Capítulo XIV

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Aiden

—¿Alguien tiene alguna pregunta sobre las reglas del juego? —preguntó Alex, luego de haber explicado las reglas de "la caza del tesoro", la actividad que habían preparado los profesores de gimnasia, matemática y química y que se estaba llevando a cabo el día martes desde las 8 hasta las 11 alrededor del resort.

Como siempre, era Alex la encargada de organizar que todo saliera al pie de la letra.

No hubo preguntas, y oficialmente la caza del tesoro había comenzado, y grupos de 4 personas tendrían que competir con el resto. No estaba realmente emocionado al respecto, pero Ashley sí lo estaba, y si podía hacerla feliz, lo haría.

—¡Aiden! ¿Qué demonios es esto? —exclamó Ashley, apuntándome un ejercicio de matemática.

—Ecuaciones diferenciales —le dije, como si fuera obvio.

—Bueno, es una suerte que tengamos al cerebrito de Aiden para resolverlas —dijo Gabe y le arrebató la hoja a Ashley para entregármela.

—Deberíamos todos saber esto a esta altura —rodé los ojos y recibí el papel—. Lápiz.

Luego de unos minutos y varias ecuaciones diferenciales después, nos dimos cuenta de que los números eran coordenadas. Luego de ponerlas en Google Maps, nos llevaba a un lugar en específico de la isla, que quedaba a aproximadamente diez minutos caminando.

Nos dirigimos al lugar en específico, y nos encontramos con un pequeño negocio de artesanías.

—¿Es aquí? —preguntó Kyle.

—Eso parece —respondí.

Ashley se nos adelantó y caminó hacia la señora que estaba atendiendo el local. Le explicó que éramos estudiantes de Sylver Valley en medio de una actividad organizada por los profesores.

—Haberlo dicho antes. Sí, llegaron al lugar correcto, y al parecer son los primeros —nos sonrió uno por uno y le entregó un sobre a Ash—. Buena suerte en su búsqueda.

Solo alguien como Alex iría por ahí a convencer a gente al azar de participar en estas estupideces.

—¡Deja, Gabe! Yo abro los jodidos sobres —reclamó Ash cuando Gabe quiso arrebatarle el sobre de las manos.

—¿Alguien me preguntó que era lo que yo quería hacer? —dijo Kyle.

—Tranquilos, niños —rodé los ojos—. Ash abrirá ese sobre a menos que quieran ver sus traseros pateados.

—Creo que podemos bajarla entre los dos —murmuró Gabe.

—Quiero verlos intentando —rugió ella.

—¿Sabes? Dame eso —le quité el sobre a Ashley, que intentó tenerlo de vuelta, pero no podía alcanzarlo hasta mis manos—. Dejémosle los sobres a los adultos, ¿bien?

—Qué capullo, Reed —Ash se cruzó de brazos y me miró mal mientras leía el sobre.

—Dice que para encontrar las siguientes coordenadas, debemos resolver estos ejercicios de química —expliqué y le entregué el papel a Kyle, que lo miró como si fuera jeroglíficos.

—¿Qué es esto? —preguntó Gabe.

—Saben que deberían saber eso para entrar a la universidad, ¿no? —pregunté, arqueando una ceja hacia ellos.

—Soy deportista, Reed. —Kyle se encogió de hombros—. A diferencia de ti, no perderé mi tiempo en esta mierda sin sentido. A la NFL no le importará mi conocimiento de química.

The wrong side of town -  Parte I y IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora