todo aquello por lo que merecía la pena luchar, esa libertad que otra gente podía disfrutar diariamente sin ser juzgada. Hoy, más que nunca, habían venido a pasárselo bien.

- ¿Vamos? – dijo Amelia, ofreciéndole su mano.

- Vamos – la agarró firmemente.

Una bola de discoteca presidía la sala, reflejando las luces de los focos que iluminaban la pista donde algunas chicas ya estaban bailando. Entre la multitud pudieron distinguir una cara conocida, la de Jamie, que estaba charlando y riendo animadamente con varias amigas suyas en la barra. Les daba un poco de reparo acercarse pero en seguida Jamie se percató de su presencia y les hizo un gesto para que se unieran a ellas.

- Chicas, qué bien que hayáis venido – las saludo con la simpatía que la caracterizaba.

- Un placer – dijeron con una amplia sonrisa.

- Bueno, hago las presentaciones. Dani, Julie y Rosemary – aclaró señalándolas – Luisita y Amelia.

- Encantadas.

- Qué amigas más guapas te echas siempre, Jamie – comentó Dani observando a Amelia.

- Para el carro – le advirtió entre risas al ver que volvía a las andadas – que son pareja.

- Ah, vaya... bueno, había que intentarlo, ¿no? – le dio un sorbo al cubata – disculpad el atrevimiento.

- No pasa nada – dijo Luisita agarrándose al brazo de la morena, como si fuera necesario para recalcar que estaban juntas.

- Poneos cómodas, tenemos música, alcohol y lo más importante... libertad para hacer lo que nos apetezca cuando nos venga en gana – anunció Jamie apurando su bebida - ¿Queréis tomar algo?

- Yo un refresco – contestó Luisita, que prefería no beber por el tratamiento.

- De momento una cerveza – dijo Amelia.

- Marchando – se metió en la barra.

- Nosotras vamos al baño, ahora volvemos – dijo Dani, desapareciendo con Julie y Rosemary.

- Así que de momento una cerveza – Luisita se apoyó en la barra. – Tú aprovecha que puedes, ya está tu mujer para velar por ti.

- Tranquila, – dijo divertida agarrándola por la cintura. – me portaré bien.

- Más te vale – le advirtió.

- Aquí tenéis – apareció Jamie con las bebidas. - Voy un momento al almacén, que no se nos acaben las existencias, si necesitáis cualquier cosa estoy allí – les señaló la puerta.

- Vale, gracias – y la vieron alejarse.

- Bueno... - Amelia le dio un trago a su cerveza y se giró para mirar a la rubia - ¿Qué hace una chica tan guapa como tú en un sitio como este así tan sola? – alzó una ceja para impresionarla.

Luisita no pudo evitar reírse pero decidió seguirle el juego.

- Pues ya ves... probando suerte, a ver si me sale una novia.

ENTRE MADRID Y MANCHESTERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora