Capítulo LI

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Aiden

No estaba seguro de en qué momento me quedé dormido en el sillón de Gabe, pero estaba demasiado exhausto como para recordarlo bien. Miré el reloj en la pared junto a la puerta, que marcaba las ocho de la mañana, y luego miré a mi alrededor. Todo el mundo estaba medio desmayado y había latas de cerveza por todos lados.

Mierda. Alex.

Me apresuré a enviarle un mensaje de texto para preguntarle cómo estaba, y si podíamos vernos. No me respondió durante toda la mañana, y me pregunté brevemente si quizá había visto el beso y pensado que yo...

Entonces mi celular sonó.

Alex<3: Hey! Lo lamento, estaba entrenado, pero estoy bien, gracias por preguntar.

Alex<3: Vamos a pasar las vacaciones de navidad en Canadá, aparentemente. Nos vemos cuando regrese para hablar de los videos, sí?

Aiden: Claro, disfruta tus vacaciones. Nos vemos.

Alex<3: Nos vemos!

Miré su último mensaje con el ceño fruncido. No tenía idea de que estaba pasando por la cabeza de Alex, pero pensé que lo mejor sería dejarla disfrutar de sus vacaciones en paz y lejos del drama.

*

La navidad y el año nuevo llegaron y se fueron sin novedades. Papá tuvo que trabajar, y el padre de Ash estaba desaparecido otra vez, así que pasamos ambas fiestas juntos e incluso acompañamos a papá a repartir regalos que mamá nos había ayudado a comprar para los niños en el hospital el día de navidad, un día que se había teñido otra vez completamente de blanco. Ashley no volvió a mencionar el tema de Alex, pero su amenaza silenciosa seguía ahí, y Ash no la repetiría dos veces.

Aún no sabía qué hacer respecto a eso.

Durante la semana completa no supe de Alex, y a pesar de que los dedos me picaban por escribirle para saber de ella, no lo hice. Lo último que supe fue que estaba quedándose en Toronto, según sus fotos de Instagram. Lucía una sonrisa completamente reluciente vestida con un abrigo gigante y la nieve a sus espaldas. Se veía preciosa, como siempre lo hacía, pero a través de una foto no podía asegurarme de que esa sonrisa fuese de verdad.

Todavía estaba pensando en cómo hablar con ella. Cómo le explicaría que mi mejor amiga me había hecho elegir, y que no podía elegirla por sobre ella. Como estaba haciendo todo lo posible para evitar esa conversación, casi sentí alivio cuando las vacaciones terminaron y aún no hablábamos, pero al mismo tiempo sabía que algo estaba mal. Alex no dejaría de hablarme por más de una semana solo porque estaba de vacaciones, ¿o quizá yo me estaba dando demasiada importancia? De todas formas, daba igual, porque cada día que no hablábamos era otro día que no debía enfrentar la realidad de que tenía que dejarla ir.

No quería admitirlo, pero no quería que esto se acabara. Tampoco quería hacer sentir mal a Alex. Estaba seguro de que ambos disfrutábamos lo que teníamos, y no quería que pensara que la estaba dejando por algo que tuviera que ver con ella.

Para cuando el lunes llegó, todavía no habíamos hablado, y tampoco la vi mientras estaba ordenando mis cosas en el casillero.

Luego de los casuales saludos de año nuevo, y las clases aburridas, literatura llegó. Luego de más de una semana, Alex finalmente estaba a mi lado, saludándome con apenas voz y con la nariz roja por el frío. No me dijo mucho más que lo habitual en la clase de literatura, no mencionó nada sobre nosotros ni sobre el beso de Beatrice que sabía no debió haberse visto nada bien, pero definitivamente todo era incómodo y robotizado; Alex se movía y hablaba como si tuviera las palabras memorizadas, como cuando daba un discurso frente a la escuela, como si solo estuviera cumpliendo una de sus muchas tareas de princesa. No parecía ella.

The wrong side of town -  Parte I y IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora