Parte II - Capítulo XLVI

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Alexandra

Cuando Jake finalmente estuvo a mi lado mirándome de forma condescendiente, había imaginado diez formas distintas de asesinarlo, la mayoría con mis propias manos. A pesar de su aparente condescendencia, en sus ojos no había una pizca de humanidad o empatía. Sus ojos estaban tan vacíos como todas las veces que había intentado arruinar nuestra vida.

—Lo siento, Alex, esto no me gusta más a mí que a ti.

A pesar de que quería llorar y rogar, me compuse como pude y lo miré de forma desafiante. Algo me decía que mostrar debilidad ante Jake no sería bueno.

—¿Por qué estás haciendo esto?

—¿Me creerías si te lo cuento? —su voz sonó casi desinteresada.

—¿Hay una razón a parte del hecho que estás jodidamente loco?

—No maldigas, Alex. No se ve lindo en una mujer como tú.

—Jódete, Garret —escupí, ignorando su comentario.

El soltó un suspiro y corrió una silla para sentarse delante de mí. El recorte de distancia me puso extremadamente nerviosa.

—En realidad, Alex, hay más de una razón. Usualmente no tomo de buena manera cuando el político de turno quiere manipular a mi familia, pero ya que tu padre lo pidió tan amablemente...

—¿De... de qué estás hablando?

—Tranquila, cielo. Te contaré todo lo que necesitas saber, y entenderás que hago esto por un bien mayor.

Bufé, pero no dije nada. Jake tenía que estar loco, eso ya lo sabía, pero nunca pensé que llegaría a este punto. Sin embargo, la mención de mi padre era lo que me estaba poniendo más nerviosa.

—Siempre pensé que terminaríamos juntos, ¿sabes? Te he amado desde el primer momento en que te vi hace 10 años, cuando solo éramos unos niños.

Ay, por Dios.

—Te he observado de lejos. Siempre me gustó lo pura que eras, cómo siempre parecías estar un peldaño más arriba que el resto de los mortales. No le dabas a ningún chico el momento del día, a nadie el placer de verte afectada por nada. Tan perfecta.

>>Tenía un plan: en cuanto termináramos la secundaria, te cortejaría. Mi padre era el jefe de campaña del tuyo, mi madre amiga de la tuya. Era natural que finalmente termináramos juntos, pero pensé que aún eras muy inmadura como para entenderlo. Figuré que, en la universidad, lo entenderías.

>>Pero entonces, tenías que ser estúpida. Nadie puede ser tan perfecta después de todo, ¿no? Te involucraste con Reed, con un Raider. ¿Se podía caer más bajo? Me costó un tiempo entender que no lo hacías por sacarme de quicio, y que probablemente sería algo pasajero. ¿Pero lo que hiciste con él? Le diste todo lo que me pertenecía a mí.

Entonces todo hizo click. Los videos, las fotos, los mensajes obsesivos, las notas en el casillero, todo apuntando a mi relación con Aiden.

—Tú eres el acosador —solté el aire que no sabía que estaba conteniendo—. Tú... tú grabaste esos videos, tú... tú enviaste esas notas. P-pero por qué... por qué...

—¿Por qué enviaría un video de mí? Simple, para que no sospecharas de mí. No quería que supieras nada, solo te quería lejos de ese hijo de puta. Qué pena por ti, que no me hiciste caso. No tengo idea de cómo lograste que Devil King se interpusiera, pero sabía que era cuestión de tiempo antes de que pudiera tenerte.

—Jake, estás hablando como un demente.

—Puede sonar como eso para ti, pero no soy la mala persona que crees que soy. En el baile... estaba borracho, y estaba molesto contigo por estar con otro hombre. Lo que te hice no fue correcto, y me arrepiento hasta el día de hoy.

The wrong side of town -  Parte I y IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora